CAPÍTULO XXXII

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CAPÍTULO XXXII

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CAPÍTULO XXXII


Camino hacia una pequeña mansión, estaba Mark con sus dos acompañantes: Boun y Mean.
Se reuniría con un viejo jefe del negocio, quien no era aquellos peces grandes, a pesar de sus robos, así que era un blanco fácil para los Jumlongkul deshacerse de la persona.
Al llegar allí, dos matones obstaculizaron el paso, pero fueron reducidos fácilmente por los recién llegados.
Mark hizo su camino hasta llegar al hombre.
-P', creo que no fue buena idea asaltar nuestra embarcación-. Dijo Mark apenas irrumpió en la oficina.
-¿Por qué? En este juego, todo es legal. No puedes venir, así como así, a mi casa y reprocharme lo que ustedes también hacen, Nong-.
Mark se acercó desafiante hacia el hombre mayor.
-Realmente no estás entendiendo nada, P'-.
-¿Tan poderoso te crees acaso?-. Respondió el anciano frente al chico que era un poco más bajo que él.
-En este mundo, a veces se gana y a veces se pierde. Pero las cucarachas como tú, normalmente mueren, ¿no es así?-.
El anciano tiró la mano hacia atrás y sacó un revolver apuntando directamente a la cabeza del joven.
-Por supuesto que esa cucaracha eres tú, maldito Jumlongkul-.
-No me asustas-.
Mark dio un paso hacia atrás sin hacer ningún tipo de movimiento. Levantó las manos en señal de rendirse engañando al hombre, quien bajó la guardia, entonces su habilidad fue más rápida y se agachó tirando de su pierna golpeando el tobillo del anciano obligándolo a arrodillarse.
Se levantó e inmediatamente golpeó con otra patada la mano derecha del hombre, dejando caer el arma y siendo recogida por él mismo.
-Dime dónde está nuestro dinero-.
El anciano se puso de pie con gestos de dolor y contestó.
-Mátame-.
-No lo haré tan fácil-.
-Entonces, no lo sabrás-.
Mark poco a poco perdía la paciencia con el individuo, sintiendo que la conversación no estaba yendo hacia ningún lado.
Boun y Mean miraban la escena quietos frente a la puerta custodiando que ninguno de los hombres enemigos estorbaran en la disputa.
Mark levantó el arma y sin esperar algún tipo de tiempo, tiró del gatillo hacia el hombro del Sr. Chatkaewmanee,
-¡Ay! ¡Maldito hijo de puta!-.
La sangre fluía por todo el hombro y el dolor incrementó considerablemente, pero esto no detuvo al hombre. Más bien, tomó su celular y marcó con dificultad un número frente a la mirada desconcertada de Mark.
Cuando la llamada es tomada, el hombre habla.
-Esperen mi señal-.
-Sí, señor-.
Dejó el teléfono en la mesa en modo altavoz.
Mark estaba confuso ante lo que acaba de hacer el mayor. ¿Acaso estaba planeando una emboscada hacia ellos? Sin embargo, no bajó su arma apuntando a su enemigo.
-¿Qué mierda estás haciendo?-.
-Me enteré que te estás revolcando con un garzón que trabaja en tu restaurante. Creo que se llama Gun, ¿o me equivoco?
Mark abrió los ojos de par en par sin poder pronunciar ninguna palabra.
-...-.
-Debe ser muy importante para ti. Tal vez es delicioso en la cama-.
-¿Y él qué tiene que ver en todo esto?-.
-Entonces, no habrá ningún problema en traerlo para satisfacerme. O mejor aún, matarlo-.
Seguía hablando con amenazas mientras apretaba con todas sus fuerzas la zona afectada, ensuciando el piso con sangre que no dejaba de fluir.
-Mis hombres están a dos calles del restaurante. Él ya debe estar cumpliendo su turno matutino, así que no importa lo que me hagas, ellos recibirán la orden de ir por él y matarlo-.
Mark bajó el revólver y comenzó a reír frente a la vista incrédula de sus hombres.
-Hazlo. No me interesa en lo más mínimo-.
-¿Qué estás diciendo?-.
-¿Quieres que te cuente cómo le gusta que lo tengan?-.
-...-.
Se acercó a su oído y susurró con picardía en el rostro.
-Le gusta sentirlo adentro mientras está sentado sobre ti-.
El hombre sin quitar la vista, mandó la orden.
-¡Háganlo! ¡Vayan por él y mátenlo!-.
-Sí, señor-.
Al colgar, el Sr. Chatkaewmanee comenzó a reír sarcásticamente.
-¡Estás perdido, Jumlongkul!. Todos en el medio están conscientes de lo que pasa con ese tal Gun. Si no soy yo, alguien más lo matará y a ti también.
Mark se negó a seguir escuchando y levantó la mano. A sangre fría tiró del gatillo reventando todos los órganos internos del hombre, desplomándose inmediatamente. Con toda tranquilidad, dejó el lugar a paso lento custodiado por sus hombres que disparaban a quemarropa a cualquiera que se cruzara por su camino.
-Boun, da la orden de matar a todos los habitantes de esta casa-.
-Sí, Khun-.
Luego tomó su celular y marcó. La llamada fue tomada a la tercera tonada.
-¿Khun Mark?-.
-Kao, sácalo de ahí-.
-¿Qué?-.
-¿Estás sordo? Saca de ahí a Gun y llévalo a Pattaya donde están embarcados nuestros yates-
-Sí, Khun-.
Se subió al automóvil dejando a Boun con sus más de 30 hombres para cumplir con lo pedido, mientras Mean iniciaba la carrera.
-¡Mierda! Ahora ya todos saben. Gun está en peligro-.
-¿Nos vamos directo a Pattaya?-.
-Primero pasa a la casa. Buscaremos algo de ropa para Gun y unos documentos-.
-Sí, Khun-. Mean puso el acelerador a fondo tomando el riesgo de provocar algún accidente, pero no había más tiempo que perder.
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Gun tomó la orden de un par de amigas que estaban encantadas con su atractivo y belleza por lo que no dejaban de coquetearle.
-Nong, ¿puedes venir un momento?-. Dijo una de las damas cuando Gun se acercó a la mesa siguiente llevando el pedido a una pareja.
-Iré enseguida-.
Al terminar de atender la mesa se dirigió hacia las dos amigas y mostró sus respetos.
-¿Necesitan algo?-.
-Sólo queremos saber si tienes novia-.
-No, P'. No tengo novia, pero estoy saliendo con alguien. Es hombre y es el dueño del restaurante-. Respondió con una amable sonrisa sin ningún tipo de incomodidad o vergüenza.
Las dos mujeres jóvenes se quedaron atónitas ante aquella declaración.
-Entonces, ¿eres...?-.
-Así es-.
Una de ellas sonrió emocionadamente contagiando a la otra chica.
-¡Estoy feliz! ¡Espero que también seas feliz con tu chico!-. Animó.
-Sí. Aunque no conocemos al dueño, creemos que te ama mucho y tú también a él. Por favor, ámense mucho-.
-Gracias-. Gun sonrió y mostró sus respetos a las chicas, cuando es sorprendido por Kao. Lo tomó de brazo y lo llevó hacia la cocina.
Title y Plan, que estaban en el bar, se dirigieron hacia donde estaba su amigo para enterarse que lo que estaba ocurriendo.
-¿Qué pasa, Kao? ¿Por qué me traes así?-.
-Tenemos que salir de inmediato de aquí-.
-¿Por qué?-.
-Ellos no tardan en llegar y vienen a matarlo, así que vámonos de aquí-.
-¿A matarme? 'Quiénes?-. Dijo con voz temblorosa.
-Los enemigos de Khun Mark-.
Los dos empleados aparecieron por la puerta decididos a saber lo que estaba pasando con su amigo.
-Gun, ¿qué está pasando?-. Preguntó Title atrevidamente.
-Así es, ¿por qué lo sacas así?-. Plan apuntó a Kao con aires de exigencia.
-No es momento para explicaciones, Khun Gun. Debo llevarlo de inmediato a Pattaya-.
-¿Pattaya?-.
Plan inició una búsqueda mental con todos los detalles de lo que él estaba en conocimiento. Atando cabos sueltos llegó a una conclusión, pero pensó en voz alta.
-¿Será que los descubrieron?-.
-No hay tiempo-.
Kao tomó el brazo de Gun y lo sacó por la parte trasera ante la vista de sus amigos que ignoraron todo lo que sucedió.
-¡Esperen!-.
Gun escuchó a su amigo y esperó.
-Dile a Mean que se cuide, por favor. Y cuando acabe, que me busque en mi departamento-.
El oyente asintió y se fue con Kao hacia el automóvil arrancando rápidamente.
Title frunció el ceño y volteó a Plan bruscamente para sacar información.
-Tú sabes algo, ¿verdad?-.
Plan se encogió de hombros sin responder.
-Dime lo que está pasando-.
Estaba acorralado y sabía que su amigo no lo dejaría en paz hasta obtener toda la verdad de los acontecimientos. No tuvo otra alternativa más que aceptar.
-De acuerdo, te contaré todo cuando terminemos el turno, ¿sí?-.
-Es un hecho-.
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La distancia entre Bangkok y Pattaya no era demasiada, por lo que demoraron aproximadamente dos horas en llegar.
Gun asombrado miraba el hermoso paisaje de aquellas playas cristalinas que iluminaban toda la zona. El asombro fue aún más grande cuando Kao pidió que esperara en uno de los lujosos yates atracados.
Gun entró y miró con desconcierto la enorme sala perfectamente amueblada con un gran sofá circular de color blanco y un centro de mesa. En la esquina poseía un gran bar con distintos tipos de licores. Al costado se hallaba unas escaleras las cuales subió para encontrarse con una amplia y acomodada habitación con una cama de dos plazas.
Tocaba con mucho cuidado cada objeto que decoraba el cuarto, luego miró por la ventana encantándose con una vista hermosa hacia el mar y la proa del yate.
-¡Gun!-.
Su llamado interrumpió la excursión y bajó para encontrarse con el dueño de la voz.
-¡Ai Nhu!-.
-Me alegra que estés a salvo. Zarparemos en unos momentos-.
-¿Zarpar?-.
-Sí, nos alejaremos de toda esta mierda por un tiempo. No te preocupes, este yate está equipado con todo, incluso con alimentos. Tengo un personal aquí que se encarga de eso-.
Gun simplemente sonrió y asintió. Mark dio las últimas ordenes hacia Mean y Kao.
-Comuníquense con Boun, busquen a los imbéciles que iban por Gun y mátenlos. Quedan a cargo del restaurante y ayuden a Plan y Title. Comuniquen todo a mi padre, ¿entendido?-.
-Sí, Khun Mark-.
Los hombres dieron marcha atrás, hasta que Gun los detuvo.
-¡Mean!-.
-¿Necesita algo, Khun Gun?-.
-Plan me pidió decirte que te esperará en su departamento-.
Con sólo escuchar esas palabras, su sonrisa apareció y su rostro se iluminó completamente.
-Gracias, Khun Gun-.
Los hombres se retiraron y Mark comenzó la preparación para el zarpe.
-¿Me dirás lo que pasó?-. De pronto preguntó Gun.
-Sólo nos iremos de vacaciones un tiempo. Piensa sólo en eso, ¿sí?-.
Mark inició el zarpe con rumbo hacia lo que se puede llamar una pequeña luna de miel.
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