Capítulo 20.- Lo siento

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Me quedé paralizada al ver la sala, pensé que mi cuarto era la peor, pero sin duda mi cuarto se quedaba corta con el desastre de esta.

Estaba lleno de golpes, en las paredes marcas de disparos y mis 2 padres... muertos. Jordi estaba tumbado boca abajo encima de un charco de sangre. SU sangre. Todo alrededor se nubló y sólo me enfoqué en él, ni siquiera pude mirar a mi otro padre, sólo a Jordi. Me acerqué dejando caer la pistola que, por suerte, no estaba lista para disparar o sino, hubiera disparado a cualquier dirección.

Mis piernas temblaban, era difícil mantener la mirada, pero sin embargo no podía apartarla, aunque me doliera tanto que mis lágrimas no dejaban de salir una tras otra, sin importarme nada ni nadie más. Le cogí en mis brazos, haciendo que me llenara de sangre sin importarme en lo más mínimo, poniéndolo boca arriba para ver su cara, estaba pálido, pero no demasiado, notando cómo respiraba muy poco y sabiendo que este sería su fin.

Su cara aún conservaba un pequeño rastro de lágrimas que por cada segundo que pasaba, desaparecían. Sus ojos estaban abiertos y los cerré con mis manos temblorosas, seguidos de abrazarle con cuidado mientras rompía a llorar, sin importarme si me escuchaban o no.

–Lo siento –sollocé intentando susurrar. –Te quiero muchísimo papá.

Sentí una mano en mi hombro e iba a pegarle, pero supe que era Asher por su calor, por cómo me tocó el hombro para que me calmara y me sintiera protegida aun estando rota. Lloré más fuerte que nunca, dejando soltar todos esos sentimientos que me guardé hasta el momento, hasta que me doliera el pecho y escuché alguien delante de mí toser, sorprendiéndonos a ambos.

–Hija –tosió Jeff, soltando sangre y hablando con dificultad.

No me acerqué a él, no pienso dejar a mi padre tirado en el sucio suelo.

Recordé esa noche, aquella pelea y teorías me vinieron a la mente, cada vez atando más los hilos de todo, aunque no cuadraban en absoluto.

–¿Es tu culpa? –pregunté, notando como la rabia cómo me inundaba cada vez más.

–Lo siento –sollozó, llorando mientras sacaba más sangre al toser. –Si no les decía, te iba a matar.

¿Qué? ¿De quién habla?

–¿De qué hablas? –pregunté sorprendida. –Papá, ¿quién? –al no recibir respuesta, alcé más la voz. –¡Papá, responde joder! -miré a Asher desesperada, tan sólo con verme entendió lo que quería, se acercó y le tomó pulso, agachando la mirada. –No... No por favor –empecé de nuevo a sollozar.

Pero un grito nos puso alerta, era de un hombre que yo conocía... ¿Bruce? ¿Qué hacía en mi casa? Asher sacó su pistola apuntando a la ventana ya que era la única manera de poder acceder a esta sala mientras yo miraba esta y seguía abrazando a mi padre.

–No la habéis encontrado, ¿verdad? –preguntó, respondiendo una voz femenina que no reconocía.

–No señor, no hemos podido encontrarla, en todo caso nos quedaríamos en la sala dónde están muertos sus padres hasta que aparecieran, señor.

Se quedó un momento todo en silencio, mientras notaba cómo mi corazón iba a mil, ¿fueron ellos?

–No –habló al fin Bruce.

–Pero señor... –habló otro chico.

–He dicho que no –interrumpió de nuevo, creándose otro silencio de unos segundos.

–Que los demás se vayan de aquí, enseguida –habló la chica de antes.

–Sí señora –respondió el mismo chico que antes.

Se escucharon cómo los pasos se alejaban hasta que hubo silencio, y ahí empezaron a hablar.

–No deberían de haberle dado este caso señor Bruce –habló la chica, totalmente seria.

–¿Por qué lo dice Liz?

–Porque la dejó escapar aquella vez, ¿o no recuerda? –respondió sarcástica.

–Aquello no le importa, aparte eran órdenes.

–Órdenes erróneas, si yo pudiese la hubiera matado.

–Pero cómo no podías, no pasó, y ahora largo, quiero hacer una cosa.

–No hay quién le entienda señor.

Se oyeron tacones alejándose rápido, supongo sería la chica.

–Al menos no estoy chiflado –habló juguetón Bruce, sin recibir ninguna respuesta de esta.

Se oyeron pasos hacia la ventana, así Asher preparándose para disparar si fuera necesario, pero en lugar de acercarse, sólo dejó caer una nota y susurró para que sólo lo oyéramos nosotros.

–Sé que estáis ahí chicos, pero por favor, no hagáis que los demás lo sepan o estaréis muertos, buena suerte.

Y caminó hasta que no se oyó ningún ruido. Nos quedamos sin entender nada de lo que acababa de pasar y, al fin me digné a soltar a mi padre para recoger la nota. La guardé en mi pantalón y recogí la pistola del suelo, haciéndolo una seña a Asher para irnos, aunque me doliera y no quisiera. Me siguió y nos fuimos con cuidado, no podía recoger mis cosas o sabrían que había estado aquí, pero antes de salir de mi cuarto, me fijé debajo del armario que algo brillaba. Me acerqué con cuidado y sin mirarlo, lo cogí y lo guardé.

Desde ahora, todo iba a cambiar, sea para mal o para bien, pero prometo algo. Mataré por mi familia hasta que las almas queden atrapadas en el mismísimo infierno.

~Hola a todos, soy Olaf (okno, me ha venido de Frozen a la cabeza JAJAJAJJA), Ahora sí, bienvenidos a esta nueva parte de esta historia, muchas gracias a todos por hacerme saber en comentarios lo que os gusta y con vuestros votos, en serio, sois increíbles <3.

Aviso que en mi Instagram subiré un booktrailer y contendrá un pequeño spoiler, pero que sin duda aparecerá en muy poco tiempo y seguramente, cuando acabe el libro, pensaréis que sólo fue el principio de todo, y, la verdad, sí lo creo. Sé el final que tendrá, lo que no sé es cómo de largo hacerlo, así que sólo me dejaré llevar. Muchas gracias a todxs y, sin más que decir, bye!!~

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