CAPÍTULO XXIX: DISCUSIÓN

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El silencio deambulaba por la habitación después de haberse quedado solos.

-Deberías de estar durmiendo.- Dijo Ericka.

-Lo haré cuando tú y nuestro hijo estén en tu casa.- Dijo él acercándose a ella con una mano detrás. Cuando sacó su mano de detrás de él, puso frente a Ericka una hermosa rosa purpura. -Para la madre más hermosa que mis ojos hayan visto.-

Ericka se ruborizó con el acto de Drácula. ¡Dios, amaba su manera de ser con ella! -Gracias...- dijo ella sonriendo, -no esperaba esto...- tomó la flor con su mano. En el fondo, deseaba abrazarlo, besarlo y decirle lo mucho que lo había extrañado durante todo el tiempo que habían estado separados.

-¿Puedo abrazarlo?- Dijo Drac acercándose aún más a ella.

Ella sonrió. -No tienes que pedirme permiso para hacerlo.- Dijo ella mientras le entregaba el bebé. -Es también tu hijo.-

Drácula la miró devolviéndole la sonrisa. Extrañaba ver sus hermosos ojos azules, su sonrisa, su  rostro. La extrañaba a ella.

Se acercó más a ella, solo unos cuantos centímetros los separaban. A pesar de que ella era de estatura alta, al lado de Drácula se veía pequeña y más si ella no estaba usando tacones. -Siempre seré el gigante, ¿no es así?- Dijo él en tono burlón viendo hacia abajo mientras ella veía hacia arriba. Cada vez estaban más cerca el uno del otro, deseosos de juntar sus labios.

La puerta se abrió haciendo que ambos se separaran de inmediato. Un hombre de traje había ingresado. -¿Cómo está la mujer más hermosa del planeta tierra?- Dijo Norton acercándose a Ericka para besar su mejilla. Cosa que a Drácula no le había gustado.

Ericka se apartó de inmediato del hombre. -Estoy bien, Steve. Gracias por preguntar.- Miró a Drácula sentado a la orilla de la cama con el bebé en brazos.

-Tu bisabuelo me pidió que viniera por ti, él esta abajo en la camioneta esperándonos.- Dijo él. -Así que es hora de que regreses a casa, hermosa.- Sonrió él.

Ericka se acercó a sillón para tomar la mochila que le había llevado Roxan mientras llevaba en una de sus manos la rosa purpura que Drácula le había dado minutos antes.

-¿Y esa flor? ¿Quién te la dio?- Preguntó Norton.

Ericka tomó la mochila. -Vámonos...- Dijo ella ignorando las preguntas que Norton le había hecho.

Drácula se puso de pie inmediatamente cuando vio que Ericka comenzó a caminar. Norton se acercó a él. -Ayudaré a Ericka con el bebé, entrégamelo.- Le dijo en un tono exigente.

Drácula lo miró fijamente. -Yo acompañaré a Ericka hasta la salida del hospital.- Contestó él con el bebé en brazos.

-¿Tu pequeño cerebro no entiende o que monstro?- Dijo Norton. -Entrégame al bebé, yo llevaré a Ericka y al niño a la salida. ¿Si entiendes eso o te lo explico con manzanas para que tu pequeño cerebro de murciélago lo entienda?-

Drácula estaba comenzando a enfurecerse con las palabras que el hombre le había dicho y, por su parte, Ericka también se estaba sintiendo furiosa por la forma en que Norton le hablaba a Drácula.

-Drácula se llevara al bebé hasta la salida.- Dijo Ericka. -Él está en todo su derecho de hacerlo, es el padre, ¿entiendes, Norton?-

Drácula le sonrió al hombre como señal de victoria mientras salían de a habitación.

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El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora