CAPÍTULO XXII: SORPRESAS

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Hotel Transilvania

Ha pasado un mes desde que Ericka se marchó del hotel, las cosas no han sido fáciles para Drácula. A pesar de los grandes intentos de su familia y amigos para sacarlo de la terrible depresión en la que él ha estado, nada ha funcionado.


Aquella trágica noche, él solo pudo explicarles a su familia y amigos lo que había pasado en realidad con Ericka, les contó sobre su apellido y, desde entonces, muy pocas veces su familia y amigos lo han visto, Mavis junto con la ayuda de Johnny se han estado haciendo cargo del hotel. El pequeño Dennis al igual que su abuelo, sigue triste por la ausencia de Ericka.

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-Hacía más de un siglo que no había visto a Drácula así.- Dijo Murray preocupado por la situación que su viejo amigo estaba atravesando.

-La última vez que lo vimos así, fue con la muerte de Martha.- Dijo Griffin.


-Tenemos que hacer algo para que Ericka y Drac vuelvan a estar juntos.- Dijo Frank cruzando los brazos.

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Recostado en su ataúd, Drácula notó que la luna ya había salido. Se puso de pie y salió al balcón para observarla, le recordaba tanto a Ericka, su media luna.


-Luna, tu que la ves, dile cuánto la amo y la extraño y ojalá que esta noche ella esté contemplándote igual que yo. Dale un beso de mi parte...- Dijo Drácula mientras un par de lágrimas se resbalaban por sus pálidas mejillas.

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Mansión Van Helsing

Apoyada sobre la barandilla de su balcón, Ericka se quedó quieta observando la luna. Pensó en Drácula, recordó sus besos y la forma tan linda en que él se comportaba con ella.

Apartó de inmediato aquel pensamiento de su cabeza. No era el momento adecuado para ponerse a pensar en eso. Su bisabuelo la había nombrado directora ejecutiva de la empresa Van Helsing hace poco más de dos semanas. Algo que le había caído como anillo al dedo, ya que esto la mantenía ocupada la mayor parte del tiempo y así evitaba pensar en Drácula.

Entró a su habitación y se sentó detrás de un pequeño escritorio. Comenzó a teclear a una gran velocidad. Tenía mucho trabajo por entregar y muchas cosas con las cuales ponerse al corriente en la empresa. Esta vez no quería defraudar a su bisabuelo, tenía que seguir manteniendo a la empresa en la posición número uno en los Países Bajos.

Escuchó unos leves golpes en la puerta. -Adelante.- Dijo ella sin dejar de ver el monitor de su computadora.

-¿Mucho trabajo?- dijo Roxan entrando con una charola en la que había dos tazas de café.

Ericka la volteó a ver, exhausta. -He estado todo el día pegada a este aparato.- Dijo ella. -Sabía que dirigir una empresa de esa magnitud era cansado y complicado, pero nunca imaginé que tanto. No entiendo cómo es que mi bisabuelo lo hacía. Él siempre tenía tiempo para mí, para él y para sus negocios y yo, yo siento que la sola empresa me está consumiendo y apenas tengo dos semanas.-

-Despéjate un poco del trabajo y bebe esto, están deliciosos, las preparó mi mamá.- Dijo Roxan mientras le daba una de las tazas a Ericka.

Ericka tomó la taza con una de sus manos y puso la bebida en su boca. De inmediato, aparto la taza poniéndose una de sus manos en la boca y corriendo al baño.

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora