Unos débiles rayos de sol entraban por la ventana de la habitación 150 del Hotel Transilvania. Los ojos de Ericka se abrieron de par en par. Pasó una mano por su cabello platinado peinando sus rizos que se habían alborotado durante el transcurso de la noche. Recordó la gran confesión que había hecho la noche anterior, rogó a Dios que esa confesión haya sido solo un sueño, una pesadilla, pero no, era la realidad, ella había confesado su amor por el conde Drácula.
Aun se sentía aturdida, aun no podía procesar lo que hace unas horas había salido de su boca. Se sentó en la cama recargando su espalda contra la cabecera para tomar el teléfono que había en la habitación y pedir le llevaran un poco de comida al lugar.
Mientras el desayuno llegaba, Ericka se puso de pie y comenzó a ordenar su cama así como algunas cosas que se encontraban fuera de su lugar, porque sí, aunque fuese una Van Helsing no era ninguna holgazana que disfrutara del desorden, cosa que tenía que agradecerle a su bisabuelo.
Escuchó pequeños golpes en la puerta acercándose de inmediato a ella para abrirla.
-Buen día, señorita...- la mucama sacó una nota de uno de los bolsillos de su delantal, -Señorita Vancells.- Leyó el nombre. –Le traigo el servicio de comida que ordenó a la habitación.-
Ericka abrió paso a la mucama para que entrara y dejara la charola con comida sobre una pequeña mesa que había en la habitación. –Gracias.- Dijo Ericka entregándole una propina.
La mucama asintió para después dirigirse hacia la puerta de la habitación. Antes de que saliera se giró de nuevo hacia Ericka. –Por poco olvidaba decirle que en la entrada la buscan, aunque no estoy segura si en realidad es a usted a quien buscan.-
-¿Por qué?- preguntó Ericka de inmediato.
La persona dice buscar a Ericka VH, y usted es Ericka Vancells...-
-Sí, es a mí a quien buscan,- contestó Ericka, -¿Quién me busca?-
La empleada la miró confundida, no encontraba ninguna similitud del VH con el apellido Vancells.-Parece que son del servicio de paquetería, dicen traerle un paquete desde Ámsterdam y no quieren entregárselo a nadie que no sea usted, el servidor dice que son órdenes de la persona que lo envió...-
Ericka comenzó a masajearse las sienes mientras caminaba de un lado a otro sabiendo qué y de quién era ese paquete. –Bien... gracias por avisar.- Dijo ella poniéndose la bata que hacia juego con su pijama para después salir de la habitación.
______
Ericka llegó a la recepción en donde un servidor de paquetería la esperaba.
-Hola, buen...-
-¿Eres tú Ericka VH?- la interrumpió él.
–Sí, soy yo.-
-¿Tienes alguna identificación que compruebe que de verdad eres tú?- preguntó el hombre en un tono poco amable.
-Está en mi habitación, necesito regresar por ella.- Dijo Ericka. –No tardo.- Ella se había dado la vuelta para irse.
-Deberías de haberla traído desde un principio, o al menos espero que vayas a pagarme el tiempo extra que esté aquí esperándote.-
Ericka se giró de nuevo hacia el hombre. –¿Perdón? No tengo por qué pagarte el tiempo extra que estés aquí, se supone que estás haciendo tu trabajo.- Contestó ella cruzándose de brazos.
-Mi trabajo no consiste en esperar que a niñas ricas se les dé la gana de ser atendidas.-
Ericka le echó una mirada asesina acercándose más a él. –No me hagas que abra esa caja en este instante y con lo que está ahí adentro termine con tu frustrada vida, cariño.- Dijo ella con un tono de voz dulce y seductor acompañado de malicia.
ESTÁS LEYENDO
El Deseo de Amar Eternamente
VampireEsta es una historia en la que el Conde Drácula y Ericka Van Helsing se conocen y enamoran de manera un poco distinta a HT3. La historia tiene sus inicios con la niñez de Ericka siendo cuidada por su bisabuelo, Abraham Van Helsing, quien, desde que...