Capítulo 37

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*Poché*


Estoy terminando de organizar algunas de la fotos de Calle me envió cuando no la recordaba, sonrió al ver cada una de ellas y lo especial que fue al tomarse el tiempo de seleccionarlas y escribir partes de nuestra historia detrás. Escucho que tocan la puerta principal y pocos segundos después la voz de Valen seguida por la de Lauren, también escucho sus pasos al acercarse a mi habitación.

—Hola—Lau entra a mi habitación, yo sigo en lo mío.

—Estoy enojada contigo y con Calle—digo sin mirarla, continuó organizando las fotos—esperaba ver las al salir del hospital y no estaban ahí—en realidad más que enojada me sentí muy triste, ambas son demasiado importante para mi.

Lauren permanece en silencio y al no obtener respuesta de su parte la busco con la mirada, solo con verla a los ojos sé que algo no está bien.

—¿Qué... que pasa?—pregunto con cierto nerviosismo.

Ella me mira sin decir nada hasta que camina hacia la cama y se sienta frente a mi, pongo las fotos sobre la mesa de noche y la miro esperando a que hable.

—Tengo que contarte algo pero primero necesito que me prometas que vas a mantener la calma, acabas de salir del hospital y aún te estas recuperando no quiero que esto afecte más de la cuenta—sus ojos lucen triste y sumandole a eso sus palabras, me asusta lo que vino a decirme.

—Yo estoy bien, Lau—le sonrío levemente para que este tranquila—dime que está pasando.

Ella respira hondo, está dudando.

—Necesito que tomes con calma lo que voy a decir.

—Deje de darle tanto rodeo al asunto y habla de una vez.

—Es que...—suspira y se pasa una mano por la cara, se ve preocupada—no sé como decírtelo.

—Lau—tomo sus manos entre las mías y las apreto—dime que pasa.

Asiente con la cabeza antes de soltar la bomba.

—Es sobre Calle... ella está en el hospital.

—¿Qué?—me cuesta procesar la información—¿cómo... cómo que en el hospital?

—Poché—me mira con una gran tristeza—Calle está enferma del corazón y todos estos meses estuvo luchando sola.

Suelto sus manos y niego con la cabeza repetidas veces, "Tiene que ser un chiste".

—No—se me forma un nudo en la garganta—ella... ella nunca ha sufrido del corazón.

—Calle nació con un problema en el ventrículo izquierdo del corazón el cual se solucionó cuando era pequeña pero ahora su corazón está fallando de nuevo y tienen que operarla de urgencia para drenar el líquido excesivo que se acumulo entre su corazón y el pericardio.

Mis ojos se llenan de lágrimas y siento un dolor en mi pecho

—¿Qué?—no estoy entendiendo nada—¿en qué momento paso todo eso?.

—El tiempo que estuviste en coma. Cuando despertaste ella no estaba a tú lado porque recién había terminado su tratamiento y se estaba recuperando.

—Dios mío—me cubro la cara con ambas manos y siento las lágrimas mojar mis mejillas, no puedo creer que ella haya pasado por todo eso sola—¿por qué no dijo nada?.

—Aparte de sentirse culpable por lo que te paso, no quería añadirles una preocupación más. Además, pensó que no era tan grave y que el tratamiento que inició iba a servir.

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