El aire había frenado de golpe, siendo testigo de la gran altura que mantenía, y el pánico empezó a invadir mi cuerpo cuando escuché el crujir de mi camisa, específicamente en la zona dónde esa persona sujetaba para que no cayera.
–No te soltaré –habló Asher, estirando hacía él.
De un estirón me trajo hacia él, abrazándome por la espalda para cogerme mejor y llevarme hacia el suelo, a salvo.
Asher Philips:
Cuando la dejé en el suelo pude inspeccionarla, no parecía tener una herida, o eso creía. Subí mi mirada a la suya, tenía lágrimas en las mejillas, parecía perdida en sus pensamientos y sorprendida de lo que estaba ocurriendo, de lo que estaba haciendo.
–Ey niña, ¿estás bien? –pregunté, al no tener respuesta la sacudí, sé que hice una pregunta estúpida, pero ella hubiera reaccionado y hubiera dicho una gilipollez. –Responde ¡MALDITA SEA! –gruñí más alto.
Cerré los ojos para pensar mejor en cómo ayudarla, ¿qué debía hacer? ¿Le acompaño al hospital? ¿La llevo a casa? ¿A la mía o a la suya?
–Asher –susurró, lo suficientemente alto para escucharla y elevar la mirada hacia ella. –Creo que iba a acabar con eso.
–Ya se te veía eso idiota –le gruñí enfadado.
–No me refiero a eso, que también –inquirió sin mirarme, hablando cómo si fuera un robot. –Iba a acabar, pero de lo que empecé cuando era pequeña.
Murmuró dejando caer una lágrima, una que me partía el alma. Sin aguantarlo más, la abracé con todas mis ganas y acaricié su espalda, notando cómo empezaba a llorar con cada vez más fuerza.
–Eso es pequeña, desahógate –susurré para que me escuchara sólo ella. –Estoy aquí.
Durante media hora estuvo llorando desconsoladamente, y cuando creía que se estaba por quedar dormida, habló.
–Cuando tenía 7 años iba a tirarme de este mismo lugar. Me sentía muy mal, sentía que molestaba a todos, y que no merecía estar aquí si sólo jodía a todos –iba a interrumpir para hablar, pero ella notó mis intenciones. –No me gusta las cursilerías de los demás, pero siempre he querido que me lo hicieran, ni las personas falsas, ni las egocéntricas, mucho menos que me interrumpan –eso iba por mí.
–¿Por qué ibas a tirarte a tan temprana edad? ¿No se suponía que a esa edad son inocentes los niños y sólo sonríen? –pregunté, con tranquilidad para no ponerla nerviosa.
–No lo recuerdo, sólo sé que iba a hacerlo y me dolía muchísimo, y que ese dolor lo mantuve durante años.
Pensé durante unos segundos sobre si preguntar, la verdad que sentía mucha curiosidad, pero ahora no quería hacer pensar en ese momento.
–Quieres preguntarme algo –mencionó directa, cómo si me leyera la mente. –Lo noto seguido, sólo hazlo.
Tomé aire y decidí preguntar finalmente.
–¿Por qué no lo hiciste?
–¿Tirarme? –asentí. –Porque vi un zorro.
¿Un zorro?
–Sé que dirás que es una tontería –rió sarcástica. –pero no es lo que piensas. Iba a tirarme cuando un zorro pasó por mis piernas, me sorprendí bastante ante eso, no esperaba esa visita, pero me di cuenta que estaba herido. Era una gran herida roja en ese suave y brillante blanco pelaje, era extraño ver zorros blancos por aquí, así que me dio curiosidad.
>>Lo levanté con cuidado y lo llevé a casa, así llevándolo a un veterinario para curarlo. No murió, y eso que pensaban que moriría por la falta de tanta sangre y tal herida tan gigantesca, pero, aun así, demostró que podía con eso. Dolía, pero lo superó con creces, eso me hizo quedarme un tiempo entre traumatizada y dolida –rió por lo bajo, haciendo que se me escapara también un poco la risa. Se quedó callada unos momentos hasta que se separó un poco de mí, mirándome a los ojos. –Ese día yo pude salvar a alguien por primera vez, e hizo que me planteara muchas cosas, así para volver a levantarme y seguir viviendo, y si te lo preguntas, mi familia pensó que lloré por el zorro, así que no tuve que dar ninguna explicación.Sonrió sincera, así notando cómo mi corazón daba un vuelco. Es verdad que acababa de contarme que se iba a suicidar y que salvó a un zorro a punto de morir, pero esa sonrisa hacía que me sintiera tan jodidamente bien. Sonreí por inercia, sin darme cuenta que había subido mi mano para acariciar su mejilla, limpiando el rastro de lágrimas, pillándola de sorpresa.
–Ah –reaccioné a lo que estaba haciendo y aparté la mano, apenado –lo siento, no me di cuenta de lo que estaba haciendo, yo...
–No importa –rió, cogiendo mi mano y dejándola otra vez en su mejilla. –Se siente bien así, sólo... no lo hagas muy a menudo o delante de alguien, o tendré que matarte.
Amenazó con una sonrisa en sus labios, haciendo que riera. Que loco, sabía que era capaz ya que obviamente la he visto hacerlo, pero por alguna razón me gustaba que dijera eso.
–Entonces será una buena manera de morir –insistí juguetón.
–Y yo una buena manera de matar.
Dios, si existes o estoy soñando, por favor que nadie me despierte.
Y, cómo si quisieran joder, empezó a sonar rayos y a llover de golpe.
–Oh venga –nos quejamos a la vez, dándonos cuenta y riéndonos a carcajada pura.
Creo que puedo acostumbrarme a esto.
~Hola a todxs!! Aquí está la parte 16 de esta historia, sinceramente este es el capítulo que por el momento más me encanta, espero que os guste y, sin más que decir, bye!!~
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Quien eres ✓
Mystery / Thriller||Libro #1 BÍLOGÍA 'MEMORIAS'|| Cuando olvidas tu pasado y tienes que volver a ser la de antes, ¿qué te impide cambiar? Emma es una chica de 17 años que el único recuerdo que tiene es la palabra "Geda". ¿Quién será? ¿Porqué tiene importancia esa pa...