Pelo castaño con toques rubios rizado, algo largo, pero lo suficiente para taparle sin problema parte de las orejas y los ojos completamente, su ojo derecho azul y el otro marrón, algo marcado físicamente y con una mirada de superioridad bastante potente, con una sonrisa entre tenebrosa pero maravillosa con unos labios algo gorditos, que gritaban ser besados todo el tiempo.
Cuando el mundo te trae limonada sexy, exprímela, lámela, bésala, foll... Espera, ¿qué? Se supone que era una metáfora.
Da igual, de nuevo me quedé algo embobada y para volver tuve que mover mi cabeza, así volviéndole a mirar.
–Sí, soy Emma Brigitte Stronge, ¿por qué?
–No, nada brillitos, sólo escuché que mi padre te va a admitir y eso, una pardilla más supongo.
–Pues mira, esta pardilla acaba de conocer a uno más estúpido, tanto que ni siquiera supo decidir el color de sus ojos antes de nacer.
–¿Te fumas cuatro porros o qué dices? Si no se puede elegir eso –atacó sarcástico.
–Yo tampoco pude decidir conocer a un gilipollas y aquí estamos –contraataqué.
Este soltó una corta risa mientras se tapaba con su mano esa cara gilipollas que tiene, supongo de la risa de recordar su cara de payaso, porque yo no solté ningún chiste.
–No me conoces, y antes de que hables, yo sí te conozco.
–Imposible porque yo no me conozco.
–Vaya, nueva novedad.
–Pues sí, y no me has dicho quién eres.
–¿Y?
–Pues que me lo digas inútil.
–No pienso decírtelo, no lo sabrás hasta que yo quiera, y eso será jamás de los jamases ¿entendido? –sonrió ganador, cambiando por completo su expresión ante la llamada de alguien.
–Asher Philips, entra en el despacho ¡ahora! –gritó el director desde dentro, borrando aquella sonrisa que obtenía.
–¿Y decías que no lo iba a saber jamás de los jamases? –me burlé fingiendo un pucherito y con una mirada de cachorrillo, aguantando la risa.
–Ya nos veremos brillitos –masculló girándose hacia la puerta de la sala del director.
–Por cierto –interrumpí antes de que entrara, deteniéndose. –Espero mueras, afeitadora.
Me miró extrañado y creo que pilló porqué lo dijo porque me miró con odio, bufando mientras entraba en la sala y yo sólo me reía. Esperé un rato más hasta que mis padres salieron sonrientes junto el director.
–Bueno, entonces la semana que viene podrá recoger los libros y prepararse un poco para el 10 de septiembre –se despidió el director estrechando la mano de mis padres.
–Un placer conocerle, estamos seguros que hemos tomado la decisión acertada –expresó Jordi.
–Eso estoy seguro –finalizó y volvió a entrar en la sala que anteriormente estaba, dejándonos a solas.
–Vamos cielo, tienes que ir a comprar algo de ropa, ¿no? –propuso feliz Jeff, pero pronto respondió por mí Jordi.
–Sí, yo la llevaré, tú ves a casa y... –susurró algo que no pude escuchar en su oído, así Jeff sonrojándose y dando un golpe suave en su pecho mientras reía.
–Para cursilerías o cosas adultas, por favor iros a un hotel, iugh –me quejé sacando la lengua mientras lo exageraba, sacando sus risas.
Nos fuimos y, cómo ya hablaron, Jordi dejó a Jeff en casa y nos fuimos al centro comercial durante media hora. Todo fue normal y más bien, emocionante ya que de camino pensé en el entrenamiento de mañana, sobre qué tipo de armas me enseñarían. ¿Revolvers? ¿Semiautomática? ¿Rifles? Hay tantas que tengo mucha curiosidad.
Y una cosa rara es que mientras más lo pensaba, más familiar me parecían las armas. De alguna manera, todo fue bastante tranquilo y genial, compré algunas camisas (aunque tuve un amor a primera vista sobre un traje elegante de color azul oscuro hermoso, con unos tacones altos y camisa de botones que, buah, cuando me los probé me enamoré de mí misma).
Llegamos a casa, me duché y me puse a escribir mientras mis padres estaban... ocupados (pero esta vez vestida, no quiero otro incidente más). Estuve más o menos escribiendo durante una hora y (casi) media cuando recibí una llamada, miré el teléfono y era de Alex.
–¿Diga? –pregunté al responder el teléfono.
–Hola Emma, ¿cómo estás? ¿Te pillo ocupada? –preguntó algo inseguro e inquieto.
–No, no me pillas ocupada, tranquilo, dime, ¿ocurre algo? Suenas inseguro.
–Oh, es que he pensado que bueno, pensaba en ti... Que diga, en tu enfermedad, osea no es una enfermedad, sólo que has perdido la memoria –rió sarcástico, sacándome una sonrisa por sus nervios. –Y me preguntaba... si quisieras salir conmigo mañana, digo modo amigos y a ver si pasando por los lugares que pasábamos, recuerdas algo –tartamudeó.
–Claro, suena interesante, entonces nos vemos en... -miré el reloj por inercia y pensé que a esta hora sería buena para quedar. –¿A las 11? –pregunté insegura.
–Vale, entonces, te recojo en tu casa, hasta mañana.
–Hasta mañana –me despedí.
Colgué la llamada y puse música para relajarme. La verdad, tenía buen gusto mi antigua yo. Empecé a escuchar la música y centrarme en mí misma. MUY en mí misma, tanto que empecé a recordar cosas.
'Estaba sentada en el suelo, no podía mover mis brazos ya que estaba atada en las manos en la espalda, lugares que me dolían bastante.
–No pienso ayudaros –respondí, recuperando el aire. –No pienso ayudaros en una mier...
Me interrumpieron unos golpes en mi barriga, casi vomitando por el golpe, estremeciéndome. Así mientras hablando el hombre a mi izquierda, ayudándome a sentarme de nuevo.
–¿Acaso no quieres saber de ella? 'Y griega' tiene cosas para ti ya seleccionadas para ti, 'Zeta'.
¿Zeta? ¿Y griega? ¿Quién son?
Empecé a reírme sin venir a cuento, como si hubieran contado un buen chiste.
–¿Acaso creéis que eso me importa? No vais a tenerme, ni a mí ni a ella.
Ese hombre sonrió y rió un poco, le miré y seguí con la risa, incluso cuando me cogió de la barbilla y me hizo mirar a unos ojos que sólo veía un vacío, sin sentimientos, sin nada.
–Vas a arrepentirte de esto pequeña puta.
Soltó de mala gana mi cabeza y se levantó para darme la espalda, quedando sus brazos detrás de él.
–Enséñale a esta puta quién manda –ordenó sin mirarle, al cual sin esperarlo recibí una corriente eléctrica que sentí recorrer todo mi cuerpo.
De pies a cabeza. Escuché cómo gente me hablaba mientras no veía nada más, intentando acercarme a esas voces todo lo que podía, aun doliéndome el cuerpo.
Emma...'
–¡¡EMMA!! –me gritaban mis padres, así despertando de golpe.
Estaba sudando, lo primero que hice era comprobar mi cuerpo y dónde estaba, me encontraba en casa, sudando, pero sana y salva. Les miré nerviosa y me miraban horrorizados, no entendía por qué.
–Hija... –empezó a hablar mi padre, sin saber cómo seguir hablando.
–¿Qué pasa papá?
Señaló mi cara mientras intentaba de nuevo hablar.
–Tus ojos...
–¿Qué les pasa? ¿Papá, qué pasa? –hablé nerviosa.
–Tus ojos... son blancos.
~Hola a todxs!! Nuevo capítulo publicado, espero os guste mucho y recordar que para saber más de mí y esta novela, seguirme en instagram (@lailacross23149 ). Así que, sin más que decir, bye!!~
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Quien eres ✓
Misterio / Suspenso||Libro #1 BÍLOGÍA 'MEMORIAS'|| Cuando olvidas tu pasado y tienes que volver a ser la de antes, ¿qué te impide cambiar? Emma es una chica de 17 años que el único recuerdo que tiene es la palabra "Geda". ¿Quién será? ¿Porqué tiene importancia esa pa...