Capítulo 33.- Mi mundo, mis normas

87 17 4
                                    

–¿Sabéis cuando el mundo es egoísta y desea que mueras para mantener tu poder? –preguntó Tomoe, seria mientras mantenía su capucha puerta y sólo se veían sus labios, apoyada en el árbol frente a nosotros mientras sujetaba su brazo manchado de sangre.
>>¿Ese momento de tu vida dónde el mundo te teme, pero tú no puedes hacer nada para evitarlo, ese momento eterno que nadie puede ayudarte a escapar ni nadie puede entender hasta que alguien pase por lo mismo y, cuando la encuentras, ni siquiera puedes hacer algo hasta que están obligadas? Pues es este momento y espero puedas ayudarme a escapar –exhaló, alzando un poco más la cabeza y pudiendo mirarla a los ojos.

Estaban tristes, se notaba por ese brillo singular y ese rastro de lágrimas que la delataban, estaba temblando y esa herida que mantenía en el hombro daba a pensar en los problemas que podría haber ocasionado, y estaba aquí pidiéndome ayuda aún después de intentar matarme el día anterior, pero esta vez era diferente, al menos mostraba una faceta de ella diferente, era... extraño, pero sólo podía escucharla, ¿no? No tiene nada de malo darle una oportunidad, ¿no?

–Entiendo eso –suspiré, levantándome, aun sintiendo cómo Asher me miraba desconcertado y se levantaba conmigo, quedando detrás de mí mientras caminaba hacia ella. –Pero no sé por qué estás aquí, con estas pintas mientras que ayer intentaste matarme.

–¿¡Que qué?! –exaltó mi acompañante, recordando automáticamente que le había dicho que sólo habíamos tenido una conversación tranquila.

–Luego lo hablamos –me dirigí de nuevo a Tomoe, tomándola del rostro y haciendo que me mirara. –Hermana, dime el hecho de este cambio.

–Van a ir a por ti, y eso no es lo que me importa ya que yo iba a hacer lo mismo, pero... –se quedó pensativa, sin devolverme la mirada mientras le salían unas pocas lágrimas.

–¿Pero? –insistí, sonriéndola para animarla, mirándome al fin.

–Luego de ir a por ti, irán a por mí, y pensé que querían matarnos, pero no es así, sino que te quieren a ti, y si te encontraras muerta por mí, entonces me querrían a mí, osea que es una cosa rara y...

–Me estás liando querida –interrumpió Asher, sonriendo a media sonrisa.

–Por dos Asher, estamos igual –hablé, volviendo a mirar fijamente a Tomoe.

–Esto será largo –bufó, y cuando iba a volver a hablar escuchamos un ruido, que lógicamente no era de un animal.

~Comentario fuera de contexto: Esto es Wattpad, obviamente saben distinguir entre un ruido de un animal y de un humano, ¿quién no? Jaja equisde~

Nos pusimos alerta y miramos hacia el origen, preparando el arma para disparar hasta que salió... un conejo.

–Pues sí que era un animal –bromeó Asher, relajándonos.

–Ahora después del tremendo susto, habla.

–De acuerdo, pero sentémonos, que me cago del susto –suspiró, sacándome una risa.

–Díselo a Asher –murmuré para que sólo ella me escuchara, viendo cómo Asher alzaba las cejas y me miraba cómo si quisiera leerme la mente.

–¿Qué dices zorra? –exhaltó, poniendo cara inocente.

–¡NADA! Cosas de hermanas, duh –bromeé, sacando una pequeña risa de ella.

Ahora sí hemos cortado tooodo el royo este serio que había, ja, ¿qué se pensaba? ¿Qué yo era seria siempre y que no iba a volver a bromear en mi mente cómo la gilipollas que soy? Nah, obviamente vuelvo a mi subconsciencia mientras me sentaba con ellos en el suelo y me ponía modo sexo, que diga... Modo atención.

Quien eres ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora