Marioneta de Cristal

Capítulo X. (Red K y Halcones I)

Capítulo X. (Red K y Halcones I)

POV Adrián

—No hay ninguna posibilidad que salgas hoy de ese lugar —dijo S, y apreté el celular contra mi oreja.

—No estoy seguro de si estoy haciendo todo bien o si me estoy equivocando —susurré.

—Adrián, tú eres inteligente y sensato, sé que sabrás librarte de cualquier pregunta incómoda.

— ¿Qué debo hacer si me descubren? ¿Crees que me acaben conmigo? —cuestioné, y me estremecí con la idea.

—No sé cuáles son las políticas de los Halcones contra los traidores, pero si eres prudente no va a ocurrir nada malo. Lo que hiciste hoy fue un buen trabajo, si ellos quieren que hagas un reconocimiento, entonces es lo que debes hacer, solo di lo que consideres necesario. No sé en qué va a terminar todo esto, pero lo voy a hablar con los demás. No te asustes, no olvides que eres un Red K.

—Esta situación es mucho más grande que yo, por un lado estás tú y por el otro mis amigos, de verdad no sé qué tanto se puede quebrar mi lealtad.

—Yo nunca voy a obligarte a nada, debes decidir por ti mismo a quien darle lealtad.

—Gracias por darme la libertad de decidir sobre esto, pero me estoy volviendo loco.

—Escucha Adrián, no me gusta nada la situación con ese tipo que hablo contigo en privado, y mucho menos todo lo que te dijo. Si estás atento al comportamiento de otros, no debes mostrar grandes emociones cuando lo tengas cerca, ¿comprendes?

—Sí, entiendo. De todos modos ya había planeado alejarme lo más posible de él.

—Ese es mi chico; y bueno, ahora deberíamos terminar esta llamada. Si te descubren podrías meterte en un problema, pero gracias por llamarme, estaba preocupado.

—Quería escuchar tu voz —admití.

—Eso no es un pecado.

—Lo es en el territorio enemigo.

—Nos veremos bastante pronto.

—Adrián, ¿estás ahí? —preguntó Jacobo fuera de la puerta del baño, y por el susto, casi dejó caer el celular al piso.

—No te preocupes Alice, estoy perfectamente bien, y te prometo que te llamaré mañana, buenas noches —dije en voz alta y colgué.

Salí del baño y me encontré con mi mejor amigo, que me observó con curiosidad, pero contrario a lo que hubiera hecho George, no me hizo ninguna pregunta.

Ellos realmente son completamente distintos el uno del otro.

POV S

— ¿Por qué de todas las personas en el mundo tuvo que decir el nombre de esa mujer? —espeté y dejé el celular sobre la mesa, para poner ambas manos sobre mis ojos.

Acomode mi cuerpo de distintas formas sobre el sofá, pero no pude lograr encontrar una con la que me sintiera cómodo, entonces deje caer mis manos a cada lado de mi cuerpo, y miré fijamente el bombillo en el techo que iluminaba la sala.

—Me estoy comportando extraño de nuevo —susurré y maldije en voz baja.

Decidí cerrar los ojos para buscar un poco de tranquilidad, pero no pasaron más de pocos segundos cuando se vio interrumpida.

— ¿Pudiste hablar con Adrián? ¿Se encuentra bien? —preguntó Oliver.

—Intercambiamos algunas palabras, se encuentra perfectamente bien.