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Navidad llegó, íbamos a pasar el día en un sitio, que no me querían decir.

Solo sabía que Ryle, mi padre, mi hermano y su prometida estarían junto a nosotros cuatro, además de Sean, junto a las familias de ellos.

Me duché y me vestí como si fuese a ir a una gala de premios.

Y cuando salí, estaban los tres en traje guapísimos, como podían ser tan guapos. Mí sonrisa se borró cuando vi la venda, ¿Me iban a tapar los ojos de nuevo? Ellos se encogieron de hombros fingiendo inocencia, y yo fruncí el ceño.

Me dejé llevar, noté los movimientos de cada coche. una vez me quitaron la venda, vi una casa de piedra, era grande, me gustaba, la puerta era de una madera oscura, y estaba abierta, Nick cogió mi mano y andamos hasta la entrada.

Donde un chico en traje cogió nuestras chaquetas, me sentía de la realeza, y más cuando vi la mesa.

Era una mesa larga, llena de cubiertos y platos dorados. Sonreí al ver a Jack y me acerqué a ver a su prometida.

Era una chica, rubia, al llevar tacones le llegaba al hombro de mi hermano, así que era bastante alta.

-Cloe, ella es Leila, mi novia, Leila, Cloe, mi hermana -la sonreí y ella repitió el gesto antes de mirar a los tres chicos que tenía detrás.

-Ellos son Nick, Travis y Dean.

-Somos sus novios.

Me quedé estática, y fue Nick, el que hizo que siguiera andando, no habíamos dicho nada de un noviazgo, aunque llevásemos tres meses, estando juntos, y comportándonos como tal, oírle decir eso, me descolocó.

Mientras caminamos hasta nuestros lugares, nos encontramos con Ryle, que Dean la cogió en brazos.

Presidiendo la mesa, estaba Travis, y a cada lado suyo Nick y Dean, yo estaba al lado del castaño y enfrente de mí, Ryle. Después estaba mi hermano y enfrenté suyo su novia, en la otra punta de la mesa estaba mi padre.

Varios camareros, nos empezaron a traer la comida, y por muy buena que estuviese, a mí me apetecía más el plato de macarrones con tomate, que se estaba comiendo Ryle enfrente de mí, supe que Dean se había dado cuanta, así que llamo a uno de los camareros.

-Puede traer otro plato de macarrones para Cloe.

Le miré con una sonrisa agradecida, mientras oía las risas de mi hermano, Laila y Nick. Mi padre negaba divertido, mientras Travis tenía la ceja levantada con diversión.

Le sonreí con inocencia y volví la vista a Ryle, que me miraba con una sonrisa mostrándome los dientes que la empezaban a salir.

Sabía que mañana era su cumpleaños, por lo que, hoy por la noche, le daría todos los regalos. Toda la comida fue bien, mi padre y Travis hablaron sobre unos negocios que me dieron bastante igual, mientras yo hablé con mi hermano, que disimuladamente me mostró su anillo.

Era precioso, y cuando llegó el postre, dio varios golpes a la copa de cava, para llamar la atención de todos los presentes.

-Laila, todavía recuerdo cuando nos conocimos hace tres años que nos vimos, y todavía recuerdo, como si fuese la ayer, nuestra cena bajo la nieve. Tantos días levantándome contigo, pasando cada momento contigo, contándonos nuestros sueños. Ahora que se acerca la fecha de nuestro aniversario. Quiero pedirte que te cases conmigo.

Vi las lágrimas de Laila caer por sus mejillas, mi hermano estaba a su lado con una rodilla en el suelo y la caja azul oscura mostrando su anillo. La rubia asintió, haciendo que yo aplaudiera y Ryle me seguía que se había puesto de pie en la silla para ver mejor.

CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora