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Vi a mi madre abrir los ojos como si eso a ella le tuviese que escandalizar.

—Mi hija con los tres, no lo creo —iba a continuar, pero la interrumpí.

—Mamá basta.

Mi madre siempre hacia lo mismo, humillarme delante del resto del personas, que ella quedase por encima de mí, o de cualquier mujer, y simplemente era insoportable.

—Espero que cenen tranquilos —mi padre dio por finalizada la conversación y antes de irse me echó una mirada de las que matan.

Miré a los chicos y ellos seguían sonriendo por cómo habían tratado a mi madre, los iba a matar, ¿Cómo se atrevían?

—¿Qué narices han dicho?

—La verdad nena —dijo Nick con una sonrisa ladeada.

—¿Quién ha dicho que me voy a acostar con vosotros?

—Nadie, porque vamos a follar.

Miré descaradamente a Dean, Dios. ¿Cómo eran tan descarados? Terminamos de cenar y está vez dejé que Travis me llevará.

—¿Podrías decirme como conseguiste la carrera en cuatro años? —pregunté.

—Estudié y ya.

Noté su mano en mi pierna y la miré antes de mirarle a él, iba sonriendo mientras conducía. La intentó subir, pero le paré antes de que pudiese subir mucho más.

Oí su carcajada y yo sonreí satisfecha por mi autocontrol, aunque ahora me tocara enfrentarme a los tres.

Nick y Dean se habían quitado las corbatas y miraban algo con ¿Ternura? en el móvil, cuando nos vieron, se acercaron.

—Creo que debemos hacer algo ¿No?

—¡No me voy a acostar con los tres!

—Ya lo hiciste una vez —insistió Nick.

—No estaba en los cinco sentidos.

—Joder, pues estando borracha hacías esa maravilla con la lengua, no me quiero imaginar estando sobria —esta vez fue Dean.

—He dicho que no, ir a la otra cama, no me fio de lo que puedan hacer esta noche.

Los tres rieron y al ver que no tenían intención de irse fui yo la que tomé la iniciativa. Me encerré en la habitación y respiré varias veces antes dibujar una sonrisa tonta en mi cara.

Me cambié y me dejé caer en la cama, la cual, sin ellos me resultaba enorme, sobrando cama por todos lados. Durante la noche, di vueltas y vueltas hasta que me decidí.

Joder, tenía a tres hombres dispuestos a follar conmigo en la habitación de al lado. No sabía qué narices hacia aquí.

Decidida caminé hasta la otra habitación encontrándome a Dean, Travis y Nick tumbados en la cama, con la diferencia de que los dos últimos estaban dormidos. Dean se levantó y se acercó a mí.

—¿Pasa algo?

—Ven, por favor, te necesito —me acerqué a su boca, desesperada.

—Nick y Travis —señaló a los dos hombres que estaban tumbados.

—Será nuestro secreto, Dean vamos.

El rizoso rió y me besó con tranquilidad, caminamos hasta mi habitación y me dejó caer, reí mientras veía como se quitaba el pantalón. Volvió a besarme, mientras me desabrochaba la camisa de Travis.

Me miró desnuda y yo a él, estaba duro, y sonreí antes de acercar mi mano como si se tratase de un imán que se atrae.

Joder. Relamí mis labios mientras Dean besaba mi cuello y bajaba poco a poco. Llegó a mi centro y no dudó en jugar con mi clítoris.

CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora