Mi querido Doble tonto

Capítulo 3

Estaba colocándome la gorra, como siempre hacia atrás, viendo que lleve todo para la escuela. A pesar de tener una imagen de chico rudo con mis amigos, me preocupo por la escuela, pues mi padre suele ser algo estricto, no mucho, mientras no baje de una D o E de calificación, todo bien.

Pero esta vez tenía que esforzarme aún más, me prometió que si tenía buenas calificaciones antes de que cumpliera los 18 años, me regalaría una moto, la verdad sería lo mejor, pero aún faltan muchos años para eso, así que no debo bajar la guardia todavía. Mi otra alternativa es poder trabajar y comprarla yo mismo.

Bajando las escaleras con mochila en mano, me encontré que mis padres no estaban, seguro fueron a otra reunión acerca de su empresa de dulces. Fui a la cocina, había una nota:

"Kevin, hijo mío, nos tuvimos que levantar temprano para llegar a nuestra junta, pero aquí te dejo dinero para que puedas comprar algo de comer, no creo que lleguemos en la tarde.

En el refri te dejé comida preparado con mucho amor.

Te quiere mamá"

Me fui de la casa directo a la escuela, en mi bicicleta, es más rápido de esta forma. Mientras pedaleaba Vi al trío de idiotas, caminando, seguramente también iban a la escuela, hoy íbamos a ver cómo quedaron nuestras clases. Espero no me toque con Eddy, es un gran fastidio tenerlo como compañero, el año pasado lo pude soportar solamente por qué Doble tonto estaba ahí. Nos habían asignado otras listas debido a un desastre que pasó, en la escuela. Sucedió por la noche así que nadie está seguro de lo que realmente pasó. Solo se sabe que la escuela acabo en muy mal estado, tuvimos dos meses de vacaciones en lo que la arreglaban. Seguro que fueron los Edd's intentando otras de sus estafas.

  Vi a Nazz caminando y me acerqué a ella.

-Hola Nazz- le sonreí- ¿Quieres que te lleve a la escuela?-

-Claro que si Kev- me sonrió y se subió a mi bicicleta.

Cuando ví que ya se había acomodado empecé a pedalear. Nazz me agarró de la cintura y se recargo en mi espalda, voltié para ver qué pasaba, solo me miró y sonrió, pensé que se había desmayado o algo así, no entiendo porque se recarga en mi, ni que fuera tan peligroso ir en la bici, total, nunca pasan carros.

Al llegar a la escuela vimos a Rolf montando en su cerdo.

-Hola chico Kevin y chica Nazz- movió su mano de un lado a otro en forma de saludo. Su cerdo iba caminando algo lento.

-Hola Rolf- le sonrió Nazz- Veo que tú cerdo sigue mejor-.

El cerdo de Rolf se había enfermado hacia algunas semanas, tanto que se negaba a dejar la granja, quería cuidarlo a toda costa. Había dicho que era muy valioso para él, pues tiene buenos recuerdos, además de ganar algunos concursos.

-Si, el hijo del granjero no le quitó un ojo de encima hasta que se curó- sonrió orgulloso de sí mismo- Todo gracias a la receta de la abuela de Rolf-

Era mentira, la receta no ayudo en nada, Edd ayudo al pobre cerdo, todos lo vimos, incluso le inyectó algo para que pudiera mejorar. Nos pusimos de acuerdo para poder cuidar del cerdo, cuando Rolf se quedaba dormido entrabamos y le dábamos medicina. Él no quería darle medicamento ya que decía que era innecesario, lo único que necesitaba era descanso y la receta de la abuela.

Claro, nunca le diríamos la verdad, se sentiría fatal si descubriera que todo su esfuerzo fue en vano.

Nos dirigimos hacia adentro para poder ver las listas nuevas. Intentaba encontrar mi nombre entre tantos que había ahí, después de un rato pude hallarlo.