Capítulo CVII. (Vía)

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Capítulo CVII. (Vía)

POV Adrián

El juego de las preguntas hizo que el tiempo pasará mucho más rápido de lo esperado, porque nos consumió por completo. En realidad, fue divertido, estábamos entretenidos como si fuera un día normal, como si no ocurriera nada a nuestro alrededor, y como si no estuviéramos por viajar para cometer un crimen con el propósito de conseguir respuestas.

Además, después de notar que mi estado de ánimo era más estable, me sentí agradecido con M. No estaba seguro de si esa había sido su intención desde el principio, pero obtuvo buenos resultados, era un buen método para despejar la mente, porque hablar de trivialidades no era algo que hiciéramos regularmente.

—Ya casi es hora de partir, ¿cómo te sientes mentalmente? —me preguntó M.

—Todo está bien, en realidad, me siento muy tranquilo.

—Es un viaje pesado, podemos tener dificultades en la carretera, avísame cuando te sientas agotado para suplirte.

—Cuando necesite que tomes mi lugar, te lo haré saber —le aseguré y él asintió.

—¿Los chicos están bajando? —quiso saber.

—Sí, me dijeron que están recogiendo un par de cosas más y que ya van a bajar.

—Entonces, voy a hablar con Bruno unos minutos, ya vuelvo.

—Claro.

Cuando entró a la casa, yo me subí a la camioneta para esconder un arma debajo del asiento, moví los espejos y también acomodé un par de cosas en la guantera. En realidad, todo estaba listo, pero comencé a sentir ansiedad con cada minuto que pasaba en el reloj, porque me hacía sentir todo más cerca.

Pero lo que realmente estaba se estaba haciendo presente en mi mente era el hecho de que, de alguna manera, era culpable de los problemas del territorio. Los chicos habían insistido un sin fin de veces en que no era cierto, para hacerme entender que el peso del lazo sanguíneo no era lo suficientemente fuerte para arrastrarme en sentido de responsabilidad, sin embargo, no podía evitarlo.

Me sentía culpable porque, en mi propia carne, era testigo de todo lo que era capaz de hacer una persona con poder, con la capacidad de cambiar el mundo a su antojo, porque crecí bajo esa misma estructura, me criaron y educaron como una marioneta. En mi mente, debía tener programado el hecho de que era distinto a los demás, porque mi clase social me daba el derecho de poder pisar al resto.

Pero también era cierto que con mis propias acciones me encargue de torcerlo, de romperlo, de generar un cambio en mi vida. Después de escuchar sus palabras, y de entender que existe el poder de hacer elecciones, incluso sobre la familia, me quité un gran peso de encima. Y me sentí agradecido de haber aceptado saltar por la ventana aquella noche con George, incluso con James por haber terminado nuestra relación, porque si eso no hubiera ocurrido, yo jamás habría puesto un pie en el territorio.

—Cada vez que viajamos se me duele el estómago —se quejó Darío.

—¿Quieres una pastilla? —le pregunté —, dame tu bolso para ponerlo en el maletero.

—Sí, por favor. Viajar por carretera en la madrugada con dolor de estómago, definitivamente no es una buena combinación.

—Tienes razón —murmuré. Me entregó su equipaje y lo guardé antes de buscar una pastilla en mi bolso junto a una botella de agua —. Aquí tienes.

—Gracias, Adrián. Estás bien preparado, estoy un poco sorprendido —mencionó y se tragó la pastilla.

—Bueno, es que yo mismo sufro de ese mal, así que decidí tomar precauciones.

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