Capítulo 30.- Me cago

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Emma Brigitte Stronge:

Iba a besarme con Asher cuando de repente suelta.

–Me cago.

Sí, amigos míos, se estaba cagando en todo, pero literal y no me he dejado de reír en toda la noche y toda la mañana (acabamos de llegar a su casa después de clases).

–¿En serio? ¡DÉJAME REÍRME MÁS FUERTE! –gritó Alice mientras nos partíamos la caja de él.

Porque sí, yo le he dicho qué ha sucedido y AMO CÓMO NOS METEMOS CON ÉL. Mientras nos reímos él se tumba en el sofá bufando con fuerza, mostrándose molesto y a la vez avergonzado, se ve tan tierno así, tanto que nos seguimos riendo de él.

–Oh, se puso cómo tomate –bromeo con voz aguda por la risa, seguida de su hermana.

–Y no sólo eso, ahora debería de estar hundido, ay no, que su dignidad ya se fue hace tiempo.

–Y su polla.

–¡Callaos ya! –gritó hundiendo su cabeza en la almohada, pataleando mientras seguíamos riéndonos con fuerza.

–Ni de coña –expresamos a la vez su hermana y yo, dejando de reír unos segundos para estallar de nuevo.

Parecemos borrachas, pero es que es tan bueno el momento que no me preocupa en absoluto. Ha estado avergonzado desde anoche y casi no he podido dormir por la risa, incluso ni se atreve a mirarme a los ojos de nuevo, es que es acojonante.

No es nada malo que te ocurra esto ya que, al estar nervioso, produce que el cerebro provoca espasmos a los intestinos, según informa la revista Self: "Si los espasmos están muy generalizados, el colon se contrae entero y todo fluye muy rápido, provocando diarrea.'' No lo digo yo, lo dice internet, y el profesor de biología que encima eligió el mejor día para hablar de cagarse. Me meo, y no literal cómo ayer él.

–Cielito miooo –alargué a propósito la 'o', así con voz aguda y intentando aguantar la risa. –¿Sabes por qué no puedo reírme más?

–Ya estamos otra vez –murmuró bufando. –¿Por qué?

–Porque si no, me cago encima.

Chiste malo, pero es la verdad, al final me va a pasar cómo a él y no estoy preparada para su venganza. Dejamos de reírnos para tomar el aire que nos faltaba mientras él se levantaba enfadado y se dirigía hacia la puerta trasera de la casa.

–¿Dónde vas hermanito? –preguntó Alice, recibiendo cómo respuesta un dedo del medio sin mirarnos. –Oh, ¿te molestaste de verdad? Es broma cielito.

Cerró de un portazo y solamente sonreí por la risa anterior, espero no se haya molestado de verdad.

–Voy a hablar con él –le dije levantándome de mi sitio y fui trotando hacia la puerta.

–Oye cuñi –me detuve en seco y la miré, expectante. –No te olvides de limpiarle el culo y unos calzoncillos nuevos.

–Que mala –reí un poco, pero volví a ir hacia él.

Al salir cerré detrás de mí y le busqué con la mirada, fijándome que estaba caminando hacia el bosque todo enfadadito y haciendo gestos con sus manos. Me sabe mal verlo así, no creí que fuera a molestarle tanto las bromas que le hemos hecho, y será mejor que me disculpe. Caminé ligera hacia él intentando de alcanzarlo, pero al ver que caminaba más rápido que yo, empecé a trotar.

–Asher –le llamé, y al ver que no se giraba, grité más fuerte. –¡Asher!

O se hacía el sordo, o no me escuchaba, y creo que es la primera opción. Corrí más rápida hasta que le alcancé y le tomé el brazo para girarle con fuerza.

–Déjame –expresó, sin mirarme el rostro mientras yo me sentía cada vez peor y me ponía más seria.

–No, no voy a irme, yo...

–¿Qué te dijo? ¿Qué vinieras a por mí para que me ponga calzoncillos limpios? –mi silencio fue su respuesta y empezó a caminar de nuevo, mientras iba detrás de él.

–Asher, escúchame –hablé, pero al seguir pasando de mí, me interpuse en su camino.

Intentó pasar por mi lado, pero me moví más rápida y no le dejé.

–Emma, apártate –espetó con furia, estaba intentando controlarse, aunque su voz le delatara.

–No, debes escucharme.

–¿Ah sí? ¿Debo seguir escuchando las humillaciones de don amor de mi vida, a quién le abrí mi corazón y sólo jugó con él? ¿A la que ni siquiera respeta y puede amar a alguien que no sea ella misma? No, me niego.

–Asher, déjame explicarte por favor –me empujó con su hombro el mío caminando de nuevo, y al ver que se iba solamente supliqué desesperada. –Asher, Asher por favor, perdóname.

Se detuvo de golpe en su sitio, no se movió para mirarme, pero eso era una señal para que siguiera hablando.

–Estoy enamorándome de ti –empecé, eligiendo las palabras adecuadas para no perderlo. –No puedo decir que desde el principio me enamoré porque nunca supe que era eso, no sé ni siquiera lo que soy o quién era, pero lo que sí sé es que me estás gustando más, mi corazón empieza a latir con fuerza cada vez que te veo o pienso en ti, veo tus labios y se me ocurren tantas cosas que puedes hacer con ellos que me sofoco y me pierdo, no puedo sacarte de mi vida ni de mis pensamientos porque eres el único que me hace sentir tan bien, la única persona que me acepta tal cómo soy y a la vez hace que sonría y sea fuerte, pero a la vez que sea tan débil y suplique que no se vaya de mi lado porque... tengo miedo –solté unas cuentas lágrimas mientras mi voz se entrecortaba más.
>>Tengo mucho miedo de perderte, he perdido a mis padres, he perdido mi memoria y seguramente a mis únicos amigos que sabían de mi pasado, y lo único que sé de mi anterior yo era que era una niña estúpida que solo le importaba ella y pasarla bien, que solamente merecía dolor y se callaba tantas cosas que solamente quería suicidarse, tal como aquella vez iba a hacerlo y tú me frenaste –caminé hacia él mientras seguía hablando. –Nunca he visto un buen recuerdo de mí, nunca fui feliz en mi vida y era una estúpida, solamente quería joder la vida de los demás, sólo cuando no les causara más molestia a mis padres que bastantes tenían ya, y no quiero perderte a ti también, no quiero perder al hombre a quién me hace tan feliz, me ayuda a ser yo misma y sobretodo... la persona que estoy tan enamorada.

Noté cómo se tensaba y se giró hacia mí, viéndome algo sonrojado y aunque tuviera lágrimas en mi rostro por ser tan cursi, procedí.

–No me molestó en absoluto que te haya pasado, cómo dije, es algo normal que a cualquiera le puede ocurrir, sólo intentaba tomarlo con humor y reír un rato, y si te ha llegado a molestar –bajé la voz un poco y murmuré 'y ya veo que sí', para volver a alzar la voz y tomarle de las manos. –Eres una persona magnífica a quién me tiene a sus pies, aunque me desagraden, aunque me tenga temblando del miedo porque no sé cómo actuar o qué hacer para no cagarla cómo siempre hice, Asher Philips no sé qué, ¿perdonarías a esta pequeña idiota de baja estatura que solamente la caga? Y no estoy bromeando –aclaré, sacándole una pequeña risa, contagiándola.

–Sólo con una condición –me tomó de la cadera con fuerza y me acercó a él, tomándome desprevenida y acercándose a mi oído, susurrando. –Sólo sé mía.

No me dio tiempo a aceptar cuando empezó a lamer y succionar mi cuello con ansias, gemí ante aquello que no esperaba mientras le tomaba de su cuello con mis manos para acercarlo y dejaba caer mi cabeza hacia atrás, dejándole más espacio para que continuara. Dejó un rastro de besos por mi clavícula, mi mentón y finalmente, alrededor de mis labios.

Abrí mis labios y cerré mis ojos esperando su llegada, dándome cuenta que simplemente me miraba y no se lanzaba, y cuando abrí nuevamente mis ojos para verlo, me besó.

~UY UY UY, QUIETOS CON LAS MANOS EN ALTO QUE SE VIENE LO CHIDO!!

AL FIIIIN, YA TENÍA GANAS DE SUBIRLO, DE VERDAD QUE ESTO ES INCREIBLE J0DER!!

Muchas gracias por estar esperando hasta el momento, ya se viene todo lo chido, no tengo nada más que decir así que bye!!~

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