Anastasia—Los jueves son más aburridos que los lunes.
Es la décima vez que escucho a Hanna quejarse. Cómo si todo esto fuera agotador solo para ella. El trabajo incremento, los manuscritos siguen llegando y tenemos que editar los que ya está aprobados.
Dios, un respiro, por favor.
—Sigue leyendo.—musito sin ánimo.
—Llevo media hora intentando leer la misma página.
— Déjalo y ve por otro manuscrito.
Finalmente Hanna deja sus quejas de lado y consigue concentrarse en un manuscrito. Termino de corregir una novela policíaca y empiezo con un romance histórico. En el día es el doceavo manuscrito que he leído. Con los consejos del señor Grey revisarlos en más sencillo aunque es muy probable que solo uno se publique de los doce.
—Ana, es hora de irnos.
—Ve adelantándote. Me quedaré otra hora.
—Como tú digas.
Ella empieza a guardas sus cosas y deja los tres manuscritos que leyó sobre el escritorio, a continuación se despide de mi y sale. Sigo trabajando una hora más, cuando estoy exhausta ordeno un poco el lugar. Afuera únicamente se escucha el sonido de la aspiradora y la tenue música de Albert, el señor de la limpieza.
Albert viene saliendo de la oficina del señor Grey y sigue limpiando el pasillo. Por un instante me imagino a mi jefe unos años más joven y limpiando cada una de las oficinas y pasillos de esta editorial. Una gran añoranza me embarga, pasó al lado de Albert ocultando mis emociones y entro a la oficina del hombre que se robó mi corazón.
Todo está en impecable como a él le gusta, varios libros están cuidadosamente ordenados en su escritorio y a pesar de que tiene poco más de una semana de no estar aquí su fragancia aún inunda cada rincón de esta oficina.
¿Donde estarás Christian Grey?
Esta mañana que vi a Taylor salir de la sala de juntas todas mis alarmas se dispararon. Tengo ese extraño presentimiento que algo no anda bien. Intenté conversar con Gary y Rob, pero ambos me evitaron durante todo el día. Lo único que escuché de los otros editores es que ese par andaban como dos almas en pena.
Cerré la puerta de la oficina y caminé directo al ascensor. En el estacionamiento me despido de Gerry.
Antes de llegar a casa pasó comprando leche. Estaba abriendo mi puerta cuando me percate que Ethan venía con su mochila al hombro y esa agotadora expresión que trae después de un turno difícil en el Northwest.
—Hola, Ethan—saludo.
—Hola, Ana—musita.
No me dirige la mirada y busca sus llaves en los bolsillos de su pantalón.
—¿Te ocurre algo?
Desde el viernes de la semana pasada Ethan ha estado actuando extraño. Esa mañana iba todo bien, desayunamos juntos y se veía normal, luego de eso no sé qué pasó para que se comporte así conmigo.
—No es nada.
—¿Seguro? ¿Hice algo o dije algo que te molestará?
Él pega su frente en la puerta de su departamento dándome la espalda, lo escucho murmurar aunque no entiendo nada.
—No hiciste nada, Ana. Es solo que... —se da la vuelta viéndome con ¿pena?— Hay muchos pacientes en el Northwest y estoy muy cansado. Perdóname.
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En Contra del Tiempo
FanfictionSu tiempo juntos se volvió como una cuenta regresiva y temen que aquella terrible noticia finalmente se cumpla. Ana y Christian saben que el tiempo es lo mas valioso por eso prometen amarse hasta el final de sus días.