CAPÍTULO X

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CAPÍTULO X

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CAPÍTULO X

Mark abrió rápidamente la puerta de entrada de la gran oficina del Sr Jumlongkul, donde se encontraba él y la persona que menos quería ver en este mundo; Boat.
-¡Sal de aquí!-. Dijo Mark dirigiéndose al chico.
-Khun, lo lamento, pero sólo obedezco órdenes de su padre-.
-¡Fuera!-.
Mark gritó con un fuerte tono de voz sobresaltando al empleado y su padre. Boat miró al mayor y este le soltó señas de retiro. Sin más, se retiró mostrando sus respetos hacia las dos personas.
-¿Por qué vienes de esta forma tan prepotente?-.
El padre, de forma tranquila, se sentó en su asiento y tomó un puro.
-Padre, necesito que despidas a ese idiota de Boat-.
-Es mayor que tú. Respétalo-.
-Me importa una mierda si es mayor que yo, no voy a respetarlo. Sólo quiero que lo despidas-.
-¿Por qué debería?-.
-¡Es un maldito animal y un bastardo!-.
Parecía que las palabras que salían de la boca de su hijo, no le interesaban en lo más mínimo. Se llevó el puro a la boca y soltó el humo mientras respondía.
-Es justo lo que necesito para encargarme de los enemigos-.
Al ver la actitud desinteresada de su padre, Mark golpeó fuertemente con sus manos la mesa de escritorio.
-¡Padre!-.
El mayor muy enfurecido se levantó de su asiento y se paró de frente a su hijo.
-¡Escucha! ¡No voy a ceder a todos tus caprichos! ¡Boat ha sido un buen elemento y va a estar trabajando conmigo así te guste o no!-.
-¡Mierda, Papá! ¿Sabes lo que le hizo a su novio? ¿Tienes idea de lo que fue capaz? El miserable maltrataba a su chico, y además, lo violó-. Contestó casi gritando. El padre simplemente se echó a reír.
-Esto no tiene nada que ver con su trabajo. Lo que haga en su vida privada, sencillamente no me interesa. Si quieres hacer justicia por tus medios, hazlo, pero no esperes a que haga algo con respecto a eso, ¿entendido?-.
Mark tenía mucha rabia en su interior. No podía entender la actitud insensible de su padre hacia un chico inocente.
Si tan sólo hubiera visto las condiciones en las que el chico llegó, seguramente hablaría de otra manera.
El menor no dijo ninguna palabra y se dirigió hacia la puerta.
-Sólo te diré esto. No me llames para algún negocio. Estoy fuera-.
-¿A qué te refieres?-.
-Que no estaré disponible. Tengo que atender otros asuntos y no llegaré a casa a dormir-.
-¿Qué otros asuntos debes atender?-. Preguntó el padre antes de que su hijo saliera por la puerta. Este se giró y habló.
-Cosas mías-.
-¡Dime!-.
-Son cosas mías, padre. Nos vemos-.
Luego de eso, cerró la puerta y se dirigió hacia el departamento.
En el camino, pensó en la discusión con su padre. Si este no lo ayudaba, tendría que buscar por sus propios medios para dejar al hombre lo más lejos posible de Gun. Y si fuera necesario, que no lo vea por el resto de su vida. Un hombre como él, simplemente no merece tener a una persona como Gun.
Mientras Mean lo conducía hacia su departamento privado, Mark hace una llamada.
-Hola, habla con Siwat Jumlongkul... Necesito que hagan una redistribución del personal... Sí, necesito que se transfieran a tres empleados al restaurante que queda en la calle xxx, enviaré sus nombres por mensaje... Sí, son tres garzones... de acuerdo. Aviso que uno de ellos no irá a trabajar al menos por 10 días, su nombre es Napat NaRanong. Ya está arreglado, así que no se preocupen... Bien, adiós-.
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Una hora después, Mark llega al departamento con algunas cosas para comer y beber. Le pidió a Mean, Boun y Kao que tomaran el día libre en sus propios departamentos que quedaban cerca del lujoso condominio de su joven amo.
Una de las sirvientas se acercó al segundo después de que el chico atravesara la puerta de la cocina.
-Me alegro que llegara, Khun. El joven ha despertado, pero no quiere comer nada, sin embargo, ha estado llorando sin parar-.
-Iré a verlo-.
Dejó las bolsas sobre la mesa de cocina y se dirigió hacia el dormitorio principal. Entró silenciosamente y pudo escuchar los pequeños sollozos del chico acostado de espaldas.
-¡Ay!-. Se escuchó de pronto.
Mark se acercó y habló, asustando al indefenso.
-Con que ya despertaste. Me dijeron que no quieres comer nada-.
-No-.
Gun, con poca fuerza, se sentó en la cama, y Mark colocó una almohada en el respaldar de ella. Luego se sentó a su lado.
Mark observaba cuidadosamente el deplorable rostro de Gun mientras le hablaba. Ojos hinchados, enrojecidos, con ojeras y moretones a su alrededor, también en la comisura de su boca poseía un hematoma, acompañada de un pequeño corte.
-Tienes que comer algo. No es bueno que no te alimentes. Al menos, deberías tomar una sopa. El doctor dijo que sólo tienes permitido tomar líquidos-.
-No puedo tomar nada-.
Mark se acercó y acarició suavemente la herida de su boca, posteriormente, secó una lágrima que rodaba por su mejilla. Gun aceptó el cariñoso gesto.
-Haz un esfuerzo, o te vas a deshidratar-.
Gun agachó la cabeza y perdió conexión con los ojos de Mark. En este momento, su corazón dolía como nunca antes lo había hecho. Estaba destrozado tanto en su interior como en el exterior.
-No entiendo-. Habló Gun.
-¿Qué?-.
-No entiendo por qué me hizo esto-.
-P'Gun...-.
-¿Cómo pudo lastimarme de esta manera cuando lo único que hice fue amarlo?-.
-No te atormentes más-.
-Duele... Duele mucho. Tanto que no puedo soportarlo-.
Mark tomó el mentón de Gun y alzó su cabeza.
-Escucha. Todo va a estar bien. Aquí estarás seguro-.
Gun sólo lloraba sin tener consolación alguna, a lo que Mark lo estrechó entre sus brazos y lo abrazó para intentar darle un poco de calma.
-¡Lo amo! ¡Lo amo!-. Repetía Gun.
-Lo sé-. Soltó Mark. Fueron las únicas palabras, ya que no podía decir lo que realmente estaba pensando.
"No lo repitas... No vuelvas a repetirlo. Me duele que digas eso".
Mark soltó el abrazo y miró fijamente a Gun.
-Desde ahora, vas a vivir aquí y seré yo quien se haga cargo de ti y te protegeré. Vas a tomar tu reposo al menos por diez días, ¿entendido?-.
Gun no tuvo respuestas a ello. Estaba demasiado lastimado que lo único que hizo fue voltearse para volver a acostarse.
Mark se levantó de la cama y se retiró sin nada más que decir, dejando a Gun tomar su descanso que tanto le hacía falta.
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En su escritorio, Mark trabajaba en lo solicitado por la llamada. Enviaba algunos mensajes que necesitaba para concretar aquel cambio.
Nombres de empleados a transferir:
*Plan Rathavit Kijworaluk.
*Gun Napat Na Ranong
*Tittle Kirati Puangmalee
Inicio de Jornada en el nuevo restaurante para la próxima semana. Reorganicen sus sueldos y aumenten un 50% a todo el personal. Por favor, absoluta confidencialidad.

Click en el botón "enviar" y el primer paso para un cambio definitivo para la otra persona estaba hecho. Luego tomó el celular y llamó a su padre.
A la quinta sonada, el adulto contesta.
-¿Qué quieres?-.
-Padre, si no vas a hacer nada con respecto a Boat, al menos te pido que lo lleves a la mansión a vivir con nosotros-.
-¿Por qué quieres eso?-.
-Necesito que esté contigo en todo momento-.
Un silencio se produjo entre ambos y sólo se escuchaba un suspiro por parte del mayor, hasta que finalmente habló.
-De acuerdo. Lo haré sólo porque realmente lo necesito conmigo todo el tiempo, no porque me lo pidas-.
-Como sea, sólo hazlo. Por cierto, no quiero que se entere Boat de todo esto-.
-¿Qué se supone que no debe saber?-.
-Que yo estoy al tanto de lo que le hizo a su novio-.
Mark, sin más remedio, le contó a su padre.
-Su novio me pidió ayuda y yo accedí. Es todo lo que te puedo decir, por eso no quiero que Boat se entere que yo estoy al tanto de lo que pasó entre su chico y él, ¿de acuerdo?-.
-Bien. Por mí no hay problema. De todas formas, son asuntos que no me competen-.
Mark colgó la llamada con una sonrisa en la boca.
Si Boat se queda en la mansión de los Jumlongkul, no tendría tiempo para buscar a Gun. Será todo más fácil para dar tiempo a que el afectado cicatrice sus heridas del alma.
Cerró su computadora y guardó todo documento antes de irse, cuando de pronto su sirvienta entra apresuradamente.
-Khun, el joven tiene fiebre y no despierta-.
-¿Cómo puede ser posible?-. Dijo Mark apresurándose a llegar a la habitación.
Gun estaba sudando y su rostro estaba demasiado caliente y apenas tenía color.
-¡P'Gun! ¡P'Gun! ¡Despierta!-.
Mark intentaba despertar a Gun pero era imposible.
-¿Llamo a un médico?-. Sugirió la sirvienta.
-No, voy a llevarlo a un hospital-.
Mark llevó en sus brazos a Gun. Aunque era un poco más pequeño que él, su fuerza era mayor y fácilmente pudo llevar al chico hasta el automóvil.
Rápidamente encendió el vehículo y partió rumbo al hospital, pisando el acelerador a fondo, con el riesgo de causar algún accidente, pero se arriesgó.
Gun fue intervenido rápidamente apenas llegó al establecimiento y Mark se quedó esperando noticias. Afortunadamente, estaba el médico que había llamado el día anterior, y pudo tratarlo a tiempo.
Luego de un rato, el médico llega a la sala de espera.
-¿Qué pasó, doctor? ¿Por qué empeoró de esa manera?-.
-Sus defensas están muy bajas, por lo tanto cualquier tipo de infección entrará en su cuerpo con facilidad-.
-¿Puede ser más claro?-.
-Sí, claro. Una de sus heridas internas, se infectó. Ahora estamos suministrando varios antibióticos-.
Mark, un poco confundido, intentó entender la razón de lo que le sucedió a Gun.
-Pero, ¿cómo pudo ser posible? Usé todos los medicamentos según sus indicaciones-.
-Las defensas del joven están muy bajas y en ese sentido, cualquier bacteria puede atacar. Afortunadamente, los medicamentos que usaste, ayudaron a que esta infección no sea grave-.
-Ya veo, ¿y cuándo podrá irse?-.
-Si logramos bajar la fiebre y controlar la infección, podría irse en dos días-.
-Perfecto-.
-Bien, me retiro-.
El doctor se giró y se dispuso a partir, pero fue detenido rápidamente por Mark.
-Doctor, le pido que este asunto quede entre nosotros. No quiero que nadie de mis conocidos se entere de esta situación, ni que usted atendió al chico-.
-De acuerdo-.
-Gracias.
El doctor se fue y Mark entró a la sala donde estaba Gun. Se fijó que sus heridas en el rostro estaban atendidas con varias curitas, y en su muñeca, tenía una aguja que conectaba con el suero.
El color en sus mejillas habían regresado y sus ojeras casi ya no estaban. Se veía de mejor aspecto. Mark se recriminó que, si hubiera sabido de antemano que Gun estaría mucho mejor en el hospital, no habría dudado en llevarlo allí inmediatamente después de que lo sacó de aquel departamento.
Tomó la mano de Gun, depositó un beso en él y le habló sigilosamente.
-Te prometo que no volverás a sufrir. Yo mismo me encargaré de borrar tu dolor-.
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El Oscuro ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora