Marioneta de Cristal

Capítulo CXVIII. (Trampa II)

Capítulo CXVIII. (Trampa II)

POV Adrián

En el momento que puse un pie en la casa, me di cuenta de que el ambiente no estaba tenso, lo que resultó un alivio, porque por un momento pensé que sería todo lo contrario. Y, lo primero que noté fue que había más personas que de costumbre en la casa.

Saludé a cada rostro conocido mediante me fui abriendo pasó a la habitación de S y, aunque estaba nervioso de la tensión entre nosotros, sabía que tenía que ser maduro y dar el primer paso.

Me detuve enfrente de la puerta y me tomé un momento para meditar sobre mi actitud o mis palabras, ¿debía comportarme cómo siempre? O tal vez ¿Tratar de abrir el tema de conversación otra vez?

Deseche la segunda idea, pues no era una buena decisión iniciar un tema sobre nuestro futuro, cuando aún no podía darle una respuesta clara de mis deseos. Por eso, me incline por la decisión de actuar como siempre.

Toqué la puerta una vez y escuché su voz sin vida del otro lado.

—Ya voy a salir, Ronald —avisó.

—Soy yo —le dije, y hubo un momento de silencio. Y, por un instante, se me cruzó por la cabeza el hecho de que él pudiera rechazarme porque, después de todo, yo era el culpable de que estuviéramos distantes.

—Entra, no entiendo porque tocas la puerta —se quejó, y giré el pomo de la puerta antes de suspirar para entrar. Lo encontré parado junto a la cama, se estaba vistiendo, solo tenía puesto el pantalón y estaba despeinado.

—Hola —le dije con normalidad, trate de estar tranquilo para disimular mi nerviosismo, pero supe, por su expresión, que no había hecho un buen trabajo.

—Estaba consciente de que ibas a venir hoy —comenzó a decir, y se puso la camisa antes de peinar su cabello hacia atrás con la mano —, pero, pensé que me seguirías ignorando.

—No, S. No te estoy ignorando.

—¿No? ¿Y cómo le llamas al hecho de que una persona te ignore o huya para evitar quedarse a solas contigo? —me cuestionó de mal humor. Sabía que tenía razón, y me sentí culpable por ello.

—Lo lamento, no lo hice con intención de hacerte daño —le aseguré y me acerqué para poner mis manos sobre sus hombros —. Solo necesitaba tiempo, porque me diste un ultimátum y me pusiste en una posición difícil. Tú querías escuchar una respuesta que todavía no tengo.

—No entiendo porque te sientes tan angustiado, ya lo habíamos planificado. Teníamos todo previsto desde hace meses, Adrián. El plan que nosotros hicimos, es la única alternativa que tenemos para hacer una nueva vida si todo sale mal en el territorio —me recordó y asentí.

—Lo sé, es la única oportunidad que tenemos para continuar en otro lugar todo lo que quede a medias, cuando le pongan precio a nuestra cabeza en el territorio —susurré.

—¿Y por qué dudas? ¿Qué cambió? —quiso saber y lo miré confundido.

—¿Qué cambió? ¡Todo cambio, S! —exclamé, y lo solté para sentarme en la cama —. ¿Por qué me preguntas algo de lo que ya tienes respuesta? Tú sabes lo que cambió, y también conoces el motivo por el que me siento tan confundido. No lo hago con intención de poner una barrera entre nosotros, voy a cumplir con todo lo que te prometí, de verdad. Nuestro plan sigue siendo el futuro más probable para mí, pero necesito tiempo para poner en orden todo lo demás. —Lo miré angustiado, porque no sabía cuál iba a ser su reacción, pero él solo suspiró y tomó su arma antes de guardarla.