Durante los siguientes días Travis me recogía todos los días para ir a la universidad luego comíamos juntos y respondía a cualquier pregunta que tuviese, cosa que agradecía.
Habíamos decidido que viniese el viernes a cenar, quería sentarlos a los tres y procurar que todo volviese a la normalizar.
El juicio por la custodia de Ryle se acercaba la boda de mi hermano era el primer di de primavera y los exámenes de final de febrero.
Abrí la puerta dejando a Travis pasar. Que me dio un beso en la mejilla y luego saludó a Nick y Dean.
Cenamos los espaguetis hechos por el castaño, mientras hablábamos del trabajo de ellos, o de mis próximos exámenes.
Cuando Travis empezó a coger su abrigo le interrumpí. Le quité el abrigo y cogí sus mejillas para besarle.
Él no tardó en cogerme en brazos y profundizar el beso. Me separó unos segundos, para que mirase a Dean y Nick, que nos miraban en la espera del siguiente paso.
Me separé de Travis, y empecé a caminar hacia la habitacion quitándome la camiseta.
Los tres entraron con el pantalón desabrochado, así que me puse de rodillas en la cama y les acerqué a los tres para bajarles el pantalón y dejar sus erecciones al aire.
Fui primero a la de Travis, que me cogió el pelo, y me hizo tragármela entera. De vez en cuando le miraba y podía ver su cabeza hacia atrás.
Dean y Nick pasaban sus manos por sus miembros erectos y podía oír los suspiros de los tres.
—Ven aquí, nena.
Me separé de Travis dejando que sus mano tomara el puesto, y me fui hacia Nick, con el que antes de que su polla ocupara mi boca, nos dimos un beso cálido.
Noté la mano de Travis en mis muslos, como subía poco a poco, y como su dedo se hacía paso por mi trasero dilatándolo.
Gemí cuando noté un segundo dedo, y me separé de Nick para ir a Dean.
Nick siguió los paso de Travis y su mano llegó a mí centró, para acariciarlo y rozarlo.
Nick se separó y Travis me ayudo a acomodarme, poniéndome con las rodillas y los codos apoyados, mientras Dean seguía empujando mi boca.
Vi a Nick acercarse a mí de nuevo, y poner su polla al lado de la de su amigo.
Les sonreí a ambos y fui alternando mientras sentía a Travis entrando en mí.
Arqueé la espalda y los miré a ambos con una sonrisa.
—Besaros.
Ellos lo hicieron y seguí introduciendo sus erecciones en mi boca.
Cuando sentí a Travis aumentar la velocidad, tuve que separarme de Nick y Dean, que seguían dándose pequeños besos.
Así que pedí lo que quería ver desde que vi como disfrutaban en California.
—Fóllatelo.
Nick miró a Dean que me miraba a mí y al castaño alternadamente.
—Por favor —gemí.
Dean besó a Nick con posesividad, y lo obligó a doblarse, colocando sus manos en la cama, y su rostro quedaron a milímetros del mío.
Le besé y pude notar su cara de satisfacción al notar la boca de Dean jugando con su entrada.
—Si te hago daño, avísame ¿Vale?
Asintió y vi como Dean le empezó a follar. Travis daba dura estocadas igual que Dean. Entre Nick y yo nos callábamos los gemidos entre besos.
Noté como el orgasmo me invadía, y Travis no tardó mucho.
Me tumbé a su lado, mientras veíamos a Dean y Nick, y sonreí sin evitarlo, cuando vi sus caras de satisfacción, amaba demasiado como se veían.
Ellos se tumbaron a mí lado, y miré a Nick a mi lado, me senté encima de él, y volvimos a dejarnos llevar.
Cuando terminé, me tumbé de nuevo, y miré al techo antes de cerrar los ojos.
—Los quiero.
Me dormí sintiendo varios besos.
Durante todo el fin de semana, estuvimos en la cama, y de la cama a abrir la puerta para coger la comida y la semana la pasé con ellos.
Invité a Harriet, que entró en casa echa un manojo de nervios. Los chicos estaban trabajando y Sean estudiando, se había propuesto sacar las mejores notas en nuestro penúltimo año del instituto.
—Harriet, relájate.
Ella me miró unos segundos, antes de volver a caminar de un lado a otro.
—¿Quieres que prepare un té?
Asintió.
No tardé en tener el té. me senté echando azúcar. No me encantaba el té, pero, era lo suficiente para que Harriet se sentase.
vi su pelo dejar de moverse.
—No me baja la regla.
Escupí el té.
¿Cómo se podía ser tan directa?
Vi el té en el suelo, así que agarré las servilletas, y le pedí que me explicara todo.
—Llevamos acostándonos un mes, y la regla debería haber bajado la semana pasada, he esperado una semana y nada.
—¿Sean sabe algo?
Negó.
Pensé en mi amigo, él no la haría daño, me había dicho, que quería algo serio con la pelinegra, por lo cual esperaba que hubiese cambiado de opinión.
Suspiré y llamé a Travis, cuando me informo que no había ido a un médico.
—¿Estás bien? —oí la voz preocupada de Travis, por lo que intenté tranquilizarte.
—Es por Harriet, necesita un ginecólogo —miré a mi amiga —está embarazada.
Oí una maldición de Travis y como buscaba algo en unos cajones.
—Tiene una cita en una hora.
Me despedí y cogí a Harriet de la mano para llevarla al baño. La puse enfrente del espejo.
La lavé la cara con cuidado, se le había corrido todo el maquillaje.
Pedí un taxi y no tardamos en llegar al hospital, donde vi a Travis esperarnos.
—Hola chicas.
—Travis.
Le di un beso como saludo y cogí la mano de mi amiga.
Travis nos dirigió hasta una consulta.
Le sonreí y entramos Harriet y yo en la sala. Le vi cómo me iba poniendo un líquido en la barriga de mi amiga.
Pude ver cómo por una pantalla se veía algo.
—Efectivamente, está embarazada.
Aldara. G
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Cloe
RomanceDulogía Ellas I; son libros independientes, distintas épocas y con distintos personajes, pero ambos son relacionados con la poligamia. Acostarse con tres hombres el día de tu cumpleaños y luego huir suena lógico, pero que pasaría se dos años despué...