Capítulo 47

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*Poché*


Seco mis lágrimas constantemente mientras espero noticias sobre Calle, Lau llego hace una hora y ambas estamos sentadas en la sala de espera, ella le aviso a Germán, a mi papá y a Vale, ellos aún no llegan, también le aviso a Miranda pero no contesto así que le dejo un mensaje.

—Todo va a estar bien—sostiene mi mano.

—Casi se muere en mis brazos, Lau—sollozo y ella me abraza.

—Pero no fue así, sigue aquí y esta en ese quirófano luchando por su vida.

Intento convencerme que todo va a estar bien.

—¿Familiares de Daniela Calle?—pregunta en voz alta y nosotras rompemos nuestro abrazo para acercarnos al médico.

—Nosotras—respondo—yo soy su novia.

Él asiente con la cabeza y procede a darnos la información.

—Todo salio muy bien lo que hicimos fue desbloquear su arteria coronaria y suturar la herida abierta de la cirugía pasada. Sin embargo, hay algo que me preocupa y es que su corazón está muy débil y ya no es posible hacerle más procedimientos.

—¿Qué quiere decir?—pregunto con temor.

—Que si el corazón de Daniela vuelve a fallar va a necesitar un trasplante.

Tardo unos minutos en procesar la noticia, se me forma un nudo en la garganta.

—¿No se puede hacer algo más?—no oculto mi desespero—miles de personas se mueren al año esperando un corazón.

—Lo sé—me mira condescendiente—por eso lo ideal es que su corazón se recupere y para lograrlo vamos a iniciar un tratamiento que ayude a fortalecerlo, en su pecho dejamos un tubo delgado por medio del cual se le van a administrar medicamentos durante dos semana, lo ideal es que durante ese tiempo Daniela solo se dedique a respirar, no puede hacer ningún esfuerzo, ni experimentar emociones fuertes, tiene que estar en absoluto reposo para que el tratamiento funcione.

—¿Cumpliendo con todas las recomendaciones que probabilidad hay de que funcione el tratamiento?—es Lauren quien pregunta.

—90%, es un índice bastante alto teniendo en cuenta las condiciones en las que esta su corazón, también es importante que tengan claro que existe un 10% que no ofrece buenos resultados y hay que estar preparados para todo.

Siento un vacío en el pecho y me esfuerzo por contener las lágrimas.

—¿Cuando inicia el tratamiento?

—Mañana.

—¿Y tiene que quedarse en el hospital?.

—No, si en casa puede tener los cuidados necesarias no tiene que quedarse aquí.

—Los tiene y vamos a cumplir con sus recomendaciones al pie de la letra—le aseguro.

—Muy bien, voy a tramitar todo para su salida mañana en horas de la tarde.

—Gracias, ¿Podemos verla?.

—Aún no despierta de la anestesia pero cuando lo haga podrán verla.

—Muchas gracias.

Sonríe lentamente y se retira.

—Ella esta bien—decirlo me hace sentir más tranquila

—Si—sonríe—y estoy segura que el tratamiento va a funcionar.

—Va a funcionar—me siento esperanzada—gracias por estar aquí.

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