CAPíTULO I: EL LEGADO

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Ámsterdam, Países Bajos. Año de 1997

Una tormentosa noche cubría a la gran mansión Van Helsing. En una de las tantas habitaciones de aquel lugar se encontraba una pequeña niña rubia de ojos azules metida bajo el gran edredón que cubría su cama. A su derecha un anciano de cabello blanco leía un tenebroso cuento para la pequeña niña mientras ella atentamente lo escuchaba.

-...Y entonces, el vampiro absorbió por completo la sangre de su víctima...- dijo el anciano macabramente.

Los ojos de la pequeña se agrandaron para después cubrirse con el edredón. -¡Oh, vamos, Ericka, no me digas que tienes miedo!- se burló el hombre dejando de lado el libro para buscar a la pequeña debajo del edredón.

-¿De verdad los monstros son tan malos como dices, bisabuelo?- preguntó ella con voz baja.

-Claro- afirmó el anciano, -los monstros son seres oscuros, sin piedad, sin corazón, son seres tan malignos que no dudarían ni un solo segundo en devorar a un ser humano...-

Ericka se quedó en silencio por algunos segundos, tratando de procesar todo lo que su bisabuelo le había dicho. -¿Y nosotros somos malos, bisabuelo?- preguntó inocentemente ella.

-¿Qué?- protestó él. -¡Pff, tonterías! Nosotros somos seres de luz. Nosotros nacimos para proteger a la humanidad de la amenaza de los monstros.- Se acercó más a su pequeña bisnieta para acariciar su cabello, -...un Van Helsing es un desfile sin cesar de combates contra las sombras... y tú, mi pequeña Ericka Van Helsing, naciste para eso, para terminar con esas sombras que asechan a la humanidad.

Ericka lo miró a los ojos, en el fondo sentía miedo porque sabía que algún día ella se enfrentaría a aquellos terribles seres de la oscuridad que su bisabuelo le contaba todas las noches. Aunque, también disfrutaba escuchar de boca de su bisabuelo historias de las grandes hazañas que él había tenido en su época de cazador de monstros.

-Algún día, Ericka, serás una gran cazadora de monstros como lo fueron todos los demás Van Helsing, incluyéndome a mí, Abraham Van Helsing.- Dijo él mientras acomodaba a la pequeña en la cama para que ya durmiera. –Descansa, hija.-

___

Ámsterdam, Países Bajos, Época actual.

"...ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso..."

-Romeo y Julieta.

-¡Ah, que romántico!- dijo Ericka levantando la mirada de aquel libro que tenía en sus manos. Antes de que pudiera continuar con su lectura, golpes en la puerta de su habitación le habían robado la atención. -¿Quién es?- preguntó ella de inmediato.

-Soy yo, tu bisabuelo,- respondió una voz masculina detrás de la puerta, -abre la puerta, jovencita, necesito hablar contigo.-

Al escuchar eso Ericka saltó de inmediato de la cama, escondiendo bajo su almohada aquel libro que secretamente leía sin que su bisabuelo se diera cuenta para después tomar de su estante de libros un viejo libro de pasta gruesa titulado Anatomía de Monstros. Lo colocó sobre su cama, arregló rápidamente su ropa y cabello para después abrir la puerta.

-Hola, bisabuelo. Buenos días, ¿qué te trae por aquí?- finalizó ella con una sonrisa tratando de ocultar su nerviosismo.

El anciano entró a la habitación inspeccionando rápidamente el lugar con una mirada para después girarse hacia Ericka. -¿Qué estabas haciendo, jovencita? Sabes que no me gusta que te encierres tanto tiempo aquí en la habitación.

Ericka puso las manos detrás de ella moviendo involuntariamente los dedos por el nerviosismo. –Estaba... estaba estudiando el libro de Anatomía de Monstros que tú me has dicho que estudie, bisabuelo.- Contestó ella señalando con su dedo índice el libro de pasta gruesa que había puesto sobre su cama.

-¡Bien!- exclamó el anciano mirándola. –Me alegra que lo estés haciendo, porque a lo que he venido a tu habitación está relacionado con ello.-

-No entiendo...- susurró Ericka moviéndose de donde estaba parada para sentarse al borde de su cama.

-Oh, claro que entiendes, Ericka, te he entrenado y educado para ello por años.- Contestó el Van Helsing mayor.

Ericka se quedó en silencio por varios segundos, sabía a lo que su bisabuelo se refería, pero esperaba que él se lo confirmara. Días atrás sin querer había escuchado a Abraham hablar con el mayordomo de la mansión sobre hacer que Ericka comenzara la continuación del Legado Van Helsing, que continuara con la caza de monstros.

-Lo que quiero decir es que, ya has terminado tu entrenamiento como cazadora de mostros así como también tu educación,- dijo él mientras se cruzaba de brazos, -necesito que termines con lo que los Van Helsings hemos dejado pendiente.-

Ericka respiró hondo y miró a su bisabuelo. –Entiendo...- dijo ella. -¿Qué es lo que tengo que hacer?-

-¡Es muy sencillo, mi pequeña máquina de caza!- exclamó él. –Lo único que quiero es que termines con Drácula, ya después nos encargaremos del resto de los monstros, ¡pero primero Drácula!-

-¿El conde Drácula?- cuestionó ella, -pero bisa...-

-¡Bingo!- exclamó él interrumpiéndola . –Ya tengo el plan trazado, Ericka, solo necesito que muy inteligentemente tú lo lleves a cabo.-

-Y... ¿cuál es el plan?-

-Como sabrás, ese vampiro vive en un castillo ubicado en Transilvania. Ese castillo funciona como hotel para monstros, aunque también ahora funciona para hotel de humanos,- dijo él mientras Ericka como buena alumna que había sido de Abraham Van Helsing prestaba toda su atención a lo que su bisabuelo le decía, -y ahí es en donde entraras tú en acción, iras a ese hotel a hospedarte, obviamente no debes permitir que él ni nadie sepan quién eres y, en el momento que Drácula menos lo espere... ¡Lo asesinas!-

-Entiendo...- susurró ella.

-Es simple, Ericka.-

-Sí, claro... claro...- contestó ella. -¿cuándo quieres que vaya a ese lugar?-

-Mañana mismo, ya hablé con Harold nuestro mayordomo y él se está encargando en estos momentos de comprar tu boleto de avión, así que arregla tus cosas que mañana tempano te vas.- Contestó Abraham mientras caminaba hacia la puerta de la habitación para salir del lugar.

Ericka solo asintió con la cabeza a lo que su bisabuelo le había dicho.

Cuando por fin su bisabuelo salió de la habitación, Ericka se tiró a mitad de su cama respirando hondo, muchas preguntas e inquietudes llegaron a su cabeza. ¿Y si el conde Drácula terminaba con ella antes que ella con él? ¿Y si no lograba cumplir con esa misión y decepcionaba a su bisabuelo? Tratando de sacar esas preguntas de su cabeza, se levantó de la cama y caminó hacia su closet para comenzar a empacar algunas prendas que llevaría al hotel. 

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora