*Poché*
Sentir sus labios junto a los míos me hace temblar, mi corazón se acelera tanto que llego a considerar la posibilidad de que se me salga del pecho, el vacío en el estómago y la corriente eléctrica que atraviesa mi espina dorsal me hacen sentir más viva que nunca y, como si mi boca y mi cuerpo tuvieran vida propia y sin pensarlo siquiera le devuelvo el beso sin dejar pasar más de tres segundos. La simetría de nuestras bocas y la complicidad en nuestro beso me vuelven loca, me hacen sentir cosquillas por todo el cuerpo y una necesidad que no puedo controlar, es como si cada parte de mi necesitara cada parte de ella, como si nuestras bocas y nuestros cuerpos se conocieran a la perfección, nos besamos con necesidad, con urgencia y con un amor infinito que me transporta a otro planeta. Sin tener la más mínima intención de separarnos pero siendo necesario al faltarnos el aire, despejamos nuestros labios y nos miramos a los ojos.
Su mirada, nuestro beso, nuestras respiraciones agitadas, nuestra conexión, la química, la complicidad, las sensaciones, el acelere de mi corazón, mi necesidad por besarla, todo... ya lo he vivido, ya lo he sentido.
Cierro los ojos al sentir una fuerte punzada en mi cerebro e imágenes reales se instalan en mis recuerdos.
–¿Estás bien?–pregunta apenada–discúlpame no te vi–me ofrece su mano sin dejar de mirarme.
–No te preocupes–tomo su mano mientras me levanta del suelo, al sentir su mano junto a la mía siento un cosquilleo por todo mi cuerpo.
–Me llamo Daniela, Daniela Calle–se presenta y sonríe.
–Y yo me llamo María José–le devuelvo la sonrisa.
*
–¿Por qué estás llorando?–pongo una mano en su hombro y la volteo para que me mire.
–Por nada–respira hondo y se calma un poco.
–Calle... dime que te pasa–me duele tanto verla así y no poder hacer nada que me dan ganas de llorar.
–No puedo–susurra sin mirarme a los ojos.
–Bebé por favor, puedes decirme lo que sea–sujeto su mano.
"¿Por qué no quiere decirme?. No entiendo, al parecer ya no confía en mi".
–No, no puedo perderte–sus lágrimas vuelven con más intensidad y la miro con una profunda tristeza.
–Jamás me perderás, jamás te dejaré. Tú eres muy importante para mi, me haces feliz, llenas de alegría mi vida, no podría vivir sin ti y lo digo en serio Daniela calle no puedo imiginar mis días sin ti–pongo mis manos en sus mejillas intentando limpiar las lágrimas, quiero saber que pasa pero lo más importante es que ella sepa que pase lo que pase siempre voy a estar cuidandola y apoyandola, todo lo que le dije es cierto. Calle pone sus manos alrededor de mi cuello, me acerca a ella y en menos de un segundo siento sus labios sobre los míos, sin pensarlo mucho correspondo su beso, sintiendo miles de sensaciones por todo mi cuerpo.
Mi ojos se llenan de lágrimas y la miro sintiendo un profundo dolor en mi pecho.
Es ella.
–¿Qué... qué pasa?–pregunta preocupada.
La miro y las lágrimas bajan mis mejillas sintiéndome débil, engañada, decepcionada.
Es ella.
–Me... me tengo que ir–hablo bajito, sin fuerza, me pongo de pie y tomo mis muletas lo más rápido que puedo.
–Te acompaño–se levanta.
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Recuérdame
أدب الهواةPoché lleva tres meses en coma después de arriesgar su vida para evitar que su novia fuera atropellada. Al despertar no recuerda nada, no sabe como se llama, ni quien es, ni mucho menos que tiene una relación con la mujer a la que le pidió matrimoni...