CAPÍTULO XXXI: LA TARJETA

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Después de haber tomado su desayuno Ericka se había sentado detrás de su escritorio para seguir trabajando los asuntos de la empresa.

-¿Nunca paras?- Dijo Roxan mientras veía a Ericka. -No hay día en que no trabajes, Ericka.-

-No puedo descuidar ni un segundo la empresa.- Contestó Ericka sin quitar la mirada de los documentos. -Estamos haciendo una negociación muy importante con una empresa francesa, quiero que todo salga a la perfección.-

Damon había comenzado a llorar, lo que había hecho que Ericka se levantara de su silla para abrazarlo. -Debe de tener sucio el pañal...- Dijo ella recostándolo en la cama. -¿Quién es el niño más guapo?- Le decía mientras desabrochaba el pañal del bebé.

-Hoy a las 7:00 de la noche saldré con mi galán.- Dijo Roxan. -Estoy algo nerviosa...-

-Tienes que ponerte muy guapa, no para él, para ti misma.- Dijo Ericka levantando de la cama a Damon.

-¿Me ayudas a ponerme guapa?- Preguntó Roxan haciendo un puchero. -Es que tú tienes más estilo y sabes más de maquillaje y esas cosas.-

-Yo encantada de ayudarte.- Contestó Ericka. -¿Y a dónde irán?-

-Aun no decidimos a donde ir.- Dijo Roxan. -Sabes, tengo miedo de que esta relación también fracase como las relaciones pasadas que he tenido...-

-No pienses en eso, hay que pensar positivo. ¡Piensa positivo!- Dijo Ericka mientras arrullaba a Damon.

-Positivo... ¡positivo como tu prueba de embarazo!- Bromeó Roxan.

-Que graciosa me saliste.- Dijo Ericka frunciendo el ceño.

Roxan se burló. -Iré con mi mamá a ayudarla con algunas cosas y más tarde volveré para que me ayudes a  maquillarme y peinarme para mi cita.- Dijo mientras salía de la habitación. -Te veo en un rato.-

-Está bien.- Dijo Ericka mientras veía a Damon para comprobar que ya estaba dormido. -Te meteré a tu cuna, mi amor. En lo que tú duermes mamá trabajará.-

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Ericka seguía trabajando cuando escuchó que alguien abrió la puerta. -¿Puedo pasar?- Dijo Steve asomando su cabeza detrás de la puerta.

-Claro, Steve, pasa.- Dijo Ericka levantándose de su silla. -¿Qué te trae por aquí?-

-Fui a hacer unas compras a una tienda y mientras recorría los pasillos de dicha tienda vi esta ropa para bebé, pensé en tu hijo y decidí comprársela. Dijo él mientras le daba a Ericka una caja de regalo color verde. -Espero que te guste.-

Ericka tomó la caja y la abrió. -Muchas gracias, Steve, son muy lindas.- Dijo mientras sacaba la pequeña ropa. -No te hubieras molestado, de verdad.-

-No es ninguna molestia.- Sonrió Steve. -¿Leíste la tarjeta que te dejé en las flores?-

-¿Tarjeta?- Preguntó Ericka confundida. -¿Qué tarjeta?-

-Las flores que te dejé la tarde de ayer contenían una tarjeta con una pequeña nota de mi parte.- Dijo Steve. -Creí que ya la habías leído...-

Ericka caminó hacia donde se encontraban las flores. Buscó la tarjeta pero no había rastro de ella. -Aquí no hay nada.- Dijo ella girándose para ver a Steve. -Tal vez cuando venias camino hacia acá se te tiró...-

-No, esa teoría es imposible porque yo dejé la tarjeta en las flores en el mismo momento en que puse las flores en la mesa en la que se encuentran ahora.- Dijo él. -No entiendo cómo es que no está.-

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora