Capítulo 24.- Modo dedos locos, activado

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Sonó la puerta abriéndose detrás de mí, girándome despacio para ver quién era y sonreír al instante.

–Asher –le llamé, mientras me cruzaba de brazos y me apoyaba a la mesa de mi ahora derecha. –Veo que me has encontrado.

–Es que, te tengo una preguntita, brillitos –habló seguro de él mismo con una sonrisa ladina.

Vaya vaya, veo que alguien quiere jugar y tiene algo pensado.

–¿Ah sí? –me hice la tonta. –No sé qué me puedes preguntar –imité su sonrisa y le miré fijamente a los ojos.

–Pues saldremos de dudas –se calló durante los pocos pasos que quedaron entre nosotros y finalmente se apoyó en la misma mesa, sólo que quedando nosotros a pocos centímetros.

Y es verdad que me está poniendo por una parte nerviosa y otra cachonda, pero si cree que haciendo eso va a dominarme, o cielo, te lo tienes muy creído.

–¿Qué significa la frase que dijiste? –soltó de golpe, sin dejar de mirarme.

–¿Cuál? ¿La de 'Я люблю вас, сладость'? –repetí con la misma profundidad en mi voz que esta mañana, acercándome yo otro poco, dejando mis labios rozando los suyos. –Querido, pensé que lo buscarías en google.

–Esa, y quiero que me la respondas tú preciosa.

Nos quedamos mirando un largo rato a los ojos, sintiendo la respiración del otro mientras, por alguna extraña (pero agradable) motivo, me estaba poniendo más cachonda tenerlo así que en mi sueño. Intentó acortar el poco espacio entre nosotros, fracasando y yo aprovechando para acariciar su pecho por encima de su camisa, una que estorba.

–No, no –negué, en señal de que no puede besarme, acercándome de nuevo, sólo que esta vez, a su oído. –Aún no harás nada querido, sólo observar.

No sabía qué estaba haciendo en este momento, sólo me dejé llevar y al igual que metí una mano en mi pantalón, le metí la otra mano en el suyo. Noté que se tensó, pero no se negó, tampoco es que quisiera, tiene un gran y duro testigo que hace que no pueda negarse, hasta el punto que puedo aprovechar aquello. Sólo a mi merced.

–Emma, qué... –empezó a hablar, pero al agarrarle el miembro él mismo se interrumpió por un gemido que ni él esperaba.

–¿Sí Asher? No escuché, ¿qué decías? –insistí juguetone, dando pequeños mordiscos en su oído mientras yo soltaba pequeños jadeos.

Yo también me estaba masturbando, o al menos, sin meter ningún dedo por el simple hecho de querer aguantar y dejarle con las ganas. Empecé a acariciar su miembro despacio, no podía siquiera reaccionar ante la sorpresa de aquello, ni siquiera nos hemos besado y yo le estoy masturbando.

Cuando me cansé de acariciar, de nuevo agarré su miembro y despacio empecé a moverlo, apretando 'de casualidad' la punta de su cabeza, eso hice que tirara su cabeza hacia atrás y respirara más fuerte, jadeara y siguiera gimiendo en mi oído, y suplicante habló con dificultad.

–Emma... Para, harás que... acabe.

–¿Eso es malo? –pregunté, aumentando de repente a mucha potencia.

Gimió alto, aferrándose a mí y clavando sus uñas en mi espalda, notando cómo se puso rígido y un líquido llenaba mi mano, finalizando. Saqué mi mano con cuidado y vi que estaba manchada, y tenía buena pinta.

–L-lo siento –tartamudeó, mirándome la mano, sonrojado y buscando algo. –Buscaré un papel para que te limpies, yo...

–Tranquilo, no necesito ningún papel –interrumpí sonriendo, mirándome desconcertado.

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