Capítulo LXXIX
POV Adrián
—¿M? ¿Eres tú? —musité.
—Lo lamento. ¿Te asusté? —preguntó, apareciendo de repente, logrando sobresaltarme.
—No vuelvas a hacer eso. Eres un idiota.
—No quería asustarte —aseguró, y sin embargo sonrió.
—¿Qué estabas haciendo?
—Me pareció haber visto algo en el agua, así que arrojé una piedra para asegurarme.
—¿Algo o alguien?
—No estoy seguro. ¿Qué es lo que quieres hacer ahora?
—La verdad es que no lo sé.
—¿Te sientes confundido?
—Una parte de mí quiere encontrarlo más que nada, pero la otra tiene miedo de lo que vaya a pasar, o lo que pueda encontrar —susurré.
—¿Crees que sea mejor dejar las cosas como están? Cuando una persona desaparece, casi siempre la razón es que no quiere ser encontrada, casi siempre.
—Lo sé, pero tengo tantas preguntas que necesitan respuesta...
—Las vamos a encontrar, pero no de inmediato, eventualmente. Además, no digo esto solo por tranquilizarte, pero tengo el presentimiento de que tu amigo está bien. Lo vas a volver a ver.
—Supongo que tienes razón —murmuré —. Seguiré pensando en eso, para mantenerme optimista.
—Así me gusta. ¿Entramos al bosque?
—Claro.
Me sentía extraño compartiendo las mismas experiencias que había vivido en ese lugar con los chicos junto a M, pero no me sentía culpable. Ya había pasado un tiempo desde que llegué a la conclusión de que lo que estaba pasando era inevitable. No podía irme por ninguno de los dos lados sin perder algo, una parte de mí.
Me extendió su mano y la tomé con firmeza para adentrarme con él al bosque. Estaba igual que cuando lo había recorrido solo, a excepción de que esta vez no estaba tan oscuro y se veía mucho menos espeluznante que ese día.
Llegamos al mismo espacio con el tronco y el pequeño lago donde me había sentado a pensar.
—Me gusta este lugar —comentó.
Se sentó en el tronco y sacó un cigarro para colocarlo entre sus labios para encenderlo. Lo observé durante un momento y después imité sus acciones. No me molesto que el olor del cigarro se mezclara con el del bosque, así que los aspiré profundamente.
—¿Por qué te gusta?
—Porque es silencioso y tranquilo, me transmite paz. Es todo lo contrario a la zona en la que crecí y me desenvolví hasta ahora.
—La zona roja —murmuré.
—Es cierto, y en ese sentido tú lo sabes tan bien como yo, el lugar donde naciste no es necesariamente un hogar para ti.
—¿Nunca pensaste irte? Hacer tu vida en otra parte, lejos de todo lo que implica vivir en la zona roja.
—Por supuesto. De hecho, después de que deje de trabajar para Ignacio, lo primero que hice fue tomar lo que tenía, un poco de ropa y las armas, y salí de la zona roja. Viaje por un tiempo, porque no conocía nada fuera de la ciudad. Fue la primera vez que estuve tranquilo, y aunque disfruté todo ese tiempo para mí mismo, sin ningún tipo de responsabilidad, con el tiempo comencé a sentirme vacío, sin propósito.
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Marioneta de Cristal
Acción✓ Todos los derechos reservados. ✓Contenido Homosexual. Adrián es un chico de buena familia que por las limitaciones de sus padres no conoce nada del mundo. Tampoco le va bien en el amor y no sabe cómo actuar en el momento correcto en ninguna situ...