El Oscuro Protector

CAPÍTULO II

CAPÍTULO II

Gun llegó a su trabajo como siempre, y encontró a su amigo Plan y Title que estaban depositando sus cosas en sus casilleros correspondientes.
-Hola, chicos. Oh, Plan. Volviste-.
-Lamento haberme ausentado ayer. Es que mi novio estuvo un poco enfermo-.
-¿Qué le sucedió?-. Preguntó Title.
-Tenía mucha fiebre. Al parecer, fue insolación. Estuvo toda la tarde del día anterior jugando fútbol, así que lo más probable es que haya sufrido de ello-.
-Qué mal. Pero, ¿ya se encuentra mejor?-. Preguntó Gun.
-Sí, ya está bien. Incluso fue a su trabajo-.
-Me alegro que Mean ya se encuentre mejor-. Respondió Title tomando su delantal y colocarlo en su cintura.
-Bien, vamos a trabajar-.
Title le dio dos palmaditas en el brazo derecho de Gun.
-¡Ay!-. Exclamó el chico con dolor apenas fue tocado.
-¿Eh?-.
Title se sorprendió un poco y levantó la manga de la polera ante la atenta mirada de Plan y descubrió el moretón que llevaba.
-¡Gun! ¿Qué te pasó ahí?-. Preguntó Plan.
-Nada, tuve un pequeño accidente en la cocina. Choqué con una de las puertas de la despensa y me golpeé muy fuerte-.
Title frunció el ceño como si no le estuviera creyendo la historia, por lo que preguntó nuevamente.
-¿Estás seguro?-.
-Sí, ¿por qué?-.
-Por nada. Debes tener más cuidado-.
-Lo sé-.
Plan ya había terminado de colocarse su uniforme y se dirigió hacia la puerta de salida.
-Basta de charlas. Vamos a trabajar-.
Gun siguió el camino hacia la salida para reunirse con Plan, pero fue detenido a mitad de camino por Title.
-No me dejes saber que el responsable de esto fue P'Boat-.
Gun tomó una actitud de incredulidad y siguió caminando haciendo pensar que todo estaba bien.
El encargado del turno laboral de la tarde, que a su vez era el responsable de la caja, dio las instrucciones de los que dejaron los de la jornada matutina. Los clientes que llegaron, lo que pidieron su cuenta, los que aún esperan su pedido, en fin... Todo lo que tenían que tomar a partir de ese mismo instante.
-Gun, mira la mesa 2. Hay un cliente que acaba de pedir la cuenta, y la garzona que lo atendió ya se fue-.
El chico volteó hacia la mesa y vio que estaban tres jóvenes tomando algunos tragos.
Uno de ellos, tenía apariencia extranjera, el segundo estaba vestido de traje muy fino, parecía ser dueño de una compañía, y el tercero era un joven con ropa deportiva.
Gun recibió la pequeña carpeta que contenía el Boucher de venta e Inmediatamente se dirigió hacia ellos.
-Disculpen, aquí les traigo la cuenta-.
Uno de los chicos lo miró de pies a cabeza haciendo que Gun se pusiera un poco nervioso.
-¿Y dónde está la chica que nos atendió recientemente?-. Dijo uno de los jóvenes que tenía apariencia extranjera.
-Bueno, ella se fue-.
-No importa. De todas maneras, tú estás igual de sexy-. Le dijo uno de los chicos.
A decir verdad, fue un piropo dicho cortésmente.
-Gracias-.
Las personas que estaban siendo atendidas, notaron un carisma en Gun por lo que no pudieron evitar saber un poco más del joven.
-¿Por qué estás aquí en vez de estudiar?-. Dijo el joven de apariencia extranjera.
-Sí, eres muy joven y atractivo. ¿Cómo es que no estás estudiando?-. Añadió el chico de ropa deportiva.
¿Qué podía responder? ¿Decirle que dejó su carrera por petición de su novio? No podía hacer tal cosa de dejar mal a su chico, por lo que buscó cualquier excusa para salir de aquella situación incómoda.
-Bueno, es que el dinero para pagar mis estudios no me alcanza, así que congelé la carrera. Pero pienso retomar cuando junte lo necesario-.
-Por eso es que estás trabajando tan duro-.
El joven de traje fino le dio algunas palabras de aliento que hicieron sonreír a Gun.
-Sí, claro. Necesito trabajar para mantenerme-.
-Eres muy adorable. Ten por seguro que, si no fuera casado y heterosexual, iría detrás de ti inmediatamente-. Dijo el extranjero.
El joven deportivo se lanzó a reír y añadió:
-Bueno, no es necesario ser gay. En estos tiempos, es normal experimentar-.
Gun simplemente sonreía frente a la conversación de sus clientes. Se veía como el centro de atención y eso lo hacía sentirse muy bien.
Tomó la tarjeta de crédito que entregó uno de los jóvenes y la utilizó para el pago de la cuenta.
-Bien, aquí está su tarjeta. Y ya me despido porque debo seguir atendiendo las mesas. Muchas gracias por venir-.
-Gracias a ti por atendernos, hermoso chico-. Añadió el extranjero.
Gun se devolvió a la barra para tomar algunas cartas y luego regresó a hacia algunas mesas donde se encontraban algunos clientes que habían llegado.
La puerta de entrada se abrió y la primera persona que apareció fue la que siempre ha visto todos los días desde hace dos años. Gun corrió rápidamente hacia él.
-¿Qué estás haciendo aquí, P'Boat?
-Venía a buscarte para almorzar, pero acabo de ver que la estabas pasando muy bien-.
-¿Qué dices?-.
-¿Hiciste buenos amigos?-.
La actitud brusca de su novio golpeó muy fuerte en el interior de Gun, haciéndole sentir un poco de miedo. Un miedo que estaba recorriendo todo su cuerpo.
-P'Boat, estoy trabajando. Hablemos después-.
El mayor no pronunció ninguna palabra, solamente se dio media vuelta y se marchó. Actitud que tomó por sorpresa al menor.
Si lo conocía muy bien, hubiera jurado que se quedaría a armar un escándalo, pero a cambio de eso, se fue tranquilo. Aún así, no podía evitar estar intranquilo.
Decidió olvidar la situación y seguir atendiendo las mesas correspondientes.
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En la noche, a eso de las 11 p.m. Gun volvió a su departamento con una sonrisa por una buena propina que había recibido en el día.
Venía con unas bolsas con comida preparada para pasar una buena cena con su novio.
Apenas entró, llamó al mayor pero este no respondía.
-¡P'Boat! ¿Dónde estás? ¡Traje comida para que cenemos!-.
Llegó hasta la el dormitorio y allí estaba él sentado en la cama fumando un cigarro.
-Aquí estabas, amor. Traje comida para la cena, mira-.
Boat levantó su cabeza y miró fijamente al menor.
-¿Quién de los chicos te gustó más?-.
-¿Eh?-.
Boat se levantó de la cama y caminó hacia Gun quedando frente a frente con él.
-P'... Compré comida para cenar. Hoy recibí una buena propina, así que podemos celebrar-.
Gun levantó la bolsa con la comida para mostrarla a su novio pero todo fue lanzado hacia la pared con un solo golpe sobresaltado a Gun.
-¿Crees que soy idiota?-. Gritó Boat.
-¡P'...!-.
-¡Te vi coquetearle a esos malditos imbéciles! Dime, ¿cuál de los tres te gustó más? ¿El bastardo del extranjero, el estúpido de traje o el idiota de ropa deportiva?-.
Gun dio un paso hacia atrás con el fin de intentar escapar de Boat.
-No, estás equivocado. Ellos sólo eran clientes que fueron muy amables conmigo-.
-¿Es así?-.
-Sí-.
Boat, que aún mantenía el cigarrillo, lo botó al piso y agarró a Gun por los hombros zarandeándolo fuertemente.
-¡Tú eres mío!-.
-¡Ay! ¡P'Boat, me duele!-.
Con una gran fuerza, Boat empujó a Gun haciendo que este se golpee fuertemente contra la puerta.
-¿Te duele? No creo que te duela más que a mí-.
Gun comenzó a sollozar debido al dolor ocasionado por el golpe y por el trato de su novio.
-P', por favor... No me trates así-.
-¿Que no te trate así? ¿Cómo quieres que te trate si te estás comportando como una prostituta barata?-.
Gun se acercó a Boat y trató de calmarlo.
-Por favor, P'. No es lo que tú crees, jamás te engañaría. Me conoces bien-.
Intentó excusarse lo que más pudo, pero sus palabras no estaban dando resultado.
-¡Cállate!-.
Con una gran fuerza, Boat dio una cachetada al rostro de Gun, quien cayó al piso como si fuera un saco. El mayor lo observó con mucha impotencia.
-¡Maldición! ¿Ya ves lo que provocas?-.
Gun no podía hablar, sus lágrimas y ahogados sollozos impedían que saliera si quiera una palabra de su boca.
-Tú te buscaste todo esto. Si no fueras una maldita perra coqueta...-.
-P'... ¿cómo puedes tratarme así?-. Logró decir Gun entre sollozos.
-Tú me provocas-.
Gun se levantó del piso, secó su rostro y se paró frente a Boat, aunque su mejilla dolía como el infierno.
-Te juro que no soy como lo piensas, por favor. Tienes que creerme. Sólo te pertenezco a ti-.
-¿Ah, sí? Demuéstralo-.
-¿Cómo?-.
Boat, comenzó a desabrochar sus pantalones en señal de querer subir la temperatura del ambiente. Pero no era un ambiente agradable.
Gun inmediatamente supo lo que quería, pero no podía negarse y aceptó todo tipo de insinuaciones para arreglar las cosas.
Boat tomó fuertemente de la cintura al pequeño chico y procedió a besarlo en su cuello.
Gun, en un acto reflejo dio pasos hacia atrás intentando retirar al chico, pero su fuerza era demasiado inferior. Dio tanto pasos hacia atrás que acabó cayendo en la cama justo como lo quería tener el mayor.
-¡Mmmm! Estás delicioso... como siempre-. Dijo Boat cuando tomó por sorpresa el miembro de Gun por el interior de sus pantalones.
Al principio, los toques de su hombre lo estaban incomodando, pero luego el despertar del deseo no tardó en suceder.
Ayudado por aquella adrenalina, Gun se desvistió rápidamente al igual que Boat, quedando completamente desnudos. Boat abrió las piernas de Gun y se acomodó entre ellas para asaltar el miembro ajeno con su boca.
-P'Boat... hoy no quiero sexo oral-.
-¡Cállate! Esta noche harás todo lo que yo quiera para complacerme-.
Gun aceptó la orden de su chico y dejó que este siguiera con su acto.
Boat, como todo un experto en esta área, tomó con su boca el pedazo de carne y lo ingresó hasta lo más profundo, ocupando su lengua para recorrer cada centímetro del miembro, ocasionando que el menor comenzara a retorcerse en la cama.
Sus movimientos ocasionaban que el chico siguiera el mismo ritmo de su boca con sus caderas, logrando una danza interminable entre ambas.
En su interior, Boat sentía que el fuego del deseo ardía incontrolablemente, y necesitaba con urgencia poseer a Gun, así que soltó el miembro y levantó su cabeza al nivel del otro chico. Lo colocó de costado y levantó una pierna. Rápidamente, sin lubricante, sin condón, y sin aviso, se introdujo ferozmente en Gun.
-¡Ay!-. Soltó el chico.
El placer que había sentido al principio, fue reemplazado por el inmenso dolor de ser embestido con fuerza.
Boat seguía empujando hacia adentro y afuera con mucha rapidez y Gun estaba completamente sometido a ello. Como su chico estaba de espaldas, Boat no pudo ver que el menor estaba llorando en sus brazos. Era un llanto de ira y frustración por no poder hacer nada en contra de los deseos de su novio.
Entraba y salía de su cuerpo el pedazo de carne de gran tamaño de Boat, que lo estaba volviendo completamente loco y cada vez, su cuerpo le requería aún más fuerza para satisfacerse. Por su parte, Gun colocaba una mano en su boca para evitar soltar los sollozos, puesto que esta era la primera vez que Boat le practicaba sexo duro con dolor.
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