Marioneta de Cristal

Capítulo CV. (Alianza II)

Capítulo CV. (Alianza II)

POV Jacobo

—¿Por qué creen que Bruno nos haya llamado? ¿Estamos en problemas? —preguntó Harry.

—Es probable que solo quiera hablar sobre la reunión, lo que no entiendo es porqué estás aquí —le dijo Darío.

—Yo tampoco, pero me dijo "baja en cinco minutos" con una voz tan amenazante que no pude dudar en hacerlo —comentó, y se encogió de hombros antes de sonreír.

—Adrián se va a molestar si tenemos que pasar todo el día con él —me susurró Darío y asentí preocupado.

—Gracias por venir, chicos —mencionó Bruno y después miró alrededor —. ¿En dónde están M y Adrián?

—No lo sé, no los he visto hoy —le respondió George.

—Los mandé a comprar el desayuno, pero pensé que ya habían vuelto. Vamos a esperarlos un momento, no quiero repetir todo dos veces —estableció, y entró a la cocina.

—Buenos días... —dijo otra voz desde las escaleras, y cuando giré la cabeza encontré a Masato, mucho más dormido que despierto, caminando hacia nosotros.

—Hola, Masato. ¿Bruno también te llamo? —le pregunté y asintió.

—Sí...

—¿Para que asistas a la reunión como nuestro guardaespaldas?

—Eso supongo... Lo haré con Adrián —murmuró, y se dejó caer en el sofá para volver a cerrar los ojos.

—¿Sabes lo que eso significa, no? —me cuestionó Darío, y suspiré.

—Que Harry definitivamente va a jugar un papel importante en la reunión —concluí.

—¡Bingo!

—No podemos hacer nada con las decisiones de Bruno, pero no entiendo como el chico puede ser una fortaleza para nosotros. Nunca ha tenido un encuentro directo con los Red K —dijo George.

—No lo sé, no puedo pensar en este momento, tengo sueño... Masato, hazme espacio —se quejó Darío, y se acomodó en el sofá.

—¿Estás nervioso? —quiso saber George.

—Sí, un poco.

—No dormiste casi nada, y tienes los ojos rojos. ¿A dónde fuiste anoche? Me desperté y no estabas en la cama.

—No podía dormir, por los nervios, y salí a caminar. Después me encontré con Adrián y Darío en la sala, me dijeron que tampoco podían dormir, y me quedé hablando con ellos —le expliqué.

—Mala idea, considerando la carga de trabajo que tenemos hoy —alegó, y asentí.

—Lo sé, fue una tontería de mi parte...

En ese momento escuchamos la puerta y volteamos para ver quien era, últimamente había mucho ruido en la casa por la presencia de todos los Halcones nuevos, pero aun era temprano y la mayoría de los chicos estaba durmiendo. Eran M y Adrián.

—Ya están aquí. ¿Bruno ya los llamó? —preguntó M y asentí —. Bueno, desayunen, también compramos café, recarguen energía, lap vamos a necesitar hoy.

—Aquí tienen, chicos —dijo Adrián, y puso todos los vasos de café sobre la mesa.

—¡Que maravilla! —exclamó Darío.

—¡M llegaste! —dijo Harry, y pude ver como Adrián puso mala cara inmediatamente, así que me puse a su lado para asegurarme de controlarlo.

—Hola, Harry —contestó M, por cortesía, y después miró a Adrián — Voy a decirle a Bruno que llegamos, ya regreso.