El sol se había ocultado por completo, los ojos de Ericka se abrieron lentamente.
Bostezó. -Dios mío, siento que dormí una eternidad...- Dijo Ericka con voz soñolienta.
-Casi fue una eternidad.- Bromeó Roxan. -Dormiste horas, hasta tuve que acercarme a ti para comprobar si aún respirabas.-
-No seas tonta.- Ericka le arrojó una de las almohadas que estaban a su lado. -Mejor dime si mi hijo te dio alguna molestia.-
-El pequeño Drácula al igual que su madre se durmió por buen un rato.- Dijo Roxan. -Despertó hace casi dos horas y tenía su pañal sucio, así que se lo cambié, fue difícil, pero lo logré. Después lo volví a dormir y despertó hace poco más de quince minutos, creo que ya tiene hambre de nuevo, así que tienes que alimentarlo.- Dijo mientras lo sacaba de la cuna para entregárselo.
-Ven con mamá, mi amor.- Le susurró Ericka al bebé mientras lo tomaba en sus brazos.
-Tú y Drácula sí que saben hacer bebés bonitos, deberías pasar la receta.- Bromeó la joven. -Apuesto a que este pequeño galán cuando sea mayor traerá locas a las mujeres.-
Ericka rio entre dientes negando con la cabeza mientras comenzaba a amamantar al bebé. –Estás loca...-
-¿Cómo llamarás al bebé?- preguntó ella sentándose al lado de Ericka.
-Aún no lo sé. Es algo que también debo de consultar con Drácula.- Dijo Ericka. -Tiene que ser un nombre que nos guste a los dos.-
El celular de Roxan había comenzado a sonar haciendo que ella se sonrojara al ver quien la llamaba.
-¡Vaya, vaya!- Se burló Ericka. -Creo que mi hijo muy pronto tendrá un primo con quien jugar...-
-¡Shh!- exclamó Roxan saliendo de la habitación aun con las mejillas rosas.
Aun con una sonrisa en su rostro por la reacción de Roxan, Ericka apartó al bebé de su pecho, se levantó con cuidado debido a que aún estaba un poco adolorida y caminó lentamente hacia el balcón. La noche era hermosa, el cielo estaba repleto de estrellas con una hermosa luna brillante.
El sonido de un aleteo atrajo la atención de ella, levantó su rostro hacia arriba y vio flotando sobre ella a un murciélago. Drácula se transformó a su forma de vampiro con su habitual traje.
-Buenas noches, señora Van Helsing.- Le dijo él con una sonrisa suave.
-Buenas noches también para usted, Conde.- Dijo ella devolviéndole la sonrisa. -¿Qué lo trae por aquí?- Bromeó.
-Vine para ver cómo estaban mi hijo y su hermosa madre.- Contestó galantemente.
Una risita se escapó de los labios de Ericka. -¿Pudiste descansar?- Preguntó ella dulcemente.
-Sí, aunque las horas se pasaron lentas, ya quería verlos a ti y a nuestro hijo.- Contestó él mientras se acercaba a Ericka.
El sonido de la llamada de un celular se empezó a escuchar, era el celular de Ericka. Ella le entregó el bebé a Drácula mientras contestaba la llamada. El tono de la voz de Ericka cambio de uno dulce a uno más firme, había comenzado a hablar en francés, acto que había hecho que la atención de Drácula se centrara en ella.
Ella entró a la habitación haciendo una señal con una de sus manos para que Drácula también entrara. Se sentó detrás del escritorio que había ahí dentro y comenzó a hacer anotaciones aun con el celular en su oído. Drácula aun la veía fijamente, le parecía tan tierna la forma en que hablaba ese idioma que una sonrisa se escapó de sus labios.
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El Deseo de Amar Eternamente
VampireEsta es una historia en la que el Conde Drácula y Ericka Van Helsing se conocen y enamoran de manera un poco distinta a HT3. La historia tiene sus inicios con la niñez de Ericka siendo cuidada por su bisabuelo, Abraham Van Helsing, quien, desde que...