Capítulo LXI. (Territorio desconocido)

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 Capítulo LXI. (Territorio desconocido)

POV Adrián

—Estaba por la zona cuando escuché lo del asesinato, así que me acerque para ver la escena para poder informarlos más tarde. No sabía que los Red K estaban aquí. —dije mirando a los chicos con desdén. Pero me dieron ganas de reírme por mi descaro y tuve que apretar los labios con mucha fuerza para contener una sonrisa.

—Nosotros acabamos de enterarnos, tuvimos que venir aunque no fuera uno de los nuestros, Bruno no quiere que perdamos detalle de nada. —me susurró Darío.

— ¿Ya saben quién es? —le preguntó George a Ronald.

— Sí, ya confirmamos que es uno de los nuestros. No sabemos mucho de los hechos, le dispararon en la cabeza y el pecho, fue alguien que estaba como cliente, así que no destaco hasta el momento que decidió cometer el asesinato. La persona que está en el piso es parte de nuestro grupo, así que nos encargaremos del proceso.

—No estoy en desacuerdo con eso, sin embargo, nuestro jefe nos demandó ponernos a la orden para lo que necesiten, porque si esta persona fue asesinada por la misma gente que venimos siguiendo, entonces es asunto nuestro. —les dijo Darío.

—No tenemos ningún problema en trabajar con ustedes como lo hemos venido haciendo hasta el momento, pero necesitamos un tiempo de respeto para ocuparnos de todo el proceso del funeral. —dijo Daniel.

— ¿No creen que es conveniente llevarlo con Marcos para que lo examine? Así como con los otros, puede que encuentre algo que nosotros no estamos viendo. —dijo Jacobo.

—Estoy de acuerdo, solo por prevención. —les dije, y ellos me miraron durante un instante antes de asentir.

—Entonces lo llevaremos al hospital ¿Por qué Bruno no vino? —preguntó Ronald.

—Se está ocupando de otros asuntos fuera de la zona roja. —le dijo Darío.

— ¿Puedo ir al hospital con ustedes? Quiero hablar con Marcos. —le dije a los Red K, y mis amigos se miraron entre ellos.

—No hay problema. —dijo Daniel, y pude ver que sonrió con los labios, de forma casi imperceptible.

Mi novio no dijo absolutamente nada. Y mi «no novio» no apareció en ningún momento en el lugar.

— ¿Por qué quieres ir con ellos? No me dan nada de confianza. —me dijo Darío en un susurró mientras salíamos de La Cueva.

—Necesito hablar con Marcos, además yo voy a ir por mi lado, no es como si realmente fuera con ellos. —llegué a la camioneta y me subí antes de mirarlo.

—Pero me preocupa, déjame ir contigo. —dijo entre dientes.

—Darío todo estará bien, ellos no me van a hacer nada, además ¿No tienes trabajo? —suspiró desistiendo de la idea.

—Entonces, promete que vas a avisarme si llega a pasar algo.

—Te lo prometo.

Tome su mano para cerrar el trato y le sonreí antes de encender la camioneta y cerrar la puerta. Los chicos ya se habían ido por su lado con el cuerpo, así que como le dije a Darío, si llegue solo por mi cuenta al hospital.

Subí las escaleras hasta el último piso y los encontré en el pasillo hablando con los doctores que estaban trabajando con nosotros en el caso de los asesinatos. Pase de ellos hasta el consultorio de Marcos y toque la puerta dos veces.

Daniel me miró ansioso y le indiqué que todo estaba bien antes de que el doctor me indicara que podía entrar.

—Adrián, no estaba esperando verte. —dijo sorprendido.

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