CAPÍTULO XXIII

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CAPÍTULO XXIII

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CAPÍTULO XXIII

-¿Es cierto todo lo que dijo P'Boat?-.
-Gun, yo...-.
Mark dio un paso hacia él, pero este retrocedió rápidamente. Buscaba las palabras exactas para explicarse, lamentablemente no las encontraba.
-Dime si es verdad que estuve todo este tiempo con un narcotraficante-.
-Sí-.
Gun sentía decepción en su interior, pero necesitaba escuchar más de la oscura historia de su protector.
-Por favor, explícame-.
-No hay mucho que explicar, esta es mi vida y no puedo cambiarla. Estoy condenado a esto-.
El oyente escondió su rostro para no mostrar sus sentimientos de dolor. Se dio cuenta de cuan importante era este hombre en su vida, pero su "oficio" era algo que lo perseguiría por siempre, y lógicamente no quería pertenecer a ese mundo.
-Gun, ahora que lo sabes, ya no puedo tenerte cerca-.
-¿Tenerme?-.
Mark dio unos pasos hacia Gun y levantó su cabeza. Luego, colocó sus manos en los hombros de la otra persona y habló.
-Desde el primer momento que te traje aquí, supe que mi vida estaba sólo para protegerte de cualquier daño. Pero, ahora que Boat sabe que estás conmigo, irá a decirle a su amigo Earth, y él es hijo de uno de nuestros mayores enemigos. No expondré tu vida-.
-¿Cómo sabes que eso pasará?-.
-No lo sé, sólo lo intuyo. De cualquier forma, necesito mantenerte a salvo de cualquier peligro, aunque eso signifique dejar de verte-.
Gun alejó bruscamente las manos de Mark.
-Tienes razón. Él también tiene razón. Ambos son iguales-.
-No me compares con él-.
-¡Son iguales! ¡Son unos malditos delincuentes y asesinos que deberían estar en la cárcel!-
El corazón de Mark dejó de latir al escuchar tan crueles palabras. Dolía como si fueran miles de pequeños cuchillos atravesando su pecho.
Dicen que la verdad duele, y esta era la verdad... Su verdad.
Gun tomó su celular y marcó uno de sus contactos.
A la tercera tonada, la llamada es tomada.
-Hola, Gun-.
-Third, ¿puedo pedirte un favor?-.
-Sí-.
-No tengo dónde ir, ¿Puedo quedarme contigo?-.
-Sí, claro. Iré por ti, sólo envíame la ubicación-.
-Gracias-.
Fin de la llamada.
-Todo este tiempo pensé que eras una persona llena de esfuerzo. Estaba orgulloso por tus logros. Pero, ahora que sé tu forma asquerosa de ganarte la vida, realmente hace que se me revuelva el estómago-.
Por primera vez en mucho tiempo, Mark botó una lágrima que rodó por su mejilla arrasando con lo sentimientos de sufrimiento y decepción por parte de la otra persona que era el amor de su vida.
-No me digas eso-.
Gun se encaminó hacia la salida para esperar a Third, pero la voz de Mark hizo que se detuviera.
-Al menos, llévate tus cosas-.
-No quiero nada. Prefiero no tener nada que usar ropa comprada con dinero sucio-.
-Todo lo que te he comprado, ha sido con dinero ganado de los restaurantes. No es dinero sucio-. Explicó Mark.
Gun lo pensó unos momentos hasta que aceptó las palabras de Mark. Fue al cuarto y empacó varias cosas en una pequeña maleta que estaba guardada en uno de los roperos.
Antes de salir por la puerta principal, dirigió sus últimas palabras al menor.
-Desde ahora, tú y yo seremos dos desconocidos. No quiero tener nada que ver con un asesino como tú. Adiós, Khun Mark-.
-Adiós, P'Gun-.
Después de eso, se fue. Mark quedó solo en el departamento con su rostro empapado en lágrimas.
"Gun, habría sido menos doloroso decir que no me amas en lugar de haberte oído decir lo que realmente soy".
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Gun llegó a la amplia casa de Third, donde residía solo, puesto que sus padres estaban en el extranjero, así que tenía mucho espacio para albergar a su invitado.
Al entrar, miró a su alrededor, encantado con la perfecta decoración rústica de aquel hogar. Encontró un sofá y se sentó.
-¿Quieres comer algo?-.
-No, gracias-. Respondió Gun.
-Oye, has estado llorando todo el camino. ¿Puedo saber qué pasó?-.
-¿Puedes decirme por qué las personas tienen el don de decepcionar a otras?-.
-¿Qué?-. Third preguntó sin entender las palabras de Gun.
¿Habría alguien que lo decepcionó? Había pensado en Boat, pero eso fue hace más de dos meses, bastante tiempo para seguir recriminándose.
-¿Cómo pueden ser tan crueles de mostrar algo que no son?-.
-Estás hablando de lo tuyo con P'Boat, ¿no es así?-.
-No-.
-Entonces, no entiendo-.
-Nada. Sólo olvídalo-.
Third se acercó a Gun y le dio una palmadita en su hombro con la intención de consolarlo. Entonces, habló.
-Bueno, no sé a dónde va tu pregunta, pero ¿sabes algo? Tienes que pensar que si la persona te decepcionó, lo hizo por tu bien o por tu mal-.
Gun levantó su cabeza frunciendo el ceño.
-¿A qué te refieres?-.
-Si alguien te decepcionó mintiéndote, piensa que, si esa mentira fue para cuidarte o no. Si es así, entonces puede ser perdonable. Pero si es una mentira que fue para provocarte dolor, entonces es más difícil-. Respondió Third con una sonrisa.
-Pero ambos son mentiras y duelen-.
-Pero unas son más dolorosas que otras. Duele que te oculten algo para evitar que sufras, y claramente te sentirás decepcionado, pero duele más que te oculten información para beneficio de la otra persona, sin importar tus sentimientos, ¿me explico?-.
-Creo que sí-.
Gun agachó su cabeza y colocó sus brazos en la rodillas, pensando en las palabras de su amigo.
-Bien, vamos a tu habitación. Te llevaré para que puedas descansar mientras preparo algo de comer-.
-Gracias-.
Subió las escaleras y pasó por un largo pasillo hasta llegar el final de esta. Entró a la habitación espaciosa que contenía a la derecha una cama de dos plazas, un velador y al frente un ropero junto a un escritorio. Al costado había un ventanal con vista al patio y su pequeña piscina.
-Es acogedor-. Dijo Gun.
-Sí. Puedes acomodarte, yo iré a la cocina-.
-Está bien-.
Third cerró la puerta y Gun se lanzó a la cama junto a todos sus pensamientos que rondaban su mente. Quería apartar todo de su cabeza, así que cerró los ojos y en un parpadeo los volvió a abrir. Miró la hora en su celular que le indicaba que era medianoche. No se había dado cuenta en qué momento se quedó dormido.
Su estómago no le pedía alimentos, sentía mucha presión que dolía por momentos. Se cambió de ropa y se acostó correctamente, pero esta vez no pudo conciliar el sueño.
"¿Por qué siento este frío en mi interior? La calidez que solía sentir, ya no está. ¿Será que no estás tú? ¿Puedo dejar de pensar en ti si quiera tan sólo un momento?"
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Gun se levantó temprano al día siguiente. Baja al primer piso hacia la cocina y se encuentra con Third preparando el desayuno para luego ir a la universidad.
-Gun, ¿por qué te levantaste tan temprano?-.
-No pude dormir en toda la noche-.
Third se acercó y tomó su cabeza moviéndola a ambos lados para observar las grandes ojeras y ojos cansados de Gun.
-Tienes muy mal aspecto. ¿Irás a trabajar así?-.
Gun negó con la cabeza. Se levantó y tomó el vaso vacío sobre la mesa y se sirvió un poco de jugo.
-Creo que renunciaré-.
-¿Por qué?-.
-Ya no quiero seguir trabajando en ese lugar-.
Third sirvió dos tazones de avena, y se sentó a comer su porción.
-¿Pasó algo malo con tu jefe? Quiero decir, me llamaste ayer diciéndome que no tenías un lugar donde dormir. Pero recuerdo que me contaste que vivías con tu jefe-.
-Pero ya no quiero seguir teniendo contacto con él-.
-Está bien, no te presionaré para que me cuentes, ahora me iré a clases. Puedes hacer lo que quieras. Yo llegaré un poco tarde-.
-De acuerdo. Gracias-.
Third tomó sus cosas y salió por la puerta principal. Mientras que Gun se quedó terminando su desayuno.
No tenía mucho que hacer, más que pensar en aquella persona que había dejado atrás.
Todo lo que hacía, estaba presente la persona. Entre lavar los platos sucios, ver un poco de televisión, entre otras cosas.
Así pasó toda su tarde despejando su mente e intentando distraerse en otro tipo de actividades, hasta que la luz de la luna asomó por aquel cielo cubierto de estrellas.
Al llegar Third a casa alrededor de las nueve de la noche, buscó a Gun pero no lo encontró en el primer piso, así que subió las escaleras adivinando que estaba en su habitación, leyendo un libro que había encontrado.
-Oh, hola-. Saludó agitando su mano.
-Hola, Third-.
-¿Ya te vas a dormir?-.
-Sí, estoy muy cansado. Dejé algo de comida en la cocina por si quieres comer-. Respondió Gun dejando su libro sobre el velador.
-Gracias, pero ya comí. Creo que me daré un baño y me iré a dormir. También estoy cansado-.
Third estaba por salir de la habitación cuando Gun lo detiene.
-¡Oye! ¿Podrías dormir conmigo esta noche?-.
El joven pensó que tal vez su falta de sueño era porque necesitaba sentir una compañía a su lado.
Third sintió latir su corazón muy rápidamente cuando escuchó aquella petición, pero no se negó.
-Iré a ducharme y en un momento estoy contigo-.
El joven no tardó mucho tiempo en la ducha cuando ya estaba de vuelta en la habitación ya dispuesto a dormir.
Third se acostó al lado izquierdo de la cama, le deseó buenas noches a la otra persona y se volteó para dormir.
Los minutos pasaban Gun sólo podía darse vuelta de un lado a otro, sin conciliar el sueño. Tomó su celular y abrió la galería de fotos que tenía. Algunas de ellas capturaban a Mark intentando cocinar o lavar la loza. Llegaron inmediatamente los recuerdos a su mente cuando se detuvo en una de sus fotos y acercó el rostro de la persona, mostrándolo en primer plano.
"¿Por qué te extraño tanto? Esta habitación es tan helada, no siento tu calidez al abrazarme. La tranquilidad y paz al saber que estabas a mi lado. A pesar que tengo un acompañante, tengo frío, mucho frío, ¿qué debo hacer?"
Salió de la galería y abrió la aplicación de LINE. Miró la esquina superior el nombre del contacto y abajo decía "en línea". Mark estaba conectado.
Una lágrima rodó por su mejilla, acompañada de una gran confusión en su mente. Era un hecho que la persona le importaba más de lo que pensaba y quería tenerlo cerca, pero no puede estar cerca de alguien que lleva un oscuro trabajo como ese.
Sin pensar más, comenzó a teclear.
"Te extraño".
Dudó un momento, pero luego pulsó el botón "enviar" y la respuesta no se hizo esperar.
"Perdóname".
"¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?"
"Debes ser feliz. Buenas noches".
La persona ya no estaba conectada.
En el silencio absoluto, Gun lloraba frente a la persona que ahora fingía estar dormido.
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