Capítulo IX. (Realidad de cristal)

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Capítulo IX. (Realidad de cristal)

POV Adrián

Tuve que recordar respirar cuando entramos al Páramo, porque deje de hacerlo cuando a mi cuerpo lo recorrió un escalofrío espectral tan pronto como comenzamos a recorrer ese lugar. Me invadió un mal presentimiento, que hice un esfuerzo por disimular para que ninguno de los chicos se preocupara por mí e intenté moverme sobre la moto.

Pude ver muy pocos negocios y casas por los alrededores, y los que vi estaban en muy mal estado, mucho peor que los de la Zona Roja. El Páramo parecía un pueblo fantasma.

Me aferre a la idea de que pronto pasaría el susto y la sensación desagradable que tenía en la boca del estómago. El resto del trayecto, mantuve la mirada en el suelo, no había nada mucho más entretenido para ver.

—No estés nervioso, no pasa nada.

—Estoy bien —aseguré.

—No lo estás, puedo sentirlo, sé que este es un lugar bastante frío, pero con suerte haremos la entrega, sin tener que recurrir a otro plan —susurró, y su seguridad me tranquilizo un poco.

—Este lugar me hace sentir extraño —confesé.

—El Páramo es un lugar mucho más pobre que la Zona Roja, es por eso que puedes ver y sentir imágenes mucho más desagradables. Nosotros estamos acostumbrados, es parte del oficio. Personas durmiendo en el suelo o sobre montañas de basura, muriendo de hambre, y bajo un evidente efecto de abuso de narcóticos. Nadie frecuenta esta zona, así que la usan como punto de encuentro para negocios ilegales. La policía rara vez frecuenta este lugar, así que todos pueden salirse con la suya.

— ¿Y en la Zona Roja?

—Un grupo seleccionado tiene la oportunidad de vigilarnos, y no es que tengan mucho poder sobre las personas dentro del territorio...pero si hay alguien lo suficientemente estúpido como para no cuidarse a si mismo, bueno, no todos tienen respaldo de sus amigos en caso de joderse la vida.

— ¿Me estás diciendo que se los pueden llevar presos en cualquier momento? —inquirí.

Aunque es absurdo que me sorprenda el hecho de pensar algo tan obvio, todos dentro de la Zona Roja se ven increíblemente imponentes, como si estuvieran en un lugar muy apartado del mundo real, como si nadie fuera capaz de hacerles daño.

—Bueno, un policía debe ser muy estúpido para arrestar a un Red K. Recuerda que el mundo funciona en base a conexiones, y no importa que puesto tengas, importa trabajar mejor con lo que se tenga a la mano.

—Estamos llegando, permanezcan alertas —advirtió Ronald, y el peso de la realidad que nos estaba rodeando me volvió a mandar un escalofrío en todo el cuerpo.

La conversación me había mantenido distraído hasta ese momento, pero al volver a ver todo lo que nos rodeaba, me aferre a la moto como si mi vida dependiera de ello, y estuve atento a los alrededores. No tuve que reparar mucho en detalles, pues el aspecto visual que me dio el lugar hablaba por sí mismo. Y es verdad que el ambiente es mucho más tétrico que el de la Zona Roja, y eso ya es decir mucho.

No había casi rastro de personas, más que el de algunos vagabundos que estaban dormidos en pilas de basura que estaban acumuladas en casi todas las calles.

Los chicos no bajaban la guardia, pero ninguno estaba nervioso, y me pregunte que tan frecuente sería para ellos tomar esa clase de riesgo; probablemente todos los días. Incluso era probable que fueran a muchos lugares peores que ese, y con personas más desagradables. La verdad es que para una persona que no conoce el mundo, es difícil medir el nivel de maldad que puede existir en los seres humanos, o las dificultades.

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