CAPÍTULO IX: LA INVITACIÓN

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Después de haber arreglado el problema de la fuga de agua, Drácula se dirigía hacia la habitación de Ericka, pues, había quedado de recogerla en su habitación en cuanto se solucionara el problema.

-Papá, ¿en dónde te has metido?- Dijo Mavis saliendo de uno de los pasillos mientras iba acompañada de Johnny. –En todo lo que va de la noche no te he visto.-

-¡Mavis, mi muñequita de vudú!- dijo Drac, -no me he metido en ningún lado, solo he estado haciendo el trabajo, ya sabes, cosas aquí y cosas allá...-

Mavis entrecerró los ojos acercándose a su padre. –Hueles raro...- olfateó más de cerca, -hueles a... humano... el olor es una mezcla de humano con perfume olor a flores... ¡Santa Rabia, es eso es perfume de mujer!-

Drac y Johnny hicieron un intercambio rápido de miradas nerviosas.

-Nena, es obvio que tu padre huele a humano porque si no te has dado cuenta, yo soy un humano y ahora el hotel también hospeda a humanos.- Intervino Johnny de inmediato.

-Tienes razón, Johnny...- dijo Mavis, -pero, ¿cómo explicas el perfume de mujer, papá?-

-Bueno, cariño, la verdad es que no sé cómo es que ese olor llegó a mi.- Contestó Drac con una sonrisa nerviosa.

-Está bien papá, sé que estoy exagerando.- Dijo Mavis. –Iré a buscar a Dennis, es hora de que estudie para su examen de mañana.-

-Adelántate, nena, en un momento de alcanzo, solo trataré unos asuntos del hotel con Drac.- Dijo Johnny.

Mavis asintió con la cabeza para después salir del lugar.

-¿Qué asuntos del hotel?- preguntó Drácula en cuanto vio a Mavis irse.

-En realidad ninguno,- se rio Johnny, -solo dije eso para poder quedarte un momento a solas contigo y así saber cómo es que va ese asunto con tu chica.-

Drácula se sonrojó. –No es mi chica.-

-Ah, pero sí quisieras que lo fuera.- Se burló Johnny. –Anda, dime, ¿la has visto hoy?-

-Sí, hace varios minutos estaba con ella en la biblioteca, pero surgió un problema en una de las habitaciones y tuve que ir a arreglarlo.- Dijo el vampiro.

-Bien...- dijo Johnny, -y como buen yerno que soy y obviamente quiero que mi suegro sea feliz me he prometido ayudarte.-

-¿Ayudarme? ¡Pff!- se burló Drácula. -¿en qué puedes ayudarme tú a mí?-

-Dándote algunos consejos de amor.- Dijo el pelirrojo guiñándole un ojo.

-¡Óyeme! ¿Qué te pasa?- dijo el vampiro, -por si no recuerdas soy un vampiro de 540 años, he vivido muchísimos más años que tú, sé todo lo relacionado con el amor.- Finalizó poniendo las manos en sus caderas e inflando su pecho de orgullo. –Sé perfectamente cómo cortejar a una dama.-

-Solo quiero recordarte que el cortejo ya no es como antes, ahora las mujeres ya no tiran el pañuelo o agitan su abanico,- se burló Johnny, -además, hoy que la conocí me di cuenta de que es una mujer joven, así que deberías empezar a actualizarte.-

-¿Acaso me estás diciendo viejo?- contestó Drácula de inmediato.

-No, no, no. Yo solo estoy tratando de decir que los tiempos han cambiado,- respondió Johnny. –En el pueblo está una pequeña feria, puedes invitar a Ericka mañana a ahí, estoy seguro que le va a gustar.-

Drácula se quedó pensativo unos segundos. -¿De verdad crees que ella acepte ir?- preguntó un poco dudoso.

-¡Estoy cien por ciento seguro!- contestó Johnny.

El Deseo de Amar EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora