Acabaron las clases al fin, sinceramente se me han hecho eternas, pero al menos no fueron pesadas, fueron pasando bien, ni tan mal (eso sí, dos minutos más y me hubiera agobiado al tal punto de hacer un atentado, eso sí, dejando libres a los hijos de puta de los alumnos, aunque sean unas perras con hormonas revolucionarias y me da asco). Estaba esperando tanto a Alice cómo a Asher, ya que se parecen en eso en tardar.
Al menos no fui tan mala para que me tengan que esperar, y si fuera así, que me aten y me peguen en el culo y va que chuta (aunque, ejem, eso me pondría mucho y ganaría el efecto contrario, pero menos mal que finjo bien y soy mala en realidad, jeje). Alcé la vista y vi cómo los dos hermanos mencionados anteriormente venían corriendo hacia mí, cómo si el que llegara antes fuera a ganar un gran plato de patatas fritas bien blanditas por dentro y por fuera crujientes, con un huevo frito al punto que al romperse caiga el líquido que trae, dando ese sabor tan especial y único (tengo hambre). Cuando llegaron (a la vez), los dos intentaron tomar el aire antes de hablar.
–Llegué –mencionaron entrecortados, intentando recuperar el aliento.
–Ya veo, tranquilos –aluciné con lo parecido de sus gestos, mirándoles primero a Asher, luego Alice, y así hasta que vieran mi súplica interna de comer.
–Bueno, ahora que he llegado –empezó Alice, sonriendo y mirándome fijamente. –¡Vamos a comer! –gritó, acompañándola con un 'yuju'.
Caminamos hacia el coche que literal estaba aparcado en la puerta (y cuando digo literal, era así, porque la puerta del instituto se había caído al suelo entre las clases y el coche está encima de la puerta), nos montamos emocionados y nos fuimos al centro comercial.
Sinceramente, tengo terribles ganas de comer, y creo que se notó un poquitiiito que haya hablado durante todo el trayecto sobre diferentes comidas con una pinta deliciosa. Al llegar al parquin del centro comercial, me fijé en una tienda al otro lado de la calle que llamó mi atención, era una mini librería que sin duda quería entrar.
–Espérenme un momento –solté emocionada, empezando a correr hacia esa librería sin esperar sus respuestas.
A ver, podrían ser dos posibles, o que sí, que me esperan, o que me muera de hambre y se van, o que me acompañan (bueno, son más de dos posibles, no tengo que explicar cómo me han ido mates ¿no?). Cuando crucé la calle y entré en la tienda, vi lo hermoso que era y abierto, desde fuera parecía más pequeño, pero sin duda era increíblemente grande, hasta contaba con un segundo piso (aunque, que quede entre nosotros, se veía algo más descuidado y no tenía casi iluminación, cómo si nadie fuera allí).
Me adentré observando cada estantería, tenía bastantes libros y estaban colocados por sagas, orden alfabético y no sé qué más porque no podía apartar mi vista de esas alucinantes y hermosas obras de arte. Mierda, quiero llevarlos todas. No tardé mucho en dar la vuelta a todo el piso de abajo, sin encontrarme a nadie en el camino y, aunque dudara si subir a ese piso, empecé a subir las escaleras. Poco a poco mientras iba subiendo notaba más en el ambiente, y créadme, es simplemente mejor que abajo.
Pensé que no habría tanta luz, pero sin duda era la suficiente para dar el toque misterioso y tranquilo que gente como yo le gusta, sin colores chillón, con algunas ventanas y algunos sofás para poderse sentar y leer tranquilo, es verdad que hay menos estanterías, pero está muy bien y hermoso. Creo que podría vivir aquí, sin pensarlo dos veces. Escuché un ruido a mi izquierda asustándome, y, cómo hay más espacio, se escuchó en eco.
–¿Hola? –pregunté, acercándome lenta, pero cuidadosamente hacia el origen del ruido. –Por favor, no quiero repetir las pelis de terror, así que...
Me interrumpió un sonido detrás de mí. No era cualquier ruido, era una pistola siendo recargada.
–Bienvenida Emma –habló un hombre, sonándome esa voz.
'Estaba en el maletero del coche, me estaba despertando poco a poco y veía que estaba atada de manos y de piernas, intenté golpear con mi poca fuerza que tenía, pero no podía hacer nada. Empecé a escuchar unos ruidos, unas voces que se acercaban a mi sitio.'
–Oye Anthony –habló un tipo cualquiera. –¿Crees que la vamos a poder domesticar?
–Claro que no, pero será nuestra bomba en nuestro momento –habló, la misma voz que me acababa de hablar.'
–Anthony –murmuré, totalmente seria y sin siquiera girarme, solamente fijándome en el reflejo de enfrente.
Se veía su pistola apuntándome a la cabeza, su cuerpo, pero al estar a contra luz, no podía ver su rostro.
–Veo que me has reconocido –rió sarcástico, está en modo payaso total. –No hace falta que te defiendas, no voy a matarte.
–Lo dice quién está apuntándome a la cabeza con una G18 –hablé con un tono burlón, sin levantar las manos ni moviéndome, sé que no va a dispararme, no aún.
–Muy observadora, veo que no has perdido ese don, ni el sentido del humor –se sentó en la silla detrás de él, mostrando una pose dominante, pero sin dejar que pueda ver su rostro. –Siempre tan oportuna cuando menos lo esperas ¿verdad?
–Dispara ¿qué planeas? Y no lo digo literal, creo que se nota el sarcasmo.
–Ya te he entendido mocosa, sólo quiero ayudarte –masculló enfadado.
Creo que alguien está saliendo de sus casillas, y cuando alguien pierde los nervios, pierde el control.
–¿Ayudarme o que mate a alguien por ti? No eres el primero que me lo pide –respondí, algo pensativa ya que no sé el motivo.
–Bueno, eso también, no te lo negaré, pero necesito que saques una información importante que está en tu casa.
–Ya vinieron a 'robar' –hice comillas con los dedos al levantar mis manos y volví a ponerlos en los bolsillos. –No creo que se encuentre allí, lo que sea que sea, se lo habrán llevado.
–No porque he sido yo quien estuvo ahí –soltó de golpe, mientras yo me tensaba.
Él estuvo esa noche, y fue el motivo de matar a mis padres. Emma, respira y no pierdas la paciencia, vas a matarlo, pero espera.
–Y a mí, ¿qué? Cómo si alguien hubiera preguntado por tu estúpida vida –mascullé, dejándose notar que mi cabreo iba en aumento y si la vuelve a cagar, va a acabar bajo tierra.
–Graciosa, relájate y haz lo que te digo.
–No soy gratis, soy puta, tanto en la cama cómo en temas de negocios, así que venga ¿qué ofreces?
Vi todos sus movimientos desde el reflejo, estando alerta al ver cómo sacaba algo de su abrigo, relajándome al ver que sólo era una carpeta amarilla, recordándome a las carpetas confidenciales de la policía. Al sacarla, soltó un suspiro en modo de risa y se levantó, tirándomela a los pies y esta vez apoyándose en la estantería. Me agaché con cuidado y levanté la carpeta, abriéndola por la primera plana y viendo de quién se trataba.
–¿Sabes? Deberías de tener cuidado, hay personas que engañan con su apariencia ¿no crees? –bromeó, acercándose poco a poco a mí mientras yo seguía leyendo detalladamente.
–¿Y qué has dicho que debo sacar de mi casa?
~Hola a todxs!! Aquí está el siguiente capítulo, muchísimas gracias a todas esas personas que han estado leyéndolos (y de paso os agradezco que hemos llegado a 1.4k!! Dios santo bendito. Recuerdo que ayer (03/11/2021) cuando me iba a dormir, tenía 993 visitas, y ahora que son las 17:45 (las 5:45 pm) pues tengo 1,49k de visitas y 515 votos, en serio, os amo muchísimo *iora de felicidad*. En mi instagram estaré subiendo un adelanto del próximo capítulo, así que, pasaros!! (mi instagram @lailacross23149 ) y, sin más que decir, bye!!~
ESTÁS LEYENDO
Quien eres ✓
Mystery / Thriller||Libro #1 BÍLOGÍA 'MEMORIAS'|| Cuando olvidas tu pasado y tienes que volver a ser la de antes, ¿qué te impide cambiar? Emma es una chica de 17 años que el único recuerdo que tiene es la palabra "Geda". ¿Quién será? ¿Porqué tiene importancia esa pa...