𝐌𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐦𝐢 "𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨" || 𝐄𝐥𝐢 𝐌𝐨𝐬𝐤𝐨𝐰𝐢𝐭𝐳

CAP 21

𝐓𝐧

Estaba con Eli en su habitación viendo una película. Bueno, él la estaba viendo, yo jugaba con nuestras manos ya que la película no me interesaba.

—¿Te aburres, amor?—cuestionó a lo que yo negué con la cabeza.

No quería que dejara de ver algo que a él le gustaba por mí.

Puse mi mano en su pecho desnudo acariciándolo y me intenté acurrucar, después, cerré los ojos para descansar en lo que terminaba la película a la que yo no le veía sentido.

Entonces, mi teléfono sonó. Era un mensaje de Miguel.

Miguel: ¿Dónde estas? Solo faltas tú.

Mierda, el entrenamiento. Lo había olvidado.

Tn: Estoy allí en 5 minutos.

Me levanté deprisa de la cama y me puse una de las camisetas de Eli para cubrirme ya que era algo larga.

—¿Qué pasa?—cuestionó mirándome, confuso.

—Llego tarde al entrenamiento. Nos vemos luego—respondí para después acercarme a él y darle un tierno beso.

Fui a mi habitación.

Me cambié rápidamente a algo de ropa deportiva y luego me recogí el pelo.

Cuando terminé me dirigí al "dojo" donde ya estaban todos.

Sinceramente era raro ser la única chica. Antes estaban Aisha y... Tory. Realmente me entristecía que esta última se enfadara por ser de otro dojo, pero ella lo quiere así y yo no puedo hacer nada. Así que lo mejor será dejarla ir.

Lo bueno era que estaba de nuevo bien con Eli. Eso me emocionaba y, a la vez  me aterraba.
Me aterraba el hecho de que volviera hacer lo que me hizo.

Sinceramente, no quiero ni decirlo. Espero estar haciendo lo correcto de una vez.

—Tn, ¿estás aquí?—cuestionó pasando la mano por delante de mi cara sacándome de mis pensamientos.

Estaba tan metida en ellos que no había escuchado nada.

—Sí, sí...—respondí.

—No quiero saber en lo que estarás pensando, enana pervertida—mencionó mirándome, divertido

Lo miré sorprendida mientras negaba repetidas veces.

—¡No es nada de eso!—me quejé y él soltó una risa.

—Ya, bueno... Que tu querido pajarraco no te distraiga mucho en el entrenamiento—dijo.

Lo miré, confusa, y Miguel me miró, sorprendido.

—¿Cómo lo sabe?—cuestioné.

No se lo habíamos dicho a nadie.

—Se distinguir tu cara de boba enamorada y tu cara de boba normal—respondió Johnny a lo que yo lo miré mal—. Hoy has venido con la primera—siguió para luego soltar una pequeña carcajada.