Capítulo 9.- Asalto

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Asher Philips:

Era 14 de febrero por la tarde. Lo sé porque mi hermana me vino a despertar ya que me estaban esperando desde hace 1 hora y, la verdad, me importaba muy poco aquello. Estaba disfrutando de mi sueño después de una noche de sexo con... alguien. No recuerdo ni con quién me he acostado de tanto beber, pero sólo sé que se movía muy bien. Volví a quejarme esta segunda vez que intentó despertarme y esperé a que se fuera de mi cuarto, pero no pasaba.

–Hermano, ¿Cuántas veces te he dicho que no nos hagas ir tarde a los sitios cuando hemos quedado? Normal que estés tan solo maldito anormal.

Muy cariñosita mi hermana a la mañana siguiente después de beber y filtrear con un chico, si no fuera porque se dio cuenta antes de besarlo, se lo hubiera llevado por delante.

–Al menos yo no me he ligado a alguien teniendo pareja –contraataco.

–Al menos yo no acoso a mi futuro novio para poder tener más 'posibilidades' –se quedó unos segundos callada, cómo si pensara en algo. –Ah no, que sí lo hago yo también.

Rió y sinceramente también me dio gracia, así que me destapé y procedí a morir por cada paso que daba hasta el lejano baño. Bueno, lejano, que estaba la puerta en mi propio cuarto, pero después de beber y el dolor de cabeza lo único que puedo hacer es mimir. Osea dormir, eso, dormir.

Después de 20 minutos entre ducharme para no oler a perro muerto (que nunca he olido alguno, pero se debe de oler mal al igual que se ve), tomarme la pastilla para el dolor de cabeza, vestirme, desayunar, lavarme los dientes y coger paraguas para todos ya que llovía con fuerza (y ni el tiempo les paraba para salir), estaba listo para irme con mis amigos a dar una vuelta que ni me acordaba desde un segundo después me lo mencionara mi hermana (así soy).

–Oye, pero en serio, deberíais de buscar ayuda profesional o algo –menciona Jeremy, amigo desde la primaria.

–Pero es cómo digo siempre –empezó mi hermana, volviendo a interrumpir yo.

–Cómo lo digas de nuevo te juro que te mato –amenacé.

–Es parte de nuestro ADN el acosar, lo psicópata y locura –repitieron mis amigos, así yo bufando mientras el resto reían.

Me puse modo automático para volver a pensar en mí mismo. Bueno, en la chica. Pero al menos estoy viendo el mojado y triste paisaje. Vale, estoy viendo borroso y sólo sigo a mis amigos, pero hago un esfuerzo, estoy caminando y respirando, ¿qué más quieren?

La verdad es que me sentía tremendamente estúpido, osea quería verla de nuevo, volver a ver esos hermosos ojos que por alguna razón me daban entre tranquilidad, miedo, curiosidad y muuucho misterio (aunque el hecho de que ella ponga los ojos en blanco me da otra cosa jejeje). Joder no me centro bien. Lo que quería decir era que... bueno da igual, ya sabéis a lo que me refiero.

Pasamos por una calle algo más estrecha ya que era un atajo para llegar antes a una cafetería, la verdad es que esta vez no me daba buena espina, y al ir mirando a nuestro alrededor cada vez veía más sombras acercándose. Es verdad que era de día, pero entre la lluvia y que la calle era estrecha, la luz no entraba bien y parecía algo de noche en esta zona. Y cómo si mi instinto me lo dijera, me di media vuelta encontrándome con un tipo apunto de golpearme en la cabeza.

Cómo pude reaccionar, solté el paraguas para agarrarle por su muñeca y darle una patada, pero esta vez otro chico de atrás apareció y oí el chillido de mi hermana.

–¡ASHER, CUIDADO!

Me giré y aunque fuera rápido, recibí unos golpes en la cabeza y en el abdomen, dificultándome la respiración y quedando de rodillas, y de reojo pude ver que hicieron lo mismo con mis amigos y hermana, sólo que dos de los cinco que éramos arrodillándose solos mientras lloraban y temblaban del miedo. Noté cómo una hoja afilada se posaba en mi cuello, presionándome, pero sin sentir que me hacía un daño.

–Danos todo lo que lleváis encima, ¡YA! –exclamó el que me mantenía la navaja.

–Suéltale –me defendió mi hermana- por favor, no hemos hecho nada, sólo...

–¡CÁLLATE! –gritó uno de ellos golpeándola, haciendo que mi rabia interior saltara.

–¡NO LE HAGÁIS DAÑO! –grité mientras intentaba ir hacia ella para protegerla, pero sólo recibí un golpe en mi espalda por una patada y un corte en una parte de mi cuello, no era profundo el corte, pero sí que salía algo de sangre.

Me quejé adolorido en el suelo ¿Qué hago? Nunca he pasado por esta situación y sólo lo había visto en películas, pero no pensé que fuera para tanto. Me cogieron del pelo con mucha fuerza mientras me alzaban la mirada hacia él, pero con la oscuridad no pude ver su rostro.

–O nos dais vuestras cosas –amenazó riendo por la bajo, haciendo que me dieran escalofríos. –O tendré que mataros.

Iba a llorar, pero antes de que saliera la primera lágrima, no sé si gracias a Dios o al ángel de la guardia, se escuchó un disparo haciendo que me soltaran y cayera al suelo.

–Seréis vosotros quién no vivirán en unos segundos, ghost –mencionó una voz de mujer, que alzar la vista entre la oscuridad, sólo pude ver su sombra y unos ojos blancos que brillaban entre aquella oscuridad mientras tronaban rayos atrás suya.

Esa voz...

–¿Quién mierda te crees con jugar con nosotros? –gritó uno que sujetaba a Thomas, mi mejor amigo.

–Mira, os explico –empezó a hablar tranquila. –Yo soy una chica normal que acabará con vosotros por tocar los huevos un buen rato, ahora dejemos el modo película dónde tenemos una pelea épica y acabemos.

–Ah, ¿sí? –se rió el que me sujetaba. –Pero si eres una chica, no sabes hacer...

Mis oídos se llenaron por un pitido por el disparo que él había recibido, llenándome con gotas de sangre en el rostro, la espalda y el cuello. Luego otro disparo, y así hasta que todos los malos acabaron en el suelo muertos. Todos mis amigos incluidos mis amigos estaban abrazándose mientras temblaban por el frío y el miedo y lloraban, yo sólo alcé la mirada para ver quién era esa chica que me había dejado tan asombrado, aunque por aquella hermosa voz pude distingirla enseguida. Se acercó a mí y dejándome un beso en la frente, esa mirada tan tenebrosa con esos ojos blancos tan peculiares y únicos que se grabaron en mi mente, se fue, volviendo toda esta escena tan irreal al igual que sin sentido que la verdad no sabía cómo tratar de asumirla.

Me pregunto si esa chica, con ese cabello mojado, esos labios que ahora sabía que se sienten genial, ese cuerpo completo camuflados con esa chaqueta negra con capucha puesta, con pantalones cortos y unas botas del mismo color que la chaqueta, me preguntaba si algún día iba a ser mía.

Sí, algún día VA a ser mía, y espero que muy pronto.

~Hola a todxs!! Aquí está el siguiente capítulo, espero os esté gustando este libro, tengo bastantes capítulos ya escritos para publicar pero mejor dejar suspense (jeje). Pequeño parentesí, me encuentro ahora mismo en clases (hora de lectura) y el profesor me ha preguntada si estaba leyendo, le dije que estaba leyendo esta historia para pasarla a limpio y pues eso, me pidió el libro. Un saludo profe. Bye.~

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