Capítulo 42.- Mensaje recibido

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–Por un pelo, pensé que tenía que matar a ese imbécil –espetó Asher, suspirando relajado al tirarse al sofá de casa.

Después de esa huida fuimos a la cabaña esa dónde follé con Asher mientras lo celebrábamos con algo de bebidas alcohólicas y yo con un chocolate caliente. No se me apetece tomar alcohol, y no me obligaré en lo absoluto. Luego de eso nos fuimos a su casa mientras hablábamos por llamada con mi cuñi y suegris, así que ya se han enterado de toda la movida desde un número de pre-pago y así lo hemos tirado y tal hasta que acabamos de llegar a casita. Al fin.

–Yo me voy a la ducha, estoy muerta –mencioné, caminando hacia las escaleras arrastrando mis pies.

–¿Quieres que te ayude a quitarte el vestido? –preguntó Silvia, la asistenta y nanny de Asher.

–No, gracias, creo que puedo sola, luego si me veis rodar las escaleras al no poder respirar y no darme tiempo de respirar ni poder moverme, pues es otra cosa.

Asher fingió una risa mientras yo subía las escaleras. Caminé y entré al cuarto, cerrando tras de mí y caminando de nuevo a su cuarto de baño. Puse unas pocas velas y algo de música mientras se llenaba la bañera, no me gustaba dejar la puerta abierta así que la cerré y empecé a tararear mientras esperaba, hacía tiempo no me dedicaba a mí misma. Y han pasado tantas cosas.

El coma, los recuerdos, el primer encuentro (y el asalto) con Asher, la muerte de mis padres, que Bruce estuviera en el ajo, el '''encuentro''' casual con mi hermana (sobretodo casual, ¿eh hermana? Hija puta), el que no haga falta entrenar con Bruce para saber disparar, el tener que esconderme, los sentimientos ocultos que siempre me callé y ahora salen como si nada, el aprender de los errores del pasado y a la vez crear el presente, intentando cambiar mi futuro que, si no fuera porque hago esto, hubiera terminado hace tiempo, el hecho de que debo de enfrentarme aún sin saber quién soy ni el porqué de mis antiguos actos, sé lo mucho que he cambiado ante ese... 'accidente' (si es que se le puede decir de alguna forma), pero lo que ha hecho es desatar una ira que siempre ha constado y he sabido controlar de alguna forma, ahora siendo el momento de ser liberada. Como el Ave Fénix, la canción de Santaflow lo describe perfectamente.

Me fijé que el baño ya estaba listo y cerré el grifo, desnudándome y metiendo poco a poco mi cuerpo, sintiendo el calor inundando poco a poco mi piel hasta que finalmente gran parte de mi cuerpo estaba dentro, menos mi cabeza (que yo sepa no soy un pez, así que normal que no tenga la cabeza dentro, ¿no?

Respiré profundamente sin pensar en nada, aliviada y relajándome como hacía tiempo no lo hacía, ya me hacía falta darme amor propio, siempre viene bien. La verdad que era extraño esto, osea el hecho de estar tan tranquilo, tan a gusto, que no haya nadie molestándote, después de estar todo el tiempo tenso o cosas así, es raro. Se siente increíblemente extraño y menos mal que no hay silencio absoluto, sigue sin gustarme en absoluto. Empezó a sonar la canción 'nomeacuerdocomosellama' (y si no me acuerdo no paaasooo), pero que te hace sentir increíblemente perra, pero princesa. Una princesa perra. Modo furro. ¿Qué mierda estoy pensando? Dios, esto es tan aburrido.

–¡ASHER! –grité, esperando a que respondiera y, al ser negativo, volví a gritar. –¡AMOR, VEN Y MÓJAME!

Escuché pasos acercarse a mi lugar mientras sonreía victoriosa, tener que utilizar esta táctica es asquerosa, pero eficaz. Abrió la puerta y entró rápido, cerrando detrás de él y empezar a quitarse la camisa.

–Quieto, vaquero –hablé juguetona, viendo cómo sus nervios casi le hacen caer al quitarse los pantalones.

Osea, para ir a clases tarda la santa ostia en ponerse una camisa, en cambio, para desvestirse tarda menos de 10 segundos añadiendo un traumatismo por caerse alguna vez por la torpeza. Increíble ironía.

–Venga, hazme sitio mujer –soltó, ya metiendo su pie dentro de la bañera emocionado.

–¿Puedes parar un momento? –pregunté, mientras veía cómo terminaba de entrar en el baño con mi póker face.

–Ya, ¿qué hago?

Diría que es tierno, pero no me escucha. Pésimo servicio, le quitaré una estrella en la play store.

–Te he dicho que parases, ¿vas a escucharme ya o tengo que pegarte una patada in your face? –amenacé, alzando la pierna en forma de advertencia, sin resultados.

–Oh vamos –tomó mi pierna y empezó a besar mi pie. –puedo hacerte sentir mejor.

–Tengo la regla.

–Un guerrero no teme manchar su espada.

Reí ante esa broma y aparté mi pierna con suavidad, cerrando los ojos y dejando mis pies encima de sus muslos para que me diera un masaje, entendiendo el mensaje.

–Te subiré una estrella si me mimas sin un comentario 'sexoso' –hice comillas con mis dedos, volviendo a esconderlos bajo el agua.

–¿No que tenía las 5 estrellas?

–Te bajé a 4 por no escucharme ahora.

–Ah, no, ahora te mimo enterita, con eso no se juega –bromeó poniendo la voz aguda y su mano en su pecho, exagerando todo.

Estuvimos en silencio unos segundos mientras me relajaba, al fin, luego del largo día/tarde de hoy.

–¿Estás bien? –preguntó de golpe, con tranquilidad en su voz para no arruinar esta tranquilidad.

–Eso creo, sólo que es demasiada... ¿tranquilidad?

–La verdad que sí, aunque ¿sabes que van a responder el mensaje, cierto?

–Sí, pero responderé antes que eso.

–¿Cómo?

–Con una cita.

–¿Vas a ponerme los cuernos? ¿No que eso no se debe de saber? –bromeó, sacándome una sonrisa.

–Lo sé, y no sería capaz de hacer eso.

–Eres capaz de hacer lo que te propongas y quieras cariño.

–Cuatro estrellas y media, sigue.

–Cabrona, te puedo hacer cosquillas si quisiera –amenazó, recibiendo como respuesta que le alzara el dedo del medio mientras le sacaba la lengua y le guiñaba el ojo.

–Jódete.

Empezó a acariciar el talón de mis pies, sacándome unas carcajadas cuando sonó el móvil y paró, bufando.

–Tienes una suerte horrible mujer.

–Lo sé, y me encanta –le sonreí mientras me secaba las manos con la toalla con rapidez y contestaba al móvil, poniéndolo en altavoz. –¿Diga?

–Hola Emma –habló el señor Miller, no me acuerdo de su nombre, fuck.

–¿Qué quieres? –solté con rapidez, escuchando como se reía y hablaba despacio y grave.

–Oh vamos, menos mal que te pillo relajada en el baño y, antes que digas nada, sólo sé que estás con alguien más, es lo único que puedo ver desde afuera con mi francotirador.

Miré la ventana con inercia, viendo un punto rojo que, siguiéndolo, apuntaba a la cabeza de Asher.

–¿Qué quieres? –volví a repetir, mientras miraba a Asher con nerviosismo y él entendía lo grave de la situación.

–Nada, avisarte que la respuesta está siendo transmitida, aunque yo sólo te estoy dando el primer aviso.

–¿Primer aviso? –preguntó en un susurro Asher para que no le escuchara.

–¿A qué te refieres con 'primer aviso'? –pregunté en alto, repitiéndolo por él.

–Te prometí que esta noche no serías mi objetivo, pero no que pudiera atacar a los de tu alrededor.

Me lancé rápidamente a apartar a Asher, así agachándose y escuchando como el cristal se rompía en múltiples trozos, mientras mi mundo se volvía oscuro y recuerdos inundaban mi mente.

~Hola a todxs!! Enseguida subo el siguiente capítulo~

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