Capítulo CXIV. (Interrogatorio)

160 32 4
                                    

Capítulo CXIV. (Interrogatorio)

POV M

Tenía tanto tiempo sin ingresar a la sala de interrogatorio, que cuando observé la silla en el medio de la habitación oscura se me erizaron los vellos del cuerpo. Pero estaba mucho más emocionado que nervioso.

—Estoy listo para comenzar el espectáculo —anuncié y Bruno suspiró —. ¿En dónde están nuestros hombres?

—Ya vienen en camino. Así que aprovecha el tiempo para relajarte, porque es difícil saber cuánto tiempo vamos a estar aquí encerrados —me sugirió Bruno, y saqué un cigarro de mi bolsillo para prenderlo.

—Está es mi manera de relajarme.

—Al menos come algo —insistió.

—Estoy bien, he pasado días sin comer por mi trabajo. No importa cuánto tiempo tome esto, hoy obtendremos alguna respuesta —le aseguré y él tragó saliva.

—No estoy tan seguro de si quiero saber las respuestas, M —confesó y lo miré confundido. Pero cuando iba a preguntar al respecto, alguien nos interrumpió.

—Jefe, aquí está el invitado. Y los Red K también quieren ingresar —informó uno de sus asistentes.

—De acuerdo. A este lo pueden amarrar en la silla, y cuando salgan hagan ingresar a los Red K —dijo Bruno y el hombre acató la orden antes de salir.

—¿Por qué los Red K no entraron contigo? Me sorprende que los dejes vagar por los alrededores de nuestro territorio —señalé.

—Tengo ojos por todos lados, además, sin importar lo que hagan, están en territorio enemigo y en total desventaja —contestó —, y me dijeron que necesitaban hablar de algo. No parecían tener buen humor, así que no me opuse a su petición.

—Te has vuelto muy blandito. ¿Quién te estará cambiando? —me burlé, y él giró los ojos, captando mi indirecta.

—Sigo siendo el mismo de siempre, pero en este punto no vale la pena estar a la defensiva.

—Tienes razón —concedí e inhalé el cigarro para dejar salir el humo despacio —. Pero antes de que nuestros enemigos nos hagan compañía, necesito saber lo que querías decir con: "No estoy tan seguro de si quiero saber las respuestas". Entonces ¿Para qué estamos haciendo esto? ¿Qué es lo qué te asusta?

—Supongo que, es el hecho de que la situación sea más grande que nosotros, M... —susurró.

—Parece que estás haciendo lo mismo que intentó evitar con el otro cabezón —alegué y él me miró confundido, así que continúe explicando —. Dejar que las ideas fluyan sin fundamentos es una pérdida de tiempo. Y, es cierto, ahora mismo puedes imaginar miles de panoramas sobre lo que pueda ocurrir en nuestro futuro, pero nada es certero. Todavía estamos construyendo un rompecabezas, nos faltan piezas, así que no te predispongas a aceptar lo peor.

—Tienes razón —murmuró, y pasó una mano por su cabello con frustración —. Solo estoy agotado mentalmente. Ya quiero que termine.

—Es posible que terminé más pronto de lo que piensas —le dije, y él me miró con duda, pero antes de que pudiera preguntar algo más, la presencia de los Red K lo hizo omitir cualquier otro comentario.

—¿Están preparados? —cuestionó Ronald.

—Por supuesto, como pueden ver, nuestro invitado está despierto e inmovilizado. Está ligeramente confundido por el efecto del medicamento que le dimos para mantener su temperamento controlado, porque no es prudente dejarlo plenamente consciente en este momento. Pero es perfectamente capaz de responder cualquier pregunta que le hagamos —les expliqué.

Marioneta de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora