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Volví a la mañana siguiente, terminé yendo a dormir con Sean, porque Landon ni si quiera estaba en casa.

Debía hablar seriamente con él e informarle sobre lo que me estaba pasando con los chicos.

Nick estaba comiéndose el resto del bizcocho, pude ver como Dean no estaba y Travis tampoco, por lo que además de desilusionarme un poco empecé a sentirme nerviosa.

—Perdón por lo de ayer —vi como suspiró y supe que era algo más.

Dejé la chaqueta y me acerqué a él.

—Nick ya está, yo no debería haberme acostado con Dean.

—Te dije que te castigaría.

Su forma ya no era la misma que ayer, con burla.

—¿Cómo?

—¿Quieres saberlo? —asentí y vi cómo me cogía y me sentaba en su regazo —Travis y yo practicamos el BDSM.

Había oído hablar sobre ello en alguna parte, sabía lo que era, sumisión y esas cosas.

—No entre nosotros y no a la misma chica, ambos solemos ser los dominantes.

—¿Suelen?

—Me he dejado dominar por alguna mujer. Travis es más brusco en la cama, usa algunas cosas, a mí solo me gusta dar órdenes, atar y poco más.

—¿Y Dean?

—Nunca le ha gustado, pero tengo entendido que tienes la espalda llena de marcas por él.

—Maldito Travis.

El castaño rió antes coger un mechón de pelo y jugar con él entre sus manos.

—Con atarte es suficiente.

No sé si me hacía gracia que me amordazaran o cosas así, me bloquearía.

—Por lo menos para mí, Travis es otro asunto, sabe controlarse mejor y sabe cuándo parar, por eso usa todo, yo no sé hacerlo, si me cabreas no sabré frenar.

Entendía la preocupación del moreno ayer. 

—¿Y si no quiero lo que me haga Travis?

—Tendrás que hablarlo con él.

No me importaba que me atasen las muñecas y los pies, pero no me creía capaz de hacer mucho más.

—Escúchame nena, no hará nada si tu no quieres, ¿Si?

Asentí y luego le abracé, todo esto me superaba más por minutos y no sabía que hacer, ni cómo hacerlo.

—Vale, no hablemos de eso, es domingo ¿Qué quieres hacer?

—¿Travis y Dean estarán?

—No lo creo.

Me preocupaba Dean, él desapareció ayer después de la llamada, pero sabía perfectamente que Nick no iba a decir nada, y me frustraba. 

—Me da igual, tengo que hacer un trabajo está tarde que Sean.

—Que venga él.

—¿Qué?

—¿Te crees que voy a dejar que vayas a su casa donde has follado? Que se venga y ya está.

Negué divertida, no me importaba, no iba a hacer nada con él, así que le mandé el mensaje y luego le miré y me acerqué para besarle.

Mis manos fueron a su nuca mientras notaba las suyas apretar mi cadera hacia él. Jadeé.

—Lo siento, pero dijimos que los tres, y yo si cumplo mis promesas —se separó y me dio otro beso antes de dejarme en el sofá —¿Hacemos la comida?

CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora