CAPITULO X: LA CONFESIÓN

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Las puertas del elevador se abrieron, Ericka salió del interior de ahí. Mientras caminaba por el pasillo recordó lo que había estado a punto de hacer esa noche. Había estado a punto de lograr su objetivo, acabar con Drácula.

-Me pregunto yo, ¿desde cuándo los ángeles decidieron visitar este hotel?- dijo una voz familiar haciendo que Ericka saliera de sus pensamientos.

Ericka se giró de inmediato hacia donde provenía la voz, pero no había nadie.

-Cerca...- le dijo la voz.

Ericka volteó de izquierda a derecha, pero nuevamente no había nadie. Se giró hacia atrás pero se encontró con un largo pasillo vacío.

-Creo que has olvidado mirar hacia un lugar...-

Ericka levantó su mirada topándose de frente con un murciélago, seguido de eso Drácula hizo su aparición en su habitual traje elegante. –Hola...- le susurró él para después sonreírle y mirarla tiernamente.

-¡Oye!- exclamó Ericka poniendo la mano en su pecho y riendo un poco, -me espantaste, creí que era un fantasma o algo así.-

-Lo siento, no era mi intención asustarte...- dijo Drac, -pero no quise que se perdiera la pequeña costumbre de acompañarte hasta la puerta de tu habitación.-

-¡Que caballeroso!- dijo Ericka en tono burlón.

Drácula se rio. –Disculpe, mi lady, ¿me permite usted acompañarla a sus aposentos?- bromeó él mientras ofrecía su mano.

Ericka puso una mano en su pecho mientras con la otra tomaba la mano de Drácula, -¡Oh, sería todo un placer, mi lord!-

Ambos estallaron a carcajadas mientras caminaban rumbo a la habitación de Ericka.

_____

Ericka y Drácula llegaron a la puerta de la habitación de ella.

-Hemos llegado...- dijo él deteniéndose frente a la puerta.

-Gracias por la noche de hoy.- Dijo ella mientras ponía la mano sobre la manija de la puerta.

-Mañana en cuanto el sol se haya terminado de ocultar vendré por ti para ir a donde acordamos, ¿te parece bien?-

Ericka asintió con la cabeza. –Te veo mañana por la noche entonces...- dijo ella.

Sin darse cuenta ambos estaban tomados de la mano y cuando Drácula se dio cuenta de ello, acercó la mano de Ericka hacia sus labios para besar sus nudillos. –Hasta mañana,- dijo él, -buenas noches, Ericka.-

-Buenas noches, Drac...- contestó ella para después abrir la puerta y entrar a la habitación.

Ericka se sentó en el borde de su cama, tomó su celular y se quedó pensando por varios segundos. Esta vez le sería más difícil justificarse con su bisabuelo respecto a Drácula. Cerró sus ojos y respiró hondo para presionar el contacto de su bisabuelo.

-¡Por fin llamas, jovencita!- dijo de inmediato él, -espero que me tengas buenas noticias.-

-Bisabuelo... no puedo.- Dijo ella de inmediato.

-¿Estás bromeando?-

Ericka se quedó en silencio.

-¡Respóndeme, Ericka!- alzó la voz Van Helsing.

-Lo... lo que pasa es que... solo tengo conmigo un par de estacas, agua bendita y aceite de ajo... así me está siendo un poco difícil acabar con el vampiro.- Mintió Ericka. –Además de que este es un lugar en donde hay personas en todas partes y me es muy difícil ver a Drácula y no es tan sencillo como parece, no puedo llegar así nada más y clavarle la estaca en el corazón frente a todos...-

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora