CAPÍTULO IX

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CAPÍTULO IX

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CAPÍTULO IX

Mark divisó el condominio donde residía Gun. No tardaron más de 15 minutos en llegar. La velocidad con la que llegó fue impresionante. Como si hubiera sido un rayo.
-Detente aquí-.
-Sí, Khun-.
Mean obedeció y se estacionó justo en la esquina de la calle siguiente.
-Iré solo. Ustedes quédense a observar si viene Boat. Y si lo ven, no permitan que entre al departamento-.
-Sí, Khun-. Respondieron sus trabajadores.
Mark se apresuró inmediatamente hacia el departamento. No sabía el número, pero recordó el camino que había seguido aquella vez cuando conoció a su actual empleado, Boat.
Llamó a la puerta una y otra vez pero nadie abrió.
Dio una patada a la puerta y la abrió. Rápidamente entró mirando hacia todos lados.
-¡P'Gun! ¿Dónde estás?-. Gritaba por todos lados buscando en todos los rincones, hasta que fue al cuarto.
Allí se encontraba Gun tirado en la cama seminconsciente, con un aspecto bastante deplorable. Su rostro estaba lleno de moretones, sus ojos y boca sangraban. En lo que respecta a sus partes íntimas, sus pantalones estaban hasta las rodillas y su trasero estaba ensangrentado y con semen. Su miembro estaba con restos de fluidos combinados con orina.
-¡P'Gun!-.
Mark levantó al chico para que lo mirara, pero su energía era tan nula que no podía abrir sus párpados.
Estaba al borde del desmayo.
-¡Ay! ¡Duele!-. Dijo en pequeñas palabras.
-Fue Boat, ¿verdad?-.
Gun no decía nada.
-Dime si fue él quien te hizo esto-. Le decía mientras acariciaba su rostro con ternura.
Gun abrió un poco los ojos y solamente asintió. Luego de eso, se desmayó.
Mark dejó a Gun y sacó su celular.
Llamando...
-¿Sí, khun Mark-. Dijo la voz del otro lado de la línea.
-Kao, necesito que subas inmediatamente. Es el departamento xxx. Dile a Mean que mantenga encendido el auto-.
-De inmediato-.
Mark colgó la llamada y miró en el velador el retrato de una foto de Gun con Boat. Inexplicablemente, una ira incontrolable se apoderó fuertemente de él.
-¡Maldito hijo de puta!-. Lanzó aquel portarretratos hacia la pared haciéndolo añicos, luego se volteó hacia Gun y habló.
-Espero que te hayas divertido, porque será la última vez que veas a P'Gun. De eso me voy a encargar yo. Y da las gracias que trabajas con mi padre, de otra manera, ya te habría matado con mis manos-.
Mientras hablaba, Mark subió los pantalones de Gun para tapar su intimidad.
En ese momento escuchó la voz de Kao, quien lo llamaba y este le indicó el lugar donde estaban.
-¿Qué pasó?-.
-Ayúdame a llevarlo al automóvil-.
-Sí-.
Kao tomó a Gun fácilmente y caminó hacia la salida. Como Gun era muy delgado, Kao no tuvo problemas en cargar a la persona.
Lograron sacar a Gun de la habitación sin que Boat regresara, y lo llevaron a un departamento de lujo donde residía de vez en cuando Mark.
-Boun, llama a un médico-.
-Khun Mark, es la una de la mañana-.
-¡Me importa una mierda! ¡Llama!-.
-Como ordene-.
Kao dejó acostado a Gun y luego se retiró por petición de Mark. Antes de ello, el pequeño jefe les ordenó que nadie podía mencionar alguna palabra de esto. Gun debía ser protegido y nadie podía enterarse de su ubicación.
Mark fue al baño y sacó una toalla de mano. La empapó de agua y la llevó para lavar al chico.
Con cuidado, limpió sus heridas de sangre y habló.
-Tienes una cara hermosa, ¿cómo pudo ese bastardo lastimarla de esta manera?-. Decía.
Cada toque que daba, lo hacía con mucho cuidado, dulzura y delicadeza. Y es que, desde el día que lo conoció, algo de este chico se había metido muy profundamente en su interior, por supuesto ya se había convertido en una persona intocable para él, y verlo lastimado a este grado por otra persona, le hizo estallar la cabeza de ira, y su sangre hervía por dentro. Su corazón se partió en mil pedazos y apenas podía mantener oculta las lágrimas que amenazaban con salir.
La toalla pasó de su rostro a su cuerpo con hematomas notorias tanto en sus brazos como en su cuello. Una marca que evidenciaba el intento de ahorcamiento.
-Lamento lo que voy a hacer-. Dijo Mark cuando llegó hacia el abdomen de Gun. Bajó sus pantalones y limpió con delicadeza su miembro enrojecido, luego lo volteó y limpió sus glúteos y la entrada donde se podía ver claramente los restos de semen y sangre.
-¡El hijo de puta te violó!-. Dijo Mark.
Al terminar de remover toda su ropa, Mark acomodó a Gun en la cama y lo cubrió con sábanas y frazadas mientras esperaba la llegada del doctor.
Quince minutos después, el doctor llega acompañado de Boun. Mark lo saludó cordialmente.
-Doctor, lamento la hora, pero es una emergencia-.
Mark le habló al doctor mientras lo encaminaba hacia el cuarto.
-Sólo acepté porque se trataba de ti, Nong Mark-.
-Se trata de este chico. Al parecer su novio le dio una paliza, y su estado no es bueno-.
-Bien, vamos a revisar. Por favor, espera afuera-.
-De acuerdo-.
Mark salió de la habitación y fue directamente hacia Boun.
-Escucha, nadie debe saber que P'Gun está aquí, en especial ese bastardo. Aunque sea la mano derecha de mi padre, no tiene el derecho de saber que Gun está aquí, ¿de acuerdo?-.
-Sí, Khun. Pero, ¿qué sucederá con Boat ahora?-.
-En cuanto al bastardo, hablaré con mi padre para que lo despida, y cuando eso pase, les avisaré para que vayan a darle una visita-.
-¿Usted pide matarlo?-.
Mark miró sombríamente a Boun y respondió:
-Sí. El maldito pagará muy caro lo que le hizo a P'Gun-.
-Entiendo. Iré a comunicar a Mean y Kao sus órdenes-.
El joven asintió y el guardaespaldas salió inmediatamente por la puerta de salida.
Veinte minutos después, aparece el doctor.
-¿Qué tal está?-. Preguntó Mark rápidamente.
-Bueno, lo lamento por el chico. Me sorprende que su novio haya sido capaz de dejarlo así. Los casos de hombres gays que sufren violencia intrafamiliar, créeme que son muchos, pero normalmente no suelen levantar la voz por miedo a burlas y a no ser escuchados-.
-Doctor, por favor sea directo-. Reclamó Mark con molestia.
-Bueno, el chico viene con múltiples golpes en su cuerpo. Además, revisé el recto y claramente hay indicios de una fuerte penetración-.
-Eso quiere decir que...-.
-Así es. Al parecer, fue violado. La zona está inflamada y enrojecida, con restos de sangre y fluidos. Tiene una pequeña hemorragia interna que pude controlar. He colocado un suero para evitar alguna infección. También hay enrojecimiento y una pequeña inflamación en el área del pene, causado por una fuerte presión ejercida sobre él-.
El doctor le había dado la misma respuesta que sospechaba el joven cuando limpió a Gun en aquella zona.
-¿Y la pérdida del conocimiento?-.
-Posiblemente sea debido al dolor. Es preferible dejarlo hasta mañana. Por los próximos cinco días, no puede moverse de la cama, necesita mucho reposo y que sea alimentado solamente con líquido. No puede ingerir alimentos sólidos. Y te dejaré algunos medicamentos por diez días-.
-De acuerdo, doctor. Gracias por venir-.
-Te recomiendo que, si el chico no es nada tuyo y no tiene nada que ver con tu vida, pues que denuncie esto a las autoridades-.
-Sí, doctor. Gracias-.
-Bien, nos vemos. Cualquier inconveniente me llamas-.
El doctor se retiró del lujoso departamento y Mark llamó a Kao para que fuera al lugar inmediatamente. Este le ordenó que fuera a cualquier farmacia de atención de 24 horas para comprar los medicamentos solicitados.
Mark no quería despegarse del chico, pero estaba consciente de que debía dejarlo solo hasta el otro día. En su interior sólo tenía en su mente poder sanar las heridas provocadas por la persona que un día dijo amarlo y protegerlo siempre.
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Al otro día, Gun despierta mareado y con el estómago revuelto. Sus ganas de vomitar eran incontrolables por lo que no pudo evitar botar el recargo en su interior al piso, al lado de la cama.
-¡Mierda!... ¿Dónde estoy?-. Dijo sin fuerzas y con mucho dolor en su cuerpo.
Justo en ese momento, entra Mark.
-Ya estás despierto. Veo que no te sientes bien-.
-Lo siento, yo no...-.
-No te preocupes. Tengo una servidumbre que contraté para que te ayuden. Ellas limpiarán aquí-.
Gun apenas podía moverse, por lo que se acostó inmediatamente.
Mark se acercó a él y tocó su frente, pero Gun esquivó la mano con un poco de temor.
-Descuida, no te haré daño. Sólo quiero ver si no tienes fiebre-.
Gun simplemente miraba.
-¿Me puedes contar lo que te pasó anoche?-.
-No quiero hablar de eso, por favor no me hagas hablar de ello-.
Respondió Gun soltando unas lágrimas, destrozando una vez más, el corazón de Mark.
-Está bien. No te preocupes. Sólo quiero que sepas que aquí estarás a salvo-.
Las mujeres de servicio habían entrado para limpiar la suciedad en el piso, por lo que Mark prefirió alejarse un momento para dar espacio a Gun para que descansara un poco más.
Al terminar, Mark volvió a sentarse al lado de Gun, que miraba atentamente cada paso que daba el dueño del departamento.
-¡Duele!-.
-Lo sé-.
-Todo mi cuerpo duele, quiero descansar-.
-De acuerdo, pero primero debes tomar tus medicinas-.
En un escritorio ubicado frente a la cama, se encontraba una bolsita que contenía los medicamentos comprados la noche anterior para Gun. Mark tomó una pastilla y la colocó en la boca de Gun junto con una botella de agua.
-Esto te ayudará para el dolor-.
Luego tomó una crema y giró con mucho cuidado a Gun.
-¿Qué haces?-.
-Lamento lo que haré, pero es necesario-.
-¡No me toques! ¡Duele!-. Se quejó Gun.
-Lo sé, pero esto ayudará que se desinflame esa zona-.
Colocó un poco de medicina y cubrió con delicadeza el área afectada. Al terminar, volteó al chico y colocó otro poco de crema en su miembro con gentileza.
Gun cerró sus ojos y se quedó dormido. Mark dejó al chico para que descansara.
Se quedó contemplando un momento a Gun mientras miles de cosas pasaban por su mente.
"Si yo fuera dueño de tu cuerpo, te juro que jamás te tocaría de esta manera. Desde ahora serás como un tesoro al que se debe proteger y cuidar, porque eso serás para mí. Mataré a cualquiera que se atreva a meterse contigo".
Salió de la habitación y habló con una de las empleadas.
-P'... Tengo que salir un momento, por favor cuida del chico que está durmiendo. Llámame si hay alguna urgencia-.
-Sí, Khun-.
Mark salió rápidamente del departamento y habló a Mean que lo estaba esperando afuera del lujoso condominio.
-Llévame a la mansión-.
-¿A la mansión, Khun?-.
-Sí, iré a hablar con mi padre para que despida al bastardo. Pagará muy caro lo que hizo-.
En el corazón de Mark, lo único que tenía era las ganas de vengarse de aquel hombre que fue capaz de romper el alma de alguien tan noble como Gun.
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El Oscuro ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora