CAPÍTULO XV

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CAPÍTULO XV

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CAPÍTULO XV


Al no recibir alguna respuesta por parte de Gun, decidió salir a buscarlo por él mismo. No le importó el dolor que llevaba encima, sólo importaba el chico que estaba bajo su cuidado.
Abrió la puerta y se encontró de frente con la persona en discordia.
-¿Qué pasa?-. Preguntó Gun observando a su alrededor a todas las personas que estaban allí posando sus ojos sobre él.
El cuerpo de Mark apenas reaccionó para abrazarlo con fuerza.
-¡Estás aquí!-.
-Khun Mark, ¿qué ocurre?-.
Mark pasó su mano por el rostro de Gun con delicadeza y habló.
-¿Dónde estabas? ¿Sabes lo preocupado que estaba por ti?-.
-Lo siento. Cuando salí de mi trabajo, Kao no estaba. Entonces, pedí a Title que me trajera aquí, pero pasamos a su casa a comer algunos snacks y hablar. Me trajo hasta aquí, así que no estuve solo-.
El oyente se calmó tomando la frente de Gun y la apegó a la suya, asombrando a la otra persona.
-No vuelvas a salir solo, ¿me oyes? Por favor, no vuelvas a hacerlo-.
-¿Por qué te comportas así?-. Preguntó Gun.
Mark inmediatamente saltó lejos del chico, evitando contacto visual y se giró hacia Kao.
-Lo lamento, Kao. Yo mismo te llevé conmigo. Es mi culpa-.
-Descuide, Khun. Lo entiendo-.
-¿Qué te pasó? ¿Por qué tu ropa está ensangrentada?-.
Gun vio en detalle a Mark. Se acercó a él y tocó el lugar afectado.
-¡Ouch!-. Exclamó Mark.
Gun retiró la mano inmediatamente.
-Dime lo que te sucedió-.
-Fui asaltado cuando venía hacia acá. Nada importante-.
Gun dio un respingo sobre Mark y toqueteó varias partes de su cuerpo.
-¿Qué? ¿Estás bien? ¿Te hicieron más heridas? ¡Tienes que ir al hospital!-.
-No es necesario, ya fui y colocaron un vendaje. Tengo medicamentos, así que definitivamente estaré mejor-.
-¿Quieres que vaya por ellos a la farmacia?-.
-No, gracias. Irá Kao-.
El guardaespaldas, apenas escuchó la orden, fue inmediatamente a cumplirla. Boun y Mean se retiraron del departamento, mientras que la empleada se dirigió a la cocina dejando a Mark y Gun solos.
-¿Te robaron algo?-.
-Sólo un poco de dinero suelto-.
-Debes denunciar a la policía-.
-Lo haré-.
Le dijo el chico sacudiendo su cabello.
-Ven al cuarto. Tienes que descansar-.
Mark se acercó a Gun y lo miró fijamente, mientras tomaba una de sus manos.
-P'Gun... ¿Estás preocupado por mí?-.
-Por supuesto que sí. Has hecho de todo por mí, y creo que debo recompensar-.
-Gracias-. Dijo Mark.
-¿Por qué?-.
-Porque hace mucho tiempo que alguien no se preocupa tanto por mí-.
-Bueno, desde ahora estaré yo-.
Contestó Gun con una hermosa sonrisa en su rostro. Mark no podía despegar sus ojos de aquellos labios curvados.
Gun llevó a Mark a la habitación y logró que se recostara un momento. Luego se sentó a su lado y habló.
-Khun Mark, quiero pedir un favor-.
-Lo que necesites-.
-Me siento un poco incómodo con las empleadas. Puedo hacer las cosas por mí mismo, y si ya tengo un guardaespaldas, no es necesario que las tenga. Pero no quiero que las despidas-.
-No te preocupes, ellas comenzarán a trabajar en el restaurante a partir de mañana-.
-Oh, ¿Y cuándo hablaste con ellas?-.
-Ya estaba estipulado desde que las contraté. Les dije que sólo estarían cuando comenzaras a trabajar en el restaurante. Luego se integrarían al local-.
-Ya veo. Bien, será mejor que descanses un momento. Iré a la cocina a ayudar a preparar la cena-.
Gun se levantó de la cama y se dirigió a la salida dejando la puerta cerrada. Mark cerró sus ojos con la felicidad de que había alguien que se preocupaba por él, incluso más de lo que él podía imaginar.
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Después de la cena llevada por Gun, Mark intentó dormir. Eran casi las 10 de la noche y el dolor estaba presente.
-¡Maldito dolor!-. Dijo Mark en voz alta.
Se levantó de la cama y fue hacia el escritorio donde estaba la bolsita con los medicamentos que Kao había comprado para él. En ella se encontraba todos tipo de antibióticos, pero no estaba lo que necesitaba.
Se dirigió al baño privado y buscó en la pequeña repisa pastillas para dormir, que le ayudaría con el malestar que tenía encima.
Regresó a la cama después de tomar el medicamento y en pocos minutos ya se había quedado completamente dormido.
Gun abrió la puerta y entró sigilosamente para verificar si Mark no tenía algún problema.
-Khun Mark... Khun Mark, escuché algunos quejidos. ¿Estás bien?-. Dijo mientras se acercaba a la cama.
-¿Khun Mark?-.
Se sentó a un lado de la cama y observó detenidamente el rostro relajado de su jefe. Piel un poco tostada, pestañas largas, labios pequeños pero marcados y de un rojo levemente visible, nariz pequeña, cejas notorias y perfectamente lineadas, cabello castaño oscuro con algunos mechones de color claro.
Cada detalle que Gun miraba en el rostro del hombre dormido, lo grababa detenidamente.
"Eres muy lindo" pensó.
Su mano pasó por su cabello y lo acarició un para de veces, luego cambió de dirección hacia sus mejillas acariciando con suavidad, pasando un dedo por esos labios para sentir la textura de estos.
Un impulso que sintió en su interior hizo que sus propios labios se posaran en ellos, besando con suavidad, probando así el dulce sabor que tenía el joven dormido.
Se apartó de él y añadió algunas palabras sin despegar sus ojos del rostro de Mark.
-Gracias por todo lo que has hecho por mí-.
Su corazón latió con fuerza todo el tiempo que estuvo con Mark. Se preguntó a sí mismo la razón por la que había hecho tal acción, no encontrando alguna respuesta coherente. Se decía que lo había hecho por gratitud, pero era algo poco lógico.
Recordaba los besos de Boat y los comparó con Mark. Notó la diferencia entre ambos, aunque no sabía con exactitud el detalle que los hacía diferente. Sólo había algo que pudo dilucidar en este acto; a pesar de que sintió algo muy fuerte, no era suficiente como para destruir el amor que aún sentía por la otra persona.
Gun salió de la habitación y se dirigió hacia el suyo propio. Se cambió de ropa y se acostó, acompañado por la tristeza de darse cuenta que aún seguía amando a aquel hombre que no veía desde hace casi dos semanas.
Casi dos semanas que no dio espacio para pensar en sus sentimientos. Debía reponerse del cruel dolor que le provocó el hombre que una vez dijo amarlo, pero este beso hacia su jefe y protector, le hizo pensar en ello.
En medio de las sábanas comenzó a soltar algunas lágrimas.
-¡Maldición! ¿Cómo puedo seguir amándote después de todo el daño que me hiciste?-. Decía con tormento.
Botaba lágrimas de dolor hasta que se quedó dormido sin darse cuenta que la trabajadora se había retirado del departamento.
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Los primeros rayos de la luz de día se filtraban por las delgadas cortinas en la sala mientras Gun preparaba el desayuno. Estaba concentrado preparando una mezcla para hotcakes y no se dio cuenta de que en la puerta estaba Mark.
-¿Qué es eso que huele tan delicioso?-.
Gun volteó su cabeza inmediatamente y habló.
-Khun Mark, ¿Qué haces tan temprano? Son recién las 6:30 de la mañana-.
-Sí, ya iré a prepararme para trabajar-.
-¿Cómo puedes hacer eso? Aún estás herido. No puedes ir-.
Mark lanzó una pequeña risita y desordenó el pelo de Gun.
-No te preocupes por mí, P'. Estaré bien, esto fue sólo un rasguño-.
Sintiendo el tacto en su cabeza, Gun agacha su vista y sonríe. Estaba un poco avergonzado.
-Déjame batir esto. Se estropeará-.
-¿Qué es?-.
Mark acercó un poco su rostro al bowl que llevaba Gun.
-Estoy haciendo Hotcakes. En ese plato de allí hay un par que acabo de sacar del sartén-.
-¿Me dejarías probar?-.
-Sí, khun-.
Antes de asaltar el plato con el par de hotcakes, Mark tomó la barbilla de Gun, quien estaba enfocado en colocar la mezcla en el sartén, y giró su cabeza obligando a la otra persona a tener contacto visual.
-P'Gun, ¿Puedo pedirte algo?-.
-Sí, Khun-.
-¿Podrías dejar de llamarme "Khun"? Sólo llámame Mark-.
-Pero eres mi jefe, y no...-. Respondió Gun en tono de confusión.
-Sólo soy tu jefe en el restaurante y no estamos allí, así que por favor te pido que no me llames "Khun"-.
-Está bien, Khu... perdón, Mark. Aunque tú también puedes dejar de llamarme P'-.
-¿Quieres que simplemente te llame "Gun"?-.
-Sí-.
-De acuerdo, Gun-.
La distancia entre ambos rostros no era más de cinco centímetros. Bastante cerca como para sentir la respiración de la otra persona.
Mark se mordió un poco los labios en señal de querer probar los de la otra persona, pero sus pensamientos se esfumaron cuando Gun se percata del desastre que había ocasionado.
-¡Mierda! ¡Los hotcakes!-.
Se apresuró a apagar la cocina, tomó una espátula y removió los hotcakes negros del sartén.
-Mira, se quemaron-.
Mark soltó una risotada ante la reacción divertida de Gun.
-Eres demasiado distraído-.
-¿Yo? Tú me desconcentraste. Ahora deja de reírte y ayúdame-.
-Yo no sé nada de estas cosas. Lo siento-.
Gun agarró su mano derecha y colocó sobre ella un batidor manual.
-No es la gran cosa, sólo tienes que batir esta mezcla-.
Guio con su propia mano los movimientos que debía realizar mientras sostenía el bowl.
-¿Ves? No es difícil. Ahora continúa mientras limpio el sartén para seguir cocinando el resto-.
-Sí, señor-. Respondió Mark juguetonamente.
-Sólo hazlo despacio. No quiero que te lastimes más de lo que ya estás-.
-...-.
Aunque el dolor en el brazo era grande, lo soportó para no preocupar a Gun y hacer lo que este le había pedido.
Era la primera vez en toda su vida que realizaba una actividad cacera y para su sorpresa, lo encontró... bastante agradable.
-Ya está listo, ahora puedes esparcir un poco de mezcla con este cucharón-.
Como todo un experto, Gun mostró sus habilidades culinarias cocinando un par de hotcakes. Mark observó atentamente al chico y procedió a realizar los mismos movimientos.
-¿Así está bien?-.
-Vaya, aprendes muy rápido-. Alabó Gun.
-Entonces, eso quiere decir que soy un buen alumno-.
-No exageres. Te falta aprender-.
Gun le mostró una hermosa sonrisa luego de sus palabras, haciendo latir con fuerza el corazón de Mark.
Ese momento en el que ambos prepararon el desayuno, fue perfecto para Mark, pues nunca había experimentado tales sensaciones y emociones. Todo era perfecto salvo el hecho de no haber podido probar los labios de Gun, pero si hubiera estado despierto la noche anterior, habría sabido que ese momento ya se había concretado.
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El Oscuro ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora