Capítulo 7

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*Calle*

Siento que todo va mal en mi vida que estoy metida en lo más profundo de un pozo del cual no tengo ni la remota idea de como salir. Mi vida ha sido un infierno los últimos meses desde el accidente de Poché y ahora que ella está despierta no sé que hacer, no sé como actuar, estoy estancada. El amor que siento por ella no me permite pensar con claridad y tengo mucho miedo que Juan Carlos la aleje de mi, sé que él cree que no la quiero y lo entiendo, lo decepcione; es justo por eso que no sé como acercarme, no quiero que Juan Carlos o Valentina le cuenten quien soy en realidad, no quiero que ella sepa que yo soy su novia y que la abandoné durante el tiempo que estuvo en coma. Estoy segura que al no recordarme va a dudar de mi amor, como todo el mundo lo está haciendo, ella no me recuerda y me duele mucho saber que tal vez nunca lo hará. Poché cree que no me conoce, no sabe cuanto la amo y tengo mucho miedo de que no me entienda... como quisiera devolver el tiempo y nunca haber cruzado esa calle de la forma en que lo hice, si tan solo mi mamá nos hubiera apoyado todo seria tan distinto.
Suspiro y tomo entre mis manos una de las tantas notas que Poché dejaba para mi el tiempo que estuvimos separadas debido a lo que sucedió con Johan, todos los días las leo como un recuerdo de que lo mucho que ella me ama. Esa herida aún no sana completamente pero trato de enfocarme en lo importante, ella me eligió a mi y me ha demostrado lo mucho que ama. Cuanto extraño sus besos, sus caricias, su sonrisa, sus ojos, sus palabras cursis, la necesito conmigo y voy a hacer está lo imposible porque volvamos a estar juntas.

Sé que lo arruine pero créeme cuando te digo que te amo con cada pedacito de mi, no tengo justificación por mi egoísmo pero lo que si puedo hacer es demostrarte casa día cuanto te amo.

Me conformó con verte de lejos, te estoy dando tú espacio pero eso no evita que te contemple desde la distancia, te amo Daniela Calle aunque sea difícil de creer.

No te imaginas cuanto te extraño y lo mucho que me está costando mantenerme alejada, cada día me siento más perdida sin ti. Por favor, perdóname mi amor.

Esas y muchas otras están esparcidas por el piso de nuestra habitación y como ya es costumbre estoy llorando, me siento muy sola. Mi vida en este momento es una mierda y daría lo que fuera porque ella estuviera a mi lado abrazandome.
El sonido del celular me saca de mis pensamientos y me sorprendo al escucharlo porque solo cinco personas tienen mi número, estoy casi segura que dos de ellas no son porque en este momento no quieren saber nada de mi, solo me quedan tres más pero dudo mucho que sea Paula ya que hablamos hace poco y también descarto la idea de que sea mi papá porque hace mucho dejo de insistir con las llamadas, esa es otra cosa que me duele profundamente, al alejarme de todos eso incluida a mi papá, no he hablado con él desde que dejé de visitar a mi novia y aunque sabia que estaba siendo muy cruel era necesario alejar a todos de mi, teniendo una última opción de quien podría estar llamando me levanto rápidamente del piso con el corazón acelerado y al tomarlo confirmo mis sospechas, espero unos segundos antes de contestar debido a la sorpresa, me limpio las lágrimas y aclaro mi garganta.

*Inicio se Llamada*

Aló.
‐Daniela?
-Ajá.
-Necesito hablar contigo.
-De qué?
-De lo único que las dos tenemos en común.
-¿Dónde y cuándo?
-Si puedes dentro de dos horas en el café cerca del hospital.
-Allá estaré-sin esperar respuesta cuelgo.

*Fin de la llamada*

Respiro hondo, aunque lo último que quiero hacer es hablar con ella tengo que, porque estoy segura que si me llamo es por algo realmente importante. Además de una vez aprovecho y le dejo unas cuantas cosas claras. Busco algo que ponerme y entro al baño para tomar una ducha, me miro en el espejo y siento pena de mi misma, no me reconozco he bajado bastante de peso, tengo unas ojeras gigantes, mis ojos están apagados y mis mejillas están secas haciendo que se marquen más mis pómulos de una forma no muy agradable. Me veo triste, sin fuerzas es como si todo el dolor interno se hubiese exteriorizado y se estuviera reflejando en mi cuerpo, niego ante mi reflejo y mis ojos se llenan de lágrimas al recordar los oscuros días que he pasado; sé que tengo que ser fuerte, que mi felicidad y mi valentía no pueden depender de alguien más pero simplemente no puedo, no puede seguir como si nada sabiendo que el amor de vida no me recuerda y que probablemente no volvamos a estar juntas. Respiro hondo de nuevo intentando alejar esos pensamientos y entro en la ducha en la cual me demoro un largo rato, al salir me visto y voy hacia la cocina para tomar un poco de agua, hace semanas que no como nada bien tengo el estómago cerrado y la comida no me pasa, me siento en unas de las sillas que se encuentran alrededor de la isla y un vivo recuerdo llega a mi mente.

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