CAP 45

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𝐓𝐧

Mi madre se había empeñado en que pararamos en un restaurante.

Me senté enfurruñada en la mesa. No quería estar ahí con ninguno de ellos dos.

—¿Qué queréis? Yo pienso pedir esta hamburguesa—dijo señalando la foto de la foto que ponía en el menú—. Tiene buenísima pinta.

Apoyé mi cabeza sobre mi mano.

—Yo creo que también pediré eso—habló Eli.

—¿Y tú, Tn? ¿Qué quieres?—me preguntó mi madre.

—Irme a casa—respondí—. Ya he tenido suficiente dosis de vosotros dos por hoy.

—Bien, pues nada para ti—habló mi madre—. Luego no me pidas, no te pienso dar.

Negué con la cabeza.

Mi madre se levantó para pedir a la vez que mi teléfono vibró sobre la mesa indicando que me había llegado un mensaje.
Miré mi móvil viendo que era de Lisa.

Lisa: ¿Todo bien por ahí?

Tn: De momento sí. Espero poder irme pronto.

Lisa: Si quieres te llamo y pones una excusa para irte de allí.

Tn: Ay, sí. Eres la mejor.

Lisa: Avísame cuando quieras que te llame.

Esperé a que mi madre llegara de nuevo para así decirle a Lisa que me llamara.

—Bien, dile que necesito que vengáis porque me va a llegar un paquete y yo tengo que salir. Y como tú padre está trabajando ya está la excusa hecha—habló Lisa del otro lado de la línea.

—Bien, ahora iremos—respondí.

Colgué la llamada antes de dejar mi móvil sobre la mesa.

—Lisa dice que necesita que vayamos—informé.

—Oh—dijo mi madre—... bueno, pues nos comemos las hamburguesas por el camino.

Caminamos hasta el aparcamiento donde se encontraba el coche.

—¿Ha pasado algo?—me preguntó Eli.

—No—respondí antes de subir al coche.

Mi madre condujo hasta casa.

—Habéis llegado justo a tiempo—habló Lisa cuando abrimos la puerta—. Debo ir a hacer un papeleo y debe llegarme un paquete importante.

—No te preocupes, me encargaré de que estos dos no hagan nada que no deban—aseguró mi madre.

La miré mal.

—No creo que haya problema con eso—dijo Lisa para después besar mi cabeza y la de Eli—. Trataré de volver pronto.

Abrió la puerta y se fue.

—Bien, ¿qué queréis hacer?—cuestionó mi madre.

—Perderte de vista estaría bien. ¿Puede ser?—cuestioné.

Ella no se mostró muy herida.

—Aún me tendrás que aguantar unos días más—informó—. Espero que podamos arreglarlo.

—No te hagas esperanzas porque no te voy a perdonar eso en la vida—respondí—. Ahora me voy a mi habitación, y no molestéis ninguno de los dos—dije mirando a Eli y a mi madre.

Subí a mi habitación como había dicho.
Una vez allí cerré la puerta y me tiré en la cama con mi móvil.

"Almacenamiento casi lleno"

𝐌𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐦𝐢 "𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨" || 𝐄𝐥𝐢 𝐌𝐨𝐬𝐤𝐨𝐰𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora