TRAVIS
EL MATRIMONIO
Con 16 años:
Miré de nuevo a mi madre, y luego a Shana, ¿Cómo podía pasar por alto que ayer antes de que se fuese, y en un impulso de valentía la bese?
No podía hacerlo. Ni siquiera lo pretendía.
Shana era la chica que venía a limpiar la casa, era joven, no pasaba los treinta y cinco años.
Mi madre estaba concentrada en su nueva revista sobre viaje, mientras que ella limpiaba, una de las estanterías.
No me contuve mucho más y me levanté del sofá, mi madre no levantó la cabeza, aunque Shana me miró con una sonrisa antes de que yo la guiñara un ojo.
Salí del salón y caminé seguro de que Shana me seguía. Y así fue, cuando me senté en mi cama, apenas pasaron unos segundos cuando ella entro.
Se acercó a mí, y mis manos fueron a su cintura esperando a que nuestros labios se juntasen.
—Vente conmigo —susurró.
La miré sin entender.
—Vente a vivir conmigo, nos casaremos, y viviremos juntos.
La miré con una chispa de emoción, la amaba, y desde luego iba a aceptar.
Asentí y ella sonrió antes de tirase encima de mí, me abrazó unos segundos, sus manos fueron a mi camiseta, que empezó a subir, mientras notaba sus fríos dedos en mi abdomen.
Una de mis manos apretó su cintura hacia mí, y la otra se fue hasta su pecho.
No tardé en girar sobre ella, para poder desnudarla con mayor facilidad.
Aunque antes de que pudiese bajar sus vaqueros, me paró.
—Puede subir tu madre en cualquier momento.
Asentí y la di un beso casto antes de tumbarme a su lado.
—Si hacemos esto necesitamos una casa, dinero para tus estudios —la interrumpí.
—Lo conseguiré, no te preocupes, vete a casa, haz las maletas, y nos iremos de aquí, a nuestra casa.
Ella me miró con emoción, y luego se alejó para acomodarse la ropa, y marcharse.
No tardé en coger alguna de mi ropa y llevarla hasta una maleta, luego me fui hacia un despacho de mi padre, y abrí su segunda caja fuerte.
Cogí todo el dinero. Se lo devolvería, claramente, pero de momento no podía hacerlo.
Lo escondí en mi coche junto a las maletas, y después de una incómoda cena con mi madre e irme a mi habitacion con la pésima excusa de que tenía sueño, me fui con el coche, hasta la casa de Shana, era en un mal barrio, podía ver las ventanas de algunas casas rotas, o las paredes pintadas.
Ella bajó con dos maletas, y las metió en el asiento de atrás. Me besó al entrar y luego cogí rumbo hasta un hotel. Mañana Nick y Dean se encargarían de devolver el dinero a la cuenta de mi padre, como si no hubiese pasado nada.
Con 19 años:
Vi a Shana entrar con tres bolsas de ropa, pero decidí callarme. Ella pasó por mi lado dándome un beso en la mejilla y siguió hasta su vestidor.
Llevábamos tres años casados, nos fuimos a las Vegas, y poco después empecé a invertir en negocios para poder dar el dinero a mis amigos, a pesar de que ellos no aceptaban a Shana, la respetaban y eso me bastaba.
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Cloe
RomanceDulogía Ellas I; son libros independientes, distintas épocas y con distintos personajes, pero ambos son relacionados con la poligamia. Acostarse con tres hombres el día de tu cumpleaños y luego huir suena lógico, pero que pasaría se dos años despué...