CAPÍTULO XL

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CAPÍTULO XL

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CAPÍTULO XL


-Khun Gun, ¿es aquí?-. Preguntó Kao.
-Sí, es aquí. Estaciónate en este lugar-.
Gun indicó al frente de la puerta de entrada de una boutique, cuyo nombre decía "COOHEART" con letras mayúscula y elegantes.
Kao se sentía un poco incómodo por el lugar, y es que el dueño de aquella boutique fue su novio hace 3 años atrás.
Kao estacionó el automóvil y se giró hacia Gun.
-Khun Gun, ¿puedo esperarlo aquí?-.
-¿No quieres entrar?-.
-Es que... la persona dueña de esta boutique es mi ex novio y no quedamos en buenos términos-.
-Ya veo. Si es así, entonces, puedes irte y yo te llamaré cuando haya terminado-.
-Gracias, Khun-.
Gun se bajó del automóvil y caminó hacia la puerta, ingresando rápidamente y contemplando la grande y lujosa tienda exclusiva de novios.
A su izquierda, estaba una pequeña vitrina con algunos trajes masculinos y a la derecha, los trajes femeninos estaban perfectamente adornados con una tela diseñada con pequeños toques de brillos. En el centro, unos sillones pequeños decoraban el lugar con un color que hacía juego con la alfombra.
Frente a él, había una escalera en forma de caracol por donde bajó la persona que lo estaba esperando.
-Buen día-.
-Buenos días-. Saludó Gun con un wai.
-Debes ser Gun, ¿verdad?-.
-Sí-.
El chico se paró de frente y lo miró con una tierna sonrisa. El hombre era delgado y muy blanco, con un rostro hermoso que enamoraría a cualquiera que pasase por su lado.
Levantó ambas manos y tocó los hombros de Gun.
-No te preocupes. Mark ya habló conmigo y me dijo lo que necesitabas. Afortunadamente, tengo muchos diseños que irán perfectamente con el rostro de un uke como tú-.
Gun lo miró sin saber qué responder.
-¿Uke?-.
-Sí, no creas que no puedo darme cuenta de los que son como yo. Digamos que es un sexto sentido detectarlos-.
El hombre no tuvo ningún reparo en hablar abiertamente de esto con Gun. A cambio de eso, el oyente soltó una risa, cayendo en gracia al dueño de la lujosa tienda.
-Bueno, en realidad tienes ese don. Sí, soy el "bottom" en la relación-. Respondió amablemente Gun.
-Oh, lo siento. No me presenté. Soy Katsamonnat Namwirote, diseñador y dueño de la tienda. Pero puedes llamarme Earth.
-Un gusto, P'Earth-.
Con una sonrisa, Earth tomó la mano de Gun y lo encaminó hacia las escaleras.
-De acuerdo, subamos al segundo piso. Tengo varios diseños exclusivos que hice pensando en una persona como tú. Si no te gusta ninguno, puedo hacer uno a tu gusto-.
-Oh, gracias-.
Cada paso que daba Gun, no podía dejar de apreciar el hermoso lugar donde estaba. Era realmente estar en un palacio.
Al llegar allí, Earth habló a otro chico que estaba frente a una laptop y revisando varios documentos, luego volteó a Gun que estaba parado mirando unas corbatas en una mesa vitrina.
-¿Me esperas en ese salón, por favor?-.
-Sí, por supuesto-.
Gun se dirigió a la puerta a su izquierda y entró al salón, sentándose en un gran sofá acompañado de un centro de mesa.
Al poco tiempo, Earth entra.
-Lo siento, es que mi novio Santa no encontraba las fotos impresa de los trajes. Aquí están-.
Estiró su brazo y entregó la carpeta a Gun, quien se extrañó un poco por la palabra que Earth acababa de mencionar.
-¿Tienes novio?-.
-Sí, ¿por qué?-.
Gun estaba indeciso, si decirle o no lo que sabía, finalmente...
-Kao trabaja conmigo-.
-¿Noppakao Dechaphatthanakun?-.
-Sí-.
Earth se quedó un momento en silencio. Caminó hacia Gun y se sentó a su lado.
-Si trabaja contigo, me imagino que aún es guardaespaldas-.
Gun asintió.
-Bueno, de todas formas, ya terminamos-.
La sonrisa de Earth se desvaneció un poco y el ambiente se volvió un tanto incómodo para ambos. Gun se percató de aquello y cambió inmediatamente de tema.
-Bien, veamos los diseños. Me gustaría alguno donde pueda enamorar aún más a mi novio-. Habló Gun entre risas.
-Oh, no es necesario. Ya lo enamoras con ese lindo rostro que tienes-.
Gun rio un poco y respondió.
-Creo que sí, siempre me está diciendo cuánto me ama. Pero yo...-.
Earth frunció el ceño sin entender mucho a Gun.
-¿Tú... no lo amas?-.
-No.. no es eso-.
Gun sacudió rápidamente la cabeza con un rotundo no.
-Entonces, ¿qué ocurre?-.
-Nada malo. Es sólo que yo nunca le he dicho a Mark cuánto lo amo-.
-¿Por qué no?-.
Gun bajó la cabeza y comenzó a contar sus temores.
-Temo a decir esa palabra. En el pasado, se lo dije en varias ocasiones a un hombre que me lastimaba-.
-¿Crees que te puede suceder lo mismo?-.
-No, yo sé que Mark me ama y me lo ha demostrado. Pero al tener esa mala experiencia, creo que esas palabras no tienen mucho valor. Siento que vale más las acciones y yo le he demostrado mis sentimientos-.
Earth dio un suspiro profundo antes de responder.
-Sí, es cierto que las acciones valen mucho. Pero un "te amo", tiene más significado que cualquier otra cosa si se dice con el corazón. Ambos son complementos-.
-¿Un complemento?-.
-No ganas nada con decirle a una persona que la amas todos los días si tus acciones son malas. Pero tampoco ganas nada si le demuestras que la amas sin decírselo-.
-¿Por qué no?-.
-Porque nunca sabrás si lo que hace por ti es por amor, agradecimiento u otra cosa-.
Gun mostraba una expresión un tanto confusa, que fue captada por Earth.
-Kao fue muy amable conmigo, e intentaba hacer todo lo que a mí me gustaba. Realmente sentía que me amaba tanto como yo a él, aunque no me lo decía. Hasta que un día, él me confesó que todo lo que hacía era sólo por cariño, pero no sentía amor. Ese día lo abandoné y le dije que no volviera a mostrarme su cara-.
-Lo siento-.
La historia fue como un golpe en el corazón de Gun, haciendo que entendiera una razón que estaba bloqueada en su mente.
-A veces es necesario escuchar de nuestra persona especial un "te amo"-.
"Un complemento", reflexionó Gun.
Realmente comenzó a sentir temor de que Mark se sintiera de esa forma.
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En la gran mansión, Mark aguardaba por su padre en la oficina de este. Miraba la computadora y revisaba los últimos movimientos de su familia.
A decir verdad, el nuevo Mark ya no estaba metido en este asunto. Alejado totalmente de su imperio, se volcó simplemente en ampliar su negocio de los restaurantes, y cuidar de su familia. El Señor Jumlongkul no estaba dispuesto a esta nueva forma de su hijo, por lo que de vez en cuando lo ordenaba a cobrar a los morosos, usando la fuerza bruta.
La puerta grande se abrió y la persona esperada apareció.
-¿Qué haces aquí?-.
-Te esperaba-.
Mark se levantó de su asiento y saludó cordialmente al anciano con un wai, luego se sentó en la silla de visitas.
-¿Qué deseas-.
-Quiero que conozcas y aceptes a mi familia-.
El hombre abrió el cajón tranquilamente y sacó un puro.
-Ni siquiera me comunicaste que adoptaste dos niños, tampoco que te vas a casar. Sólo me comunicaste de tu viaje a Pattaya con tu chico. ¿Y ahora quieres que los acepte?-.
-Sólo dime si es un sí o un no-.
-No estás en condiciones de exigirme ninguna cosa. Has construido este camino a espaldas mías. No esperes que salte de emoción-.
Encendió el puro y soltó el primer humo como si lo que su hijo estaba pidiendo, no le interesaba para nada.
-Escucha, Gun es todo lo que necesito en mi vida. Gracias a él conocí otro estilo de vida. Lo amo, papá, ¿puedes entenderlo?-.
-La verdad es que nunca me interesó tu vida y orientación sexual, ¿sabes?. Sólo me interesa de ti, que cumplas con tu deber como futuro heredero de todo esto-.
Las palabras de su padre, dejaban en jaque a Mark, ya que estaba dispuesto a dejar toda su oscura vida atrás, pero otra parte de su cerebro le impedía dejar de lado a quien fue la persona que lo acobijó y le dio una cómoda vida.
-¿Qué me estás tratando de decir?-.
-No es muy difícil de entender. Aceptaré conocer a tu familia, siempre que no abandones tus deberes y dejes tu negocio del dichoso restaurante-.
En el fondo de su corazón, sabía que no podía cumplir con esa promesa. Estaba decidido a darle a Gun y a sus dos pequeños la mejor vida posible y libre de todo tipo de peligros.
Entonces, debía hacer algo para darle esta nueva vida a su familia sin dejar de lado a su padre.
Una solución razonable, para él, fue mentir.
-De acuerdo. Seguiré mi trabajo aquí como lo he hecho hasta ahora, pero quiero que mi futuro esposo y mis hijos queden al margen de todo. Dobla la seguridad para ellos-.
-Entonces, daré la bienvenida a mi yerno y mis nietos esta noche, ¿está bien?-.
El hombre simplemente le mostró una sonrisa, satisfecho de lo que había obtenido, sin pensar que los planes de su hijo eran otros.
-Gracias, padre-.
Mark se levantó de su asiento y dio una reverencia de despedida. Antes de retirarse, su padre lo detuvo.
-Espero que cumplas con tu trato, si no lo haces, te buscaré por mar, cielo y tierra.
-No te preocupes, sabes que soy un hombre de palabra-.
Sin más, se retiró del lugar.
Boun estuvo todo el tiempo esperando afuera de aquella oficina y se incorporó con Mark cuando caminaba por el pasillo rumbo a su automóvil.
-Boun, ¿los pasaportes de mis hijos?-. Le preguntó rápidamente.
-En una semana estarán-.
Detuvo sus pasos y miró hacia su empleado.
-Escucha con mucha atención. Vas a agilizar la venta de los restaurantes, ¿de acuerdo? Después de la boda, me llevaré a Gun y a mis hijos lejos de Tailandia. Pero no quiero que mi padre sepa de esto, ¿de acuerdo?-.
-Entendido, Khun. Pero, ¿dónde piensa ir?-.
-Eso es algo que nadie puede saber-.
-Está bien-.
Luego del pequeño diálogo, siguió su camino con un alivio en su corazón. La mitad de las cosas que tenía en mente estaban casi resueltas, y ya podía respirar tranquilo.
Mientras caminaba, su celular comienza a sonar, obligando a Mark a tomarlo. La pantalla mostraba el nombre del hombre que ama, alegrando así su mañana.
-Hola, cariño-. Respondió Mark.
-¿Molesto?-.
-No, acabo de terminar con mi padre. Hoy estamos invitados a cenar con él-. Habló con alegría.
-Eso es bueno. Aunque te llamaba porque quiero invitarte a almorzar si es que no lo has hecho con tu padre. Necesito decirte algo-.
-No, no almorcé con él, así que acepto ¿Qué sería?-.
-No puedo decirlo por teléfono. Debe ser en persona-.
Mark no respondió y sólo sonrió.
-Por cierto, ya que retiraste a los niños, puedes pedirle a Boun y Mean que los cuiden mientras almorzamos-.
La sonría de Mark se desvaneció completamente.
-Gun, estás confundido. Yo no he retirado a los niños de ningún lado. No están conmigo-.
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