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Los miré a los tres esperando una explicación.

—Nick —Travis se levantó con intención de irse, pero no se iba a ir.

—Quieto ahí, moreno.

Se sentó de nuevo, y miré al castaño.

—Era para saber si estabas bien.

—O para saber si quedó con alguien, ¿No? —vi a Dean sonreír.

—Puede ser.

—No confiáis en mí.

—Quieta, ahí, el único que no confía en ti, es Nick —habló Travis acercándose a la cocina.

El rizoso, se acercó a mí, y empezó a quitar mis mechones, poniendo los detrás de mi oreja.

—Bueno es posible, pero no es que no confíe en ti, son los otros idiotas.

Puse los ojos en blanco, y le miré varias veces antes de girarme a ver a Dean.

Me acerqué a su oído y mi mano la puse en su cuello.

—Vamos a dormir. Solo tú y yo.

—¿Solo dormir, me encanta hacer otras cosas contigo?

Reí y me levanté, dejando caer la toalla, y caminando hasta la habitación.

Sabía que me seguían, pero no pensaba dejar a Travis entrar y mucho menos a Nick.

Dean me besó y me tumbó y se apoyó en mi abdomen. Me relajé y cuando desperté no solo estaba Dean, Nick estaba a un lado, cerca de mi cuello y Travis estaba al otro lado.

Me levanté con cuidado, sin despertarlos e inconscientemente me recordó a la noche que hui.

Sonreí al verle a los tres y hui hasta el baño, con la ropa, era domingo, y quería montar el árbol, preparar el piso para navidad.

Así que puse música, y empecé con mi tarea, además para entrar en el ambiente navideño, cogí el jersey navideño.

Sentí a alguien detrás y cunado me giré era, Ryle.

—¡Mami! —a pesar de que había intentado explicarla que no era su madre, ella insistía, y ya me había dado igual.

La cogí en brazos y me acerqué a las bolsas y saqué un jersey igual que el mío. Se lo puse y la miré con una sonrisa.

Ella corrió hasta el árbol y toco las bolas y después de coger una corrió hasta Travis.

—Mira papi Travis —subió la bola al aire —mami y yo vamos igual.

—Van guapísimas —Travis cogió a Ryle y le dio un beso en la mejilla antes de sentarla en su regazo.

Noté a alguien abrazarme por la cintura supe que era Dean. Me giré y le di un beso.

—¿Quieres ir a dar una vuelta?

Asentí y me acerqué a Ryle para darla un beso. Supe que Travis estaba esperando un beso, pero le guiñé un ojo y me fui andado hasta Dean, que paso su mano por mi cintura.

Bajamos por el ascensor, con el pingüino en una esquina, y mientras el rizoso condujo hasta central park, pude saber, que nos seguía, pero no dije nada al respecto.

Caminamos por el parque como si estuviésemos enamorados, simplemente no sabía si era verdad.

Me encantaba Travis, y su forma de cuidarme, Nick sus celos, el en la cama, todas las conversaciones que teníamos, se me hacía fácil hablar con él, y Dean era tan pervertido, pero tan cariñoso, que me encantaba pasar tiempo con él.

CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora