CAPÍTULO XXXVII: VERDADES A LA LUZ

401 27 34
                                    

Ericka llegó a su habitación y acostó a Damon en la cama para cambiar su pañal. Drácula entró y la vio. Ella había visto por el rabillo de su ojo que Drácula había entrado, pero no lo volteó a ver ni mucho menos le habló. Terminó de cambiar el pañal y envolvió el pañal sucio para tirarlo a la basura.

-¿Estás molesta?- Preguntó él viéndola mientras ella trataba de evitar verlo a los ojos.

-Tu padre habló de mi linaje como si no fuera suficientemente bueno para que Damon perteneciera a él.- Dijo ella volteando hacia la ventana para no verlo a él. -Y muy en el fondo estoy segura de que tú también preferirías que Damon fuera un vampiro como tú y no un humano como yo.-

Drácula la miró. Sabía que Ericka muy pocas veces se llegaba a molestar, solo lo hacía cuando de verdad había motivos para hacerlo y estaba seguro de que el comentario que había hecho su padre no había sido para nada correcto. Tomo un respiro y habló. -Si el niño es humano o vampiro no importa, mi amor. Yo lo amaré por igual. Mi padre...-

-¡Mírame!- Dijo Ericka ubicándose frente a él molesta. –Te guste o no, ¿Qué crees? soy una Van Helsing y no me gustan los comentarios egocéntricos que hace tu padre en contra de mi familia.-

-Estoy consciente de quien eres... pero no pensé que mi padre fuera a hacer ese comentario tan estúpido.-

-Ya, ya déjalo así, ya no importa.- Susurró Ericka apartándose de Drácula para ir a donde estaba Damon acostado.

-Ericka, ¡claro que importa porque te amo!- La tomó de los hombros. -No discutamos por algo como esto, por favor. No dejemos que los estúpidos comentarios de las personas o nuestros linajes arruinen nuestra felicidad, mi amor...-

-Ya déjalo así, Drácula.- Dijo ella apartándose de él.

Drácula la miró fijamente mientras ella trataba de ignorarlo tomando su celular. -Te ves hermosa cuando te enojas.- Le susurró mientras se acercó a ella y la besó. Ella se resistía al inició pero después se dejó llevar. -No quiero que estés enojada conmigo, no quisiera que nada ni nadie nos separara después de todo el tiempo que nos ha costado estar juntos...-

-Perdóname, Drac. Perdóname por haber reaccionado como lo hice hace unos minutos.- Lo abrazó ella. -Pero de verdad me desagradó mucho la manera en que tu padre habló de mi linaje dejándolo muy por debajo del tuyo.-

-Lo sé, mi amor.- Él acarició su cabello platinado mientras aún estaban abrazados. -Te ofrezco una disculpa en su nombre, y te prometo que no volverá a pasar, hablaré con él, no te preocupes.- Se apartó del abrazo. -El lugar que acondicionaron mis empleados para que entrenes está listo, puedes ir en el momento en que tú gustes, mi amor.- Le dijo él.

Los ojos de Ericka se agrandaron. -¿De verdad?-

-Sí, mi amor. Hace un momento cuando venía a tu habitación uno de los empleados me dio la noticia.- Dijo él tomando sus manos. -¿Quieres empezar hoy con tu entrenamiento?-

-Me encantaría, Drac, pero recuerda que tengo que cuidar a Damon.- Dijo ella volteando a ver al pequeño que aún estaba acostado en la cama. -Tal vez sea otro día.-

-Déjame decirte que me adelanté y le comenté a Mavis sobre cuidar a su hermano mientras tú entrenas, ella está más que encantada de hacerlo.- Dijo Drácula instalando las palmas de sus manos en las caderas de Ericka. -Así que puedes llevarle el bebé a Mavis y de ahí puedes ir a entrenar.-

-¿Tu no me acompañarás?- Preguntó ella.

-Claro que sí, mi amor. Pero puedes adelantarte tú, yo iré con una pareja monstruosa para ver el evento de una boda que se llevara a cabo aquí en el hotel en unas semanas.- Besó su frente y después volteó a ver un reloj que había en una de las paredes de la habitación. -Tengo que irme, ya es la hora en que acordé la reunión con la pareja.-

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora