Prólogo

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La lluvia golpea con fuerza el sucio ventanal de aquel lúgubre orfanato. Un pequeño observa detenidamente las gotas impactar contra el vidrio, abraza con más fuerza sus piernas y apoya su frente en la ventana. Esta fría y eso lo calma, sabe que en medio de la noche todo puede volverse terrorífico y aprovecha la calma en medio de la tormenta.

Afuera en un decadente patio hay un pobre árbol abandonado, nadie lo poda y solo cuando es invierno recibe un poco de agua ¿Por qué son tan crueles con la naturaleza? Se pregunta el pequeño desde esa incómoda y fría cama ¿Por qué son tan crueles conmigo? Todas la noches siempre se hace las mismas preguntas. Lleva 6 años recluido en ese tétrico lugar. Todos las noches es lo mismo, se siente tan triste y desolado esperando a esas dos personas que nunca llegarán por él.

Los primeros dos años los esperaba con ansias, luego comprendió que ellos nunca regresarían y aunque era consciente de ello siempre los esperaba. Soportaba los innumerables maltratos físicos y psicológicos con la esperanza que un día todo eso terminaría y volvería a su hogar. Quizá mañana sea ese día pensaba el pequeño todas las noches, por desgracia esta vez fue distinto, un sentimiento embargo su pequeño corazón y anhelo estar con sus padres. Ellos están muertos y así quería estar él en ese momento.

El tic tac del reloj le ponía los nervios de punta, giro su pequeño cuerpo en dirección al gran dormitorio y vio a todos los demás refugiarse debajo de esas sábanas mal olientes, las utilizaban como escudos, para defender de ese peligro que los acecha por las noches, aunque su protección es en vano. Un pequeño pelirrojo de ojos azules lo ve fijamente. Apenas esta tarde ingreso a ese lugar, no sabe lo que le espera y eso le aterra. No quiere que pase por eso, se siente impotente al no saber que hacer. El pelirrojo llora, llora sin control y eso lo entristece aún más.

Se gira otra vez hacia la ventana, la lluvia no cesa y el pobre árbol de nuevo sufre por las inclemencias del clima. Una de sus ramas está rota y eso le parte el corazón al pequeño. El árbol pequeñito y él son amigos. Si una a una sus ramas se caen el pequeño árbol morirá y él de nuevo estará solo. Ya no quiere estarlo, odia la soledad a pesar que ha sido su compañera desde que nació.

El piso de madera cruje con cada paso que dan, todos lo escuchan, saben que el peligro está cerca. El pequeño giro en dirección a la puerta viendo una silueta delgada acercarse, era silenciosa y terrorífica. Uno de ellos corre peligro y él sabe de quién se trata, el pelirrojo, tiene que ayudarlo. Bajó sus pies de la cama y se estremece cuando estos tienen contacto con el frió suelo. Corre sigilosamente hasta la cama del pequeño pelirrojo y en un acto de protección, toma su lugar.

El pelirrojo no sabe qué pasa solo obedece y va acostarse en la cama que está al lado de la ventana mientras el otro pequeño es tomado por ese cabello cobrizo tan alborotado que posee, siendo arrastrado afuera de la habitación. Los demás ven lo que hizo y rezan para que Dios que apiade de él, y para que un futuro se apiade también de ellos.

A la mañana siguiente todos salen a desayunar al gran comedor, el pequeño de tan solo 10 años espera que el pasillo este vacío para ir a la habitación. Con su cuerpo adolorido arrastra sus pies lentamente, ve su mano y sabe que probablemente tiene un par de dedos fracturados, su labio inferior está reventado y su vista de nuevo esta fallando. No importa, ha salvado al pelirrojo, al menos por una noche.

Con profundo alivio se recuesta en la cama, apoya su frente en el vidrio, eso le trae calma a pesar del dolor. Ve hacia el patio, su amigo perdió dos ramas durante su ausencia. Eso lo entristece mucho y cierra sus ojos grises para intentar descansar.

Las sirenas de varias ambulancias y de las patrullas lo hacen sobresaltarse. Ve por la ventana y nota todo el alboroto allá afuera. Esta muy cansado para seguir el hilo de los acontecimientos y vuelve a dormir. Su delicado cuerpo es levantado con fuerza de la cama, está agotado y no quiere abrir los ojos para ver quién lo lleva en brazos.

El personal del Children's Hospital of Míchigan está conmocionado al saber a primeras horas de la mañana los incidentes que se llevaban a cabo cada noche en aquel desdichado orfanato. Una llamada anónima alertó a las autoridades y los agresores ya están siendo procesados por los delitos cometidos. Un alivio para muchos, pero no para quienes padecieron en carne propia el maltrato de sus cuidadores.

El sonido constante de las máquinas hace despertar al pequeño, seis días lleva inconsciente, al abrir sus ojos ve a una mujer castaña de ojos negros. Ella está preocupada por él, nadie antes se ha preocupado como ella lo hace. Quizá está en el cielo y ella es un ángel. Un ángel que promete nunca abandonarlo.

Esa promesa le da esperanza, una esperanza que años más tarde es destruida frente a sus ojos. Su corazón herido de nuevo es fracturado en pequeños pedazos que son casi imposibles de volver a unir. Los años pasaron por ese pequeño que ahora es un adulto sin fe y sin esperanza.

¿Podrá el amor más puro y sincero curar su alma rota?

Y lo más importante:

¿Tendrán el tiempo suficiente?







Iniciamos con esta nueva historia, espero que les guste🤗🤗

Espero sus comentarios, ya saben que las leo👓👓

Nos leemos pronto😚😚😚

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