Capítulo 32

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-¿Estás seguro?- 

-Claro- le miro sonriente- Nazz se sentirá mejor aquí, con alguien de su confianza- 

Habían llegado a la casa del pelinaranja, dejando a su amiga en su habitación, con cuidado de no despertarla en el trayecto, cobijándola y despintándola, a petición de doble d ya que sabía que podría dañarle la piel el quedarse con el maquillaje demasiado tiempo.

-Bien- Se quedaron un rato en silencio, no sabía si irse a su casa o quedarse otro rato.

-¿Quieres que te prepare algo?- Preguntó el pelinaranja, no sabía que decir o hacer, así que fue a lo primero que se le vino a la mente.

-Si no es mucha molestia-

Ambos se fueron a la cocina, nerviosos recordando la propuesta afuera de la casa de doble d. Kevin sacó todos los utensilios para prepararle un cereal con fresas, realmente no tenía intensiones de cocinar algo grande, más sabiendo que Nazz podría despertarse con cualquier sonido fuerte que hiciera, se había quedado a dormir varias veces con ella, y lo sabía bastante bien. Partía las fresas con cuidado, todavía con las imágenes pasando enfrente de él, con el pañuelo en el traje.

"No puedo creerlo" sonreía bobamente, dejando caer el fruto rojo arriba del cereal.

Le colocó la leche y se lo pasó a doble d, quien esperaba en la mesa, viéndola fijamente. Agradeció el plato, Kevin se sentó frente a él.

-Entonces- habló, jugando con sus manos nerviosas, aunque sabía que no estaba malinterpretando las señales que le dio- ¿somos...?-

-¿Novios?- terminó la frase doble d, con un poco de cereal en la boca.

Kevin asintió nerviosamente, a la vez que sonrojado.

Doble d sonrió sonrojándose- Aceptaste mi pañuelo- revolvió el cereal con la cuchara, hundiendo un trozo de fresa- ¿Porqué otra cosa aceptarías mi pañuelo?-

Soltó una risa nerviosa el pelinaranja- Bueno- miraba a todas partes menos al chico que tenía frente a él- Yo- no podía articular palabra alguna, estaba bastante nervioso- Estoy feliz porque por fin halla pasado que- hizo una breve pausa, contenía el aire- Siento que fue parte de un sueño- su mirada se torno rápidamente una fría- Y ojalá hubiera sido un sueño a partir de que entramos a aquel baile-

Doble d le tomó la mano a Kevin- Tranquilo- le sonrió con dulzura, para luego convertirla en una sonrisa con un aura tenebrosa- Luego encontraremos maneras de vengarnos- sin decir nada le acarició un poco la mano, se paró de la mesa dejando su mano con cuidado y se fue al patio de la casa.

El chico de gorra negra quedó un poco sorprendido, así que con algo de prisa se comió lo que quedaba del cereal, lavó los platos y caminó despacio al patio, en donde vio por la puerta mosquitera, a Kevin sentado en medio de espaldas, tuvo una guerra interna si interrumpir y hablar con él, o simplemente dejarlo. Sin embargo decidió interrumpir, abriendo la puerta con cuidado de que no sonará tanto, con cautela se acercó y se sentó a su lado. Kevin solamente le miró por el rabillo del ojo.

-Una disculpa- habló el pelinaranja suavemente- Me sentí un tanto agobiado por lo que pasó en la fiesta- seguía mirando el cielo.

Quedaron un rato en silencio, escuchando unos pequeño grillos que se encontraban en alguna parte cercana, lo suficiente para ser oídos. Doble d se acercó un poco, captando la atención de Kevin, extendió ambos brazos, y este le entendió. El pelinaranja se acostó en el pecho del de gorra negra, un poco incómodo por los botones del traje, sin embargo pasaba a segundo plano por la calidez que le brindaba, dejándose hacer mimos.

-No tienes porqué disculparte- habló con tranquilidad doble d- Yo también estaría así- pausó un poco- Está bien-

Se quedaron un rato así en aquella posición, disfrutando de la noche y las estrellas.

Mi querido Doble tontoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora