𝐌𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐦𝐢 "𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨" || 𝐄𝐥𝐢 𝐌𝐨𝐬𝐤𝐨𝐰𝐢𝐭𝐳

CAP 16

𝐓𝐧

Estaba a punto de empezar a conducir el coche hacia la escuela, pero este no prendía.

—Vamos—dije girando la llave repetidas veces—. Mierda.

—¿No prende?—cuestionó Eli saliendo de casa a lo que yo negué con la cabeza—. Si quieres te llevo—ofreció.

No quería ir con él, pero no tengo otra opción ya que la escuela queda algo lejos para ir caminando.
Di un largo suspiro.

—Está bien—dije bajando de mi coche, noté como Eli sonrió.

Subí a su coche y encendí mi móvil para revisar mis redes sociales.

𝐇𝐚𝐥𝐜𝐨́𝐧

Tn es realmente hermosa y no podía evitar mirarla mientras ella miraba su movil.
No se que puedo hacer para que me perdone.

—Deja de mirarme—dijo sin despegar la vista del móvil.

—Lo siento—dije dejando de mirarlo.

Continúe conduciendo hasta la escuela.

—Llegamos am... Tn—dije tratando de que no se notara como la iba llamar.

Ella rodó los ojos antes de bajar del coche.

—Gracias—dijo sin expresión y entró a la escuela.

𝐓𝐧

Lo he pasado realmente mal en el viaje, quería besarlo y decirle que lo amo, pero no podía cosa que me causaba que quisiera llorar.
Entré a un baño y ahí me desahogue, empecé a llorar causando que se corriera el poco maquillaje que llevaba.

Él no te quiere.

La quiere a ella, con su sonrisa estúpidamente perfecta.

No eres nada a su lado, por eso en cuanto a tenido la oportunidad se ha ido de nuevo con ella.

Eres su segundo plato.

Y siempre lo serás.

Escuché como la puerta del baño se abría interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Tn estás bien?—cuestionó Sam preocupada.

—Más o menos—respondí.

—Ven—dijo para que me acercara a ella.

Me acerqué y con un pañuelo empezó a limpiar el maquilla que se había esparcido por mi cara, después me abrazó.

—Tranquila—dijo.

[...]

Iba caminando por los pasillos para salir, cuando me encontré a Miguel con...

¿El sensei?

Me acerqué a ellos.

—¿Sensei qué hace aquí?—cuestioné cuando llegué a ellos.

—Vine a ver que tal lo de conseguir alumnos para el nuevo dojo—respondió.

—¿Nuevo dojo?—cuestioné.

—Sí—afirmó Miguel—, el sensei abrirá uno.

—¡Qué bien!—dije sonriendo—. Pues aquí tenéis a una alumna, bueno media—hice una mueca